Elecciones 2015 El veredicto de la calle y de las urnas: ¡que se vayan!¡Varapalo al gobierno!

En las recién celebradas elecciones, el PP ha sufrido un durísimo castigo tras años de corrupción, de políticas contra la clase trabajadora, de expolio y desmantelamiento de lo público y de ataques a las libertades públicas. Han perdido casi dos millones y medio de votos desde las anteriores municipales. Se han desplomado en lugares clave como Madrid y Valencia, donde Esperanza Aguirre y Rita Barberá han sido derrotadas y humilladas. Han perdido todas las mayorías absolutas que tenían en Comunidades y van a perder muchos de sus gobiernos y muchos de sus ayuntamientos.

Nos sumamos al entusiasmo popular ante esta derrota del PP y este palo a Rajoy. Los resultados han sido una clara expresión del grito de las calles durante estos años de luchas: ¡Que se vayan!

 

Victoria de las candidaturas de unidad popular

Las grandes triunfadoras de la noche han sido las candidaturas de unidad popular. Manuela Carmena y Ada Colau pueden llegar a ser alcaldesas de Madrid y Barcelona. En otras ciudades como Zaragoza, A Coruña, Santiago o Cádiz se da la misma situación.

Estas candidaturas han sido votadas con el mandato popular de poner los ayuntamientos al servicio de la mayoría trabajadora. Han sido votadas para parar los desahucios y para que todos tengamos acceso a una vivienda digna. Para poner en pie un plan de emergencia social que no permita que ningún niño se acueste sin cenar o que corten la luz y el agua a la familias. Para defender y recuperar los servicios públicos y expulsar de ellos a las grandes constructoras. Para auditar y desconocer la deuda ilegitima.

Las candidaturas de unidad popular que accedan a alcaldías tienen que desarrollar estas medidas, aunque eso suponga enfrentarse a las propias limitaciones legales de los ayuntamientos. Apelar a la movilización es la única manera de sostener ese pulso en unas instituciones diseñadas para gestionar recortes.

El PSOE ya ha corrido a reubicarse en la “izquierda” y a postularse como el piloto del “cambio”. Van a querer vender su apoyo, necesario en muchos casos para gobernar, a cambio de esterilizar los nuevos ayuntamientos para llevar adelante cualquier medida rupturista. Pero no hay que aceptar chantajes. Hay que plantear su apoyo a la investidura en base a un plan de emergencia social. Si lo rechazan y prefieren regalar ayuntamientos  al PP o bloquear la investidura, deben quedar retratados! Los acuerdos tienen que ser públicos y negro sobre blanco.

El compromiso de las Candidaturas de unidad popular ha sido contraído con los trabajadores y el pueblo, con “la gente” no para ser garantes del orden de los de arriba. Bajo ningún concepto podemos pasar por el aro.

En los últimos meses un nuevo panorama va surgiendo. Se dibuja claramente una voluntad de cambio que pare la sangría que la gente trabajadora venimos sufriendo y que haga pagar a los muy ricos en vez de a nosotros y nosotras.

Grandes posibilidades recaen sobre las candidaturas de unidad popular. Y también grandes responsabilidades: ser leales a los de abajo, enfrentar a los de arriba,  desobedecer su legalidad tramposa cuando nos veamos obligados a ello. Ese es el camino. Organizar la movilización y apelar a los propios trabajadores públicos es la forma de recorrerlo. En esa tarea, Corriente Roja estaremos remando juntos.