¡Contra la represión y la xenofobia en Europa! ¡No a la intervención imperialista en Siria e Irak!Se acerca el fin de año y la crisis migratoria iniciada a mediados de julio no tiene perspectiva de solucionarse. Todo lo contrario, va a peor. Miles de refugiados siguen llegando a Europa diariamente, ya son 1,5 millones en lo que va de año; los gobiernos construyen más vallas, Austria y Eslovenia se suman a los países que fortifican sus fronteras; la Frontex acaba de anunciar la creación de una fuerza especial de 1.500 agentes para actuar en “casos de urgencia” y el racismo y la xenofobia aumentan, con la aplicación de leyes restrictivas por parte de los gobiernos (los casos de Francia y Bélgica son los más drásticos) y el crecimiento de partidos de ultra-derecha, como el Front National en Francia, con discursos abiertamente anti inmigrantes y refugiados.Por Liga Internacional de los Trabajadores – LIT-CI

Por otro lado, el imperialismo europeo, con Francia y Reino Unida a la cabeza, inicia una ofensiva militar en Siria, siempre con la excusa de derrotar el Estado Islámico, sumándose a Rusia y EEUU, que ya bombardean el país, ocasionando la muerte de miles de civiles y el fortalecimiento del régimen reaccionario de Bashar al-Assad, el principal terrorista de la región, responsable por más de 400.000 muertes.
No a la guerra
Durante los tres primeros años de la revolución siria fue imposible para las grandes potencias mundiales realizar una intervención militar directa, una vez que no había condiciones políticas y no contaban con el apoyo de la sociedad en sus países. Desde la irrupción del Estado Islámico (EI)- que tiene su origen en las invasiones imperialistas de Irak y Afeganistán -, EEUU primero, luego Rusia, Francia e Inglaterra, llevan a cabo una intervención militar que no solo fracasa en derrotar el EI, sino que lo fortalece.

La coalición internacional liderada por los EEUU ha realizado hasta el día de hoy más de 7.000 ataques aéreos a supuestas posiciones del EI en Siria. Rusia, a su vez, interviene directamente a favor de Bashar al-Assad y contra los rebeldes, cometiendo atrocidades como el bombardeo de hospitales, escuelas y mercados populares. John Kerry, secretario de estado de EEUU, ha afirmado que Assad no es el principal enemigo en la región. Los bombardeos agudizan la catástrofe humanitaria en Siria –más de 400.000 muertos, 4 millones de refugiados y 10 millones de desplazados- provocando el aumento de las familias obligadas a buscar refugio en el continente europeo.

Como si no fuera poco la intervención militar de cuatro potencias nucleares en Siria, la gran mayoría de la izquierda mundial, liderada por las corrientes castro-chavistas y estalinistas, siguen apoyando al dictador sirio después de cuatro años de crímenes y masacres contra poblaciones civiles desarmadas en los territorios controlados por la insurgencia. Identifican como único enemigo a la OTAN, cuando en realidad la OTAN está aliada a Rusia e Irán en la supuesta lucha contra el EI y en la defensa de Bashar al-Assad como el mal menor.

Se hace urgente una gran campaña internacional contra la intervención militar imperialista en Siria e Irak. Contra los bombardeos. Contra las millonarias ayudas económicas de Irán e Rusia a Bashar al-Assad. Contra la coalición militar creada recientemente por Saudí Arabia para “luchar contra el terrorismo”. Los últimos cuatro años nos han enseñado que detrás del discurso de lucha antiterrorista se esconden intereses económicos y políticos de las potencias mundiales y regionales.
Contra los recortes de libertades y la discriminación xenófoba
Los peores terroristas del mundo son los líderes mundiales que vociferan con una aparente rabia en los medios de comunicación (son expertos en mentir ante las cameras) que los “valores europeos” prevalecerán ante las ideas retrógradas del EI. Mientras tanto, lanzan bombas en los civiles en el Medio Oriente y aprueban leyes discriminatorias en sus propios países, apoyados en el miedo generado por los atentados reaccionarios cometidos por el EI.

Europa vivencia solo una pequeña fracción del drama humanitario, con claros elementos de barbarie, que vemos en el Próximo Oriente. Los discursos de los principales líderes europeos se centra en la necesidad de frenar la entrada de refugiados a partir de la selección quirúrgica de las personas que interesan al capital europeo. La UE ha anunciado que priorizará a los investigadores, emprendedores y estudiantes a la hora de conceder visado. Separan las personas que interesan a las empresas de las que no sirven y pueden morir como animales en el mediterráneo. O de frío en las rutas migratorias, así como víctimas de las bombas lanzadas por los aviones fabricados en Francia, Inglaterra, EEUU y Rusia.

La prioridad de los líderes europeos es fortalecer el control de fronteras y financiar la represión en los países limítrofes de Ásia y África. El plan es repasar a Turquía, país por el cual entran la enorme mayoría de personas actualmente, cerca de 3.000 millones de euros para la construcción de centros de internamiento (los detestables CIE’S) y el fortalecimiento de su fuerzas de fronteras y servicios de inteligencia. A los países africanos enviarán cerca de 1,8 millones de euros.

“Ningún país del mundo puede soportar la llegada ilimitada de refugiados. Y Alemania tampoco podrá hacerlo a largo plazo”, afirmó Angela Merkel hace pocos días en el congreso del partido burgués de Baviera CSU. Los líderes europeos están muy preocupados en frenar el flujo migratorio al continente. En Alemania crece el número de ataques a refugiados. En Francia se aplica un recorte de libertades democráticas y se implementa el estado de emergencia. En España se firma un Pacto Antijihadista entre las principales fuerzas políticas del país. En EEUU, el ultrareaccionario Donald Trump habla de impedir la entrada de musulmanes. Los ejemplos de islamofobia son ilimitados.

Al inicio de la crisis, a mediados de julio, algunas alcaldesas del Estado español recién elegidas en coaliciones de “Unidad Popular” (cercanas a PODEMOS) se pronunciaron a favor de los refugiados y de la necesidad de se crear una “red de ciudades de acogida”. Pasados cerca de cuatro meses, las declaraciones no fueron acompañadas de acciones concretas para acoger a las personas recién llegadas. La inacción de estos políticos y otros sectores de la izquierda europea refleja la imposibilidad de realizar cualquier transformación real sin romper con las políticas de la Unión Europea y enfrentar en los hechos, no solo con palabras, el imperialismo europeo.

Defendemos la apertura de fronteras, el fin de la Frontex, la concesión de visados a todos los que lo soliciten, el fin de los estados de emergencia, el castigo a todos los actos de racismo y xenofobia, el fin de los CIE’s y la garantía de derechos básicos a las refugiadas.
Por un plan de movilización popular contra la guerra y por los derechos de los refugiados
Desde distintos colectivos, en distintas ciudades europeas, se están convocando movilizaciones contra los bombardeos y en defensa de los derechos de los refugiados. Es necesario construir la más amplia unidad para luchar contra la intervención en Siria y la restricción de entrada de refugiadas y migrantes en Europa. Nos sumamos a las convocatorias por creer firmemente que solo la movilización social puede derrotar a los grandes terroristas del mundo: el imperialismo, sus gobiernos y las grandes multinacionales que alimentan este sistema mundial de explotación y opresión. La unidad de las trabajadoras nativas e inmigrantes es esencial en este momento. La solidaridad internacional de las oprimidas del mundo es clave para avanzar hacia una Europa socialista de las trabajadoras y los pueblos.

 
Liga Internacional de los Trabajadores – LIT-CI

Corriente Roja – Estado español
Pdac – Partito di Alternativa Comunista – Italia
MAS – Movimento Alternativa Socialista – Portugal
LCT – Ligue Communiste des Travailleurs – Bélgica

ISL – International Socialist League – Inglaterra