Si alguien quiere entender la crisis del régimen del 78,que ahora se manifiesta en Catalunya, recomiendo que vean el film Berlanga, «La Escopeta Nacional».

La estructura de las clases dominantes en el Estado Español no ha cambiado, un «capital castizo», con sede en Madrid (que no madrileño, no los confundamos), arruinado que necesita del industrial catalán hasta para pagarse sus cacerías; una iglesia ultramontana, reaccionaria y añorante de las glorias del franquismo y de la colonización de América, y una señora marquesa, cuyo hijo es un descerebrado, que representa a esa España «castiza» arruinada.

El Estado Español es como esa marquesa arruinada que necesita de los capitales periféricos para pagar sus deudas. Gracias al PP y sus políticas, el Estado Español esta en quiebra no declarada. Veamos, si uno tiene unos ingresos de 20 mil euros al año y debe 21 mil, y creciendo, tiene un verdadero problema de liquidez, que tiene que ir sorteando aumentando los ingresos como sea.

El Estado Español tiene una deuda de más de 1 billón de euros, es decir, más que el PIB; dicho más claramente, el Estado Español debe más que toda su riqueza junta. Y no deja de crecer, porque las empresas españolas, con los Bancos a la cabeza, siguen confiando en «papa Estado» en cuanto vienen mal dadas. No hace ni seis meses que el Estado, o sea, todos y todas que lo pagamos, rescató al Banco Santander (el banco más grande del estado) vendiéndole por 1 Euro el Banco Popular; no pasaron ni dos meses, el Santander vendió los activos inmobiliarios del Popular por 5.100 millones. Negocio redondo.

Y en esta falta de ingresos aparece la burguesía catalana (el industrial catalán del film de Berlanga) pidiendo su parte, diciendo que ya está bien de financiar las alegrías de las grandes constructoras que licitan obras a un precio, y siempre aparece un sobre precio, por este motivo, hasta un país tan poco sospechoso de democrático como Arabia Saudí tiene suspendidos los pagos de las obras del AVE a una empresa española, o el gobierno de Panamá suspendió las obras del Canal a la española OHL, por los sobre precios que se sacaron de la manga. Este es el dumping económico sistemático en el que se basan las constructoras españolas, que son más trileras que el propio Rajoy.

Esta era la lógica del Estatut prohibido por el PP a través del Tribunal Constitucional.

Como buen mal pagador, el Estado y los que viven de su «teta» (altos funcionarios, judicatura, etc…), apoyándose en la ideología de una España milenaria que nació en Atapuerca, en vez de reconocer sus deudas y negociar, o anularla directamente, se vuelve contra el más débil, y con todas sus fuerzas le quieren imponer que pague. ¿Cómo el estado va a anular sus deudas, si los acreedores son los bancos alemanes, franceses o norteamericanos? Ufff, pensará el valiente de Rajoy, mejor es imponerle a los díscolos, comenzando por los más rebeldes que son los catalanes, que paguen más.

Pero claro, los «paganos», es decir, los pueblos y la clase trabajadora no lo tienen nada claro. Muchos pueden ser confundidos por esa ideología reaccionaria de la «España milenaria que nació en Atapuerca»; pero su realidad cotidiana les dice que esa España recortó salarios, privatizó servicios, destruyó dependencia, y ahora esta yendo contra los principios básicos de la democracia, que es el pueblo decide, y los mismos derechos de reunión, asociación,… para imponerle a un pueblo que pague los platos rotos del Banco Santander, del BBVA, de la Caixa, de OHL, de ACS, … las juergas de Florentino Pérez en el Bernabeu, etc. etc.

Pero no señores, ¡los vicios no se pagan!. «Las cacerías páguenselas ustedes», como dijo en un momento el industrial catalán a la marquesa arruinada en el film de Berlanga.

Esa frase esta poniendo patas para arriba un régimen que ya venía de capa caída, desde la dimisión del viejo rey en el 2014.

¡Cuanta razón tenía Berlanga!