La periodista siria y activista de los Derechos humanos, Leila Nachawati Rego, presentó su primera novela, “Cuando la revolución termine” el pasado sábado 28 de Mayo en La Térmica, Málaga, en una actividad organizada por la Asociación Palmira Apoyo al Pueblo Sirio, como parte de la campaña de solidaridad con los campos de refugiados: POR SIRIA, POR TODOS.

Por Laura Requena, de Málaga

En su presentación, la periodista empezó diciendo que el conflicto sirio es descrito en los medios periodísticos como “el más mediado de la historia”, pero que es al mismo tiempo uno de los menos comprendidos. A medida que pasa el tiempo y más se habla de los distintos actores que intervienen en el mismo, cada uno defendiendo sus intereses particulares y aparece el drama de los refugiados, más se oculta y olvida que en Siria hubo y hay aún una revolución que comenzó pacífica contra la dictadura genocida de Bashar Al-Assad y que se ha convertido en una sangrienta guerra civil.

Para la periodista, después de más de 400.000 muertos, 4 millones de refugiados, 10 millones de desplazados internos, decenas de miles de detenidos y desaparecidos, 500.000 personas bajo asedio y 4.6 millones de personas en zonas de difícil acceso, seguir reconociendo ese régimen por parte de los distintos imperialismos como “interlocutor válido”, es un verdadero insulto al pueblo sirio.

No puede haber verdadera solidaridad con “el otro”- siguió diciendo- si no nos atrevemos a mirar a sus ojos e intentamos comprender cuales son las motivaciones, preocupaciones, intereses, sentimientos, deseos o inquietudes que le han llevado a una determinada situación. Según ella, existe demasiada información parcial o sesgada donde la realidad “del otro” cuando del árabe o musulmán se trata, es descrita o percibida desde una mirada y un lenguaje dicotómico donde “O somos el eje del mal, o marionetas de los imperialismos. O radicales o moderados, o aceptamos la dictadura barbuda de El Dáesh o la dictadura laica de traje y corbata del régimen sirio”.

Por eso se decidió a escribir este libro. Para intentar mostrar a través del relato de distintas historias de vida reales cuyos datos ha ido recogiendo, el levantamiento del pueblo sirio contra la dictadura genocida del tirano Al-Assad. Pero lo que era “medio o instrumento” para contar esto-afirma la escritora- se ha convertido en un fin en sí mismo y en la verdadera finalidad del libro. Así la novela, según sus palabras, es un homenaje a todas aquellas personas que siguen resistiendo e intentando construir sus vidas pese a todos los vientos que soplan en su contra. Porque hoy en Siria como en Palestina y otros lugares del mundo, levantarse cada día, sonreír, reunirse, bailar, y en definitiva intentar vivir, es un acto revolucionario en sí mismo.