El tiempo transcurre muy deprisa. Lejos queda ya aquel 24 de mayo de 2015, donde la Candidatura Ahora Madrid obtuvo la cifra de 20 concejales en las Elecciones Municipales que junto a los 9 logrados por el PSOE, le auparon a gobernar el Ayuntamiento de Madrid. Un resultado que era producto del apoyo de muchos sectores de trabajador@s y activistas que depositaron una enorme ilusión en esta candidatura. Ahora Madrid ganaba las Elecciones tras una campaña donde se juntaron algunos factores. De una parte, miles de personas apostaron por un cambio tras varios años de soportar las políticas del gobierno neoliberal de Ana Botella y Ruiz-Gallardón. Y principalmente por el programa electoral de cambio que defendía dicha candidatura. Un programa que recogía en gran parte  las necesidades más inmediatas de l@s trabajador@s como la paralización de todos los desahucios, la defensa de una Educación y Sanidad Públicas, ni una sola familia sin luz, agua y comida, una auditoría de la deuda y suspensión del pago de la misma y la propuesta “estrella” como ellos mismos la llegaron a denominar: LA REMUNICIPALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS.

Sin embargo, cuando todavía no se había cumplido una semana desde la toma de posesión del Ayuntamiento por parte de la alcaldesa Manuela Carmena, ésta se despachaba con unas lamentables declaraciones donde a la pregunta de un periodista reconocía no saber si muchas de las propuestas del programa electoral iban a poder realizarse. Remarcando además que el programa “no es una biblia” sino una “lista de sugerencias”.

Entender hoy la actual situación de Ahora Madrid nos obliga a analizar muchas de las cosas que han ocurrido durante estos casi dos años y medio. Es un hecho que la manoseada “ilusión del cambio” se ha ido evaporando dando lugar a un estado de ánimo que oscila entre el desencanto, la pasividad, la indiferencia y en algunos casos el rechazo. La “unidad popular” ha saltado por los aires fruto de esa lógica de familias y camarillas  en permanente pugna. Y sobre todo, la renuncia a cumplir las medidas principales del programa electoral como la Remunicipalización de los Servicios Públicos, el freno a las grandes operaciones urbanísticas, la paralización de todos los desahucios y el pago regular de la deuda. En definitiva, de lo que se trata hoy es de gestionar lo existente renegando del programa con el que Ahora Madrid se presentó a las Municipales. Ese que según Carmena fue “elaborado por personas que desconocían lo que era un Ayuntamiento”. Una afirmación que por otra parte presupone que el conocimiento de la ciudad y las necesidades más acuciantes del pueblo son monopolio de una élite tecnocrática.

Quebrar la Ley y poner las instituciones al servicio del pueblo o adaptarse a los marcos del régimen

Cuando ya hemos entrado en el ecuador de la legislatura, los trabajadores y las trabajadoras que cada día malviven con sus bajos salarios y padecen la precariedad laboral, los millones de parados y jóvenes que solo pueden conseguir un trabajo precario, las cientos de miles de familias que perdieron sus casas, las mujeres que siguen sufriendo la violencia machista, los movimientos de inmigrantes sin papeles acosados por la policía municipal, l@s vecin@s que luchan contra la gentrificación de los barrios,  quienes exigen y siguen esperando la remunicipalización de los servicios públicos; ninguno de ellos han visto transformaciones reales, ni mucho menos que su vida haya mejorado en estos dos años y medio de “gobierno del cambio”. Y por si esto fuera poco se avecinan nuevos recortes.

Y llegados a este punto ya no valen “medias tintas” ni seguir poniendo “paños calientes” a la grave situación que siguen padeciendo l@s trabajador@s.  En realidad, estaríamos en condiciones de poder afirmar, sin temor a equivocarnos, que Ahora Madrid y Podemos reproducen hoy el comportamiento de lo que se denominó el fenómeno Syriza en Grecia, cuando el gobierno de Tsipras traicionó a su pueblo y claudicó ante los dictados de la Troika a costa de reducir las pensiones y privatizar media Grecia a pesar de que el pueblo griego había mostrado su NO rotundo al Plan de austeridad en el Referéndum del año 2015.

En el Ayuntamiento de Madrid en todo este tiempo se viene aplicando una política similar desde que se han puesto al frente del gobierno de la ciudad. Las políticas de “eficiencia en el gasto” (mostrando como un gran triunfo el haber reducido la deuda y cumplirla de manera metódica en vez de negarse a pagarla), la negativa a remunicipalizar los servicios públicos (recogida de basura, Escuelas Municipales de Música y Danza, Línea Madrid, Polideportivo Moscardó de Usera, los profesores de la Escuela de Arte Dramático), los acuerdos con el PSOE y por último las concesiones a los intereses de los grandes empresarios y constructoras, así como el cumplimiento a las exigencias del ministro Montoro.

Una nueva capitulación del gobierno de Ahora Madrid

El último capítulo se producía el pasado 7 de noviembre cuando Montoro anunciaba la intervención de las cuentas del Ayuntamiento de Madrid.  El Ministerio de Hacienda esgrimía que esta decisión se tomaba al considerar que el Ayuntamiento durante este tiempo «no ha reconducido su senda de gasto» a pesar de los diferentes requerimientos realizados. Y ante este grave ataque la gran disyuntiva era qué hacer y saber cómo iba a ser la respuesta. Sin embargo, una vez más el gobierno de Ahora Madrid capituló sin dar batalla alguna y mostró su obediencia  tal y como quedaba demostrado en las palabras de Carmena “Vamos a cumplir la instrucción que recibimos en la aplicación (de regla de gasto). Por eso hemos rectificado el PEF (Plan Económico Financiero) y esperamos que, con una mayor intensidad de relación, podamos dar una solución». Un triste episodio que se cerraba el pasado lunes 18 de diciembre con la aprobación por parte del Ayuntamiento de Madrid de dicho Plan Económico, con los votos del PP y de Ahora Madrid aunque sin los votos de los ediles de IU y Ganemos. Un Plan Económico Financiero que va a suponer un recorte de más de 780 millones en 2017 y 2018 y que afectarán principalmente  a las partidas de servicios sociales y así cumplir con la “regla del gasto” diseñada por Montoro y seguir garantizando el pago de la deuda. Es decir, una política opuesta a la que esas llamadas “fuerzas del cambio” habían prometido al descontento social surgido desde el 15M en adelante.

Carmena cesa al delegado de Economía y Hacienda Sánchez Mato

Según Manuela Carmena la decisión de Carlos Sánchez Mato de no asistir al Pleno ni defender el Plan Económico Financiero, obligó a la misma a firmar el decreto de cese del delegado de Economía y Hacienda y el nombramiento de Jorge García Castaño en su lugar. Tras esta decisión de Carmena las diferentes corrientes políticas que integran el gobierno de Ahora Madrid no tardaron mucho en salir a responder públicamente lo acontecido. Desde Izquierda Unida, la corriente de Anticapitalistas en Podemos y sectores afines a Ganemos, defendieron el papel de Sánchez Mato en el Ayuntamiento, y criticaron la aprobación del plan económico bajo el signo de Montoro. Así lo expresaba el comunicado que Ganemos Madrid colgaba en las redes sociales a las pocas horas de lo sucedido: Ceder ante los recortes supone traspasar una de las líneas rojas del programa de Ahora Madrid, e imponer a la ciudadanía madrileña una política austericida que no garantizará la equidad en la ciudad de Madrid”.

Por otra parte, el líder de Podemos Pablo Iglesias respaldaba de manera inmediata a Manuela Carmena y afirmaba a continuación “es lógico que los ayuntamientos tengan que cumplir la ley, aunque sea una ley que no nos gusta, e incluso en condiciones muy difíciles demostrar que se puede gobernar de otra forma sin robar y haciendo las cosas bien.”

Ahora Madrid: Cuando se prefiere cumplir con la Ley que cumplir con el pueblo

Quedan escasamente dos años de legislatura y tras lo acontecido hasta el día de hoy la perspectiva no parece muy halagüeña. No hace mucho se publicaba en un diario de fuerte tirada un artículo titulado “Ahora Madrid ha muerto. Viva el municipalismo” donde a modo de reflexión el autor de dicho artículo escribía lo siguiente:

“Pero ¿es que ha muerto Ahora Madrid? Eso presupondría que alguna vez estuvo vivo, al menos como proyecto municipalista transformador, esto es, como experiencia real de democratización de la política local”

Y es probable que hoy estemos más cerca que lejos de esa afirmación ya que el grado de subordinación a las políticas neoliberales impuestas por el gobierno del PP está liquidando lo que se presentó en su día como “proyecto del cambio”. Incluso los que hoy se presentan como el ala crítica como Izquierda Unida, Anticapitalistas y sectores afines a Ganemos, que aunque han salido a defender a Sánchez Mato y cuestionan el Plan Económico aprobado, siguen reiterando su apoyo al gobierno municipal del que forman parte. Algo que resulta absolutamente contradictorio con poder llevar adelante una política favorable a los trabajadores que dicen defender. O el propio Sánchez Mato que en ningún momento ha querido llevar la pelea hasta el final y ha renunciado en todo momento a la movilización en la calle y a recurrir al pueblo que es en definitiva el que le votó. Prueba de ello son las tibias declaraciones realizadas por el edil tras ser cesado, donde eludió toda crítica a lo sucedido: “Ha sido un privilegio trabajar por @Madrid desde el Área de Economía y Hacienda durante estos dos años y medio. Un 10 a todo mi maravilloso equipo y al funcionariado. Los errores son míos. Los aciertos colectivos”

Excusarse hoy de no poder llevar adelante el programa electoral con el que se presentaron, porque existen Leyes que se lo impiden son excusas baratas y de una cobardía sin límite ¿acaso no sabían que esas Leyes ya existían cuando se presentaron a las Elecciones? ¿Acaso desconocían a quiénes se iban a enfrentar?

 

Lamentablemente las razones son otras y se confirmó esa máxima que la alcaldesa puso siempre por delante a la hora de actuar o tomar cualquier decisión: “Yo he sido una persona de la justicia y hasta el final digo que la justicia siempre tendrá la última palabra, claro que sí.” Ahora Madrid ha preferido despreciar las demandas de sus votantes antes que enfrentarse a empresarios, banqueros y al gobierno del PP.

De esta forma queda demostrado una vez más que  supeditar todo dentro del marco de las instituciones y respetar la “legalidad” no nos conduce más que al desencanto, la pérdida de derechos y a seguir empeorando nuestras condiciones de vida. La realidad nos ha demostrado también que no son gobiernos del cambio, sino de la continuidad y la gestión de lo posible. Y cuando las promesas no se cumplen  y las exigencias caen en “saco roto” una y otra vez no queda otra salida que denunciar a ese gobierno y enfrentarlo en las calles con la movilización.


Manuela Carmena sigue adjudicando a las grandes constructoras uno de cada dos euros de los contratos municipales

Ahora Madrid prometió en campaña electoral “fijar una estrategia de recuperación progresiva de la gestión pública de los servicios municipales externalizados a las grandes empresas y grupos económicos” Con esta promesa electoral se presentó a las elecciones municipales de mayo de 2015. Dos años después, la cosa sigue igual. Manuela Carmena sigue adjudicando a las grandes constructoras uno de cada dos euros de los contratos municipales

Las seis grandes constructoras españolas (ACS, FCC, Ferrovial, OHL, Sacyr y Acciona) se llevan la mitad de los 2.268 millones de euros adjudicados por el Ayuntamiento desde junio de 2015.

 

Solo los macro-contratos de recogida de basuras y ayuda a domicilio, adjudicados en junio y septiembre de 2016, ya suponen la mitad del presupuesto municipal en licitaciones de los dos primeros años de legislatura.

Ambos contratos fueron otorgados en tres lotes cada uno por importes que oscilaban entre los 150 y los 250 millones de euros, unas cifras solo al alcance de grandes grupos empresariales. Finalmente, las constructoras de toda la vida y la asociación Asispa se llevaron los contratos.

Con esta concesión, las grandes constructoras y grupos empresariales se aseguraron una fuente de ingresos provenientes de las arcas públicas hasta 2021. Una decisión justificada por la situación económica de aquellos años, según el PP. «No se puede comparar la época de crisis económica anterior con la situación actual», afirma Román.

Una instrucción posterior, el 15 de diciembre de 2016, recomienda que el precio no pondere más del 35% de los criterios «objetivos» de adjudicación y que «se incluyan otros criterios medibles y cuantificables que tengan óptica social», afirman desde el área que dirige Carlos Sánchez Mato. Dicha instrucción derogaba la 3/2012 de contención del gasto «que era uno de los lastres a la hora de que fuera el precio el elemento clave en la contratación pública», argumentan.

Con las nuevas adjudicaciones de Carmena, ahora el servicio de recogida de basuras está en manos de siete empresas. FCC, que recogerá los residuos de la zona oeste por 250 millones, la unión de ACS-Ferrovial, que controlará los distritos del sur por 191 millones y la UTE Sacyr-Acciona-OHL y Sadisa que se quedará con la zona este.