1.Corriente Roja, nuestra organización estatal, está haciendo una intensa campaña con el agrupamiento Sindicalistas por la Unidad Popular. Este agrupamiento participó en el proceso de primarias de la candidatura Unidad Popular y es uno de sus componentes. Como resultado, las segundas candidatas/os de Unidad Popular en el Congreso por Sevilla, Málaga y Toledo pertenecen a Sindicalistas por la Unidad Popular, así como también otras candidatos y candidatas al Congreso y al Senado por provincias como Madrid y Sevilla.

Por Corrent Roig

2. Hemos promovido Sindicalistas por la Unidad Popular, junto con otras compañeras y compañeros, porque defiende un programa que recoge las reivindicaciones sociales de las luchas populares de estos años y también el derecho a la autodeterminación. Porque es un programa de ruptura con el régimen y con los diktats de la UE y la Troika. Porque pone en el centro a la clase trabajadora y ha sido democráticamente debatido y aprobado. Porque es un compromiso de lucha y no promesas electorales. Y porque no asume más legalidad que la de la lucha por las reivindicaciones.

3. Un objetivo capital de la campaña electoral es echar a Rajoy. Y también, al mismo tiempo, derrotar el resto de candidaturas del régimen. Como por ejemplo Ciutadans/Ciudadanos, un partido promovido desde el Ibex 35, que es una copia transgénica del PP con apariencia de novedad, que aprovecha electoralmente el hecho de no estar manchado por la corrupción. Y el PSOE, que no es ninguna alternativa al PP. Fue él quien, bajo las órdenes de la Troika, empezó a aplicar los recortes, privatizaciones y reformas que desembocaron en la catástrofe actual. En los puntos esenciales, como la sumisión a la UE o el rechazo frontal al derecho a decidir de Cataluña, el PSOE no se diferencia nada del PP.

4. En cuanto a la candidatura de Podemos -promocionada por los grandes medios de comunicación mientras silencian la candidatura Unidad Popular y a su cabeza de lista Alberto Garzón- ha girado profundamente a la derecha. Nadie podría reconocer en su programa actual el «Mover Ficha» con que se presentó a las elecciones europeas de hace año y medio. Convertido en un aparato electoral, ahora acepta subordinarse a las reglas e imposiciones de la UE y la Eurozona (lo cual pone en cuestión la viabilidad de sus propuestas sociales) y asume todos los pactos internacionales del Estado español, empezando por la OTAN. El pago de la enorme deuda pública a bancos y fondos especulativos ya no la cuestiona y la batalla por la República ha caído en el olvido. El elemento más vistoso del programa electoral, y el que lo diferencia más del PSOE, es la defensa de un referéndum de autodeterminación de Cataluña. El problema, sin embargo, es que se olvida de aquello que constituye la esencia de la autodeterminación: el derecho unilateral de Cataluña a decidir, esté o no recogido en la Constitución.

5. Pero la situación electoral en Cataluña no es la misma que en el resto del Estado. Aquí no ha cuajado Sindicalistas por la Unidad Popular y tampoco se presenta Unidad Popular. Y en cuanto a la CUP, se ha negado a comparecer electoralmente y a defender un programa propio de ruptura, mientras se dedica a estirar hasta el absurdo una negociación con Juntos por el Sí tendente a la investidura de Artur Mas. En paralelo, David Fernández y Quim Arrufat se han repartido los papeles para regalar el electorado de la CUP a Esquerra Republicana y a En Comú Podem.

6. Y mientras la CUP negocia y negocia, Convergència, con su nueva marca (Democracia y Libertad), aprovecha la campaña para aclarar dudas sobre sus políticas e intenciones. El mismo Artur Mas, en una reunión con el Círculo de Economía, explicaba a la gran burguesía catalana que la Resolución inicial que pactó con la CUP y que aprobó el Parlamento el 9N era para facilitar la investidura pero que ellos no pensaban en desobedecer y que en los temas económicos y sociales tendrían una política de pactos de “geometría variable” con quien conviniera. De hecho, la principal medida de Junts pel Sí posterior al 9N han sido las a alegaciones de la Mesa del Parlament al Tribunal Constitucional (el mismo tribunal que había sido declarado «deslegitimado y sin competencia») pidiéndole que levante la suspensión de la Resolución inicial, puesto que sólo era «una voluntad, aspiración o deseo», «una simple instrucción indicativa (…) sin fuerza legal»… Sobran las palabras.

7. Pero no fue sólo Convergència quien aprobó estas alegaciones al Tribunal Constitucional. También lo hizo ERC. Si por algo se ha distinguido ERC durante los últimos años ha sido por su cobardía y supeditación sistemática a Artur Mas, tanto en los temas nacionales como en los económicos y sociales. Los distingue la fraseología y ahora las apelaciones al voto de los catalanes de origen español, pero ambas fuerzas están marcadas por la sumisión a la Unión Europea como condición del «procés». ERC no puede presentar ni un solo acto de valentía durante estos años para pedir el voto.

8. Hay todo un sector de gente que piensa que, en las actuales circunstancias, el voto útil tiene que ir a la papeleta de En Comú Podem (ECP). En Corrent Roig no estamos de acuerdo. ECP está formada por las mismas fuerzas que constituyeron Cataluña Sí que es Pot (CSQP) cuando las elecciones plebiscitarias del 27S. La diferencia es que esta vez la candidatura cuenta con la participación activa de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. No tenemos argumentos para pedir el voto a aquellos que cerraron filas con el PP, Ciutadans y PSC-PSOE para votar No a la propuesta de Resolución inicial del Parlamento, asumiendo la legalidad española contra la soberanía del Parlamento. Y respecto a Barcelona en Comú (Ada Colau) queremos recordar que, como dice la carta de la PAH, no está cumpliendo las promesas respecto a los desahucios, que siguen igual que antes, ni el «pacto de las escaleras» que Ada Colau firmó en campaña electoral con los huelguistas de Movistar, según el cual el Ayuntamiento no contrataría con ninguna empresa que no respetara unos mínimos de decencia salarial y contractual con sus trabajadores.

9. La lamentable negativa de la CUP a presentar candidatura y defender una alternativa rupturista ha dejado sin opción de voto a muchos activistas y a todo un sector de la población. Ante el panorama presente, no vemos ninguna candidatura a la cual llamar a votar. Hay que trabajar por construir una alternativa de ruptura social y nacional, pegada a la clase trabajadora, que se ponga al frente de las luchas y sea su referencia electoral.

Barcelona, 10 de diciembre de 2015