Tras las elecciones del pasado 25 septiembre se resolvieron las dudas de a qué gobierno tenemos que en enfrentar, una Xunta del PP, con unos resultados que son engañosos: no es cierto que el PP tenga mayoría en la sociedad gallega, sólo el 30% de la población votó en ellos. El 70% no lo hizo. Pero, por mor de la ley electoral, el 30% en la sociedad se traduce en más del 50% en el Parlamento. Aun así, es muy peligroso engañarnos: el PP tiene mayoría absoluta suficiente para gobernar, tiene el apoyo irrestricto de una parte importante de la sociedad, del capital y los medios de comunicación, a los que financia generosamente. Por eso, para CV es imprescindible fortalecer la unidad de las luchas y de la lucha de la clase trabajadora y el pueblo.

Por Corrente Vermella

La Unión Europea y el régimen tienen un gobierno fiel que no precisa ser presionado, como sí acontecería si fuera un gobierno de “progreso”, para aplicar las políticas de recortes y austeridad que llevan adelante desde hace años, y con las que amenazan de nuevo. Por eso, vamos a recibir a Feijoo y  a los suyos diplomáticamente, o lo vamos a recibir como sólo es posible hacerlo, con la lucha en la calle.

El largo período electoral que vivimos estos dos años fueron demoledores para la movilización social, pues frenó todo el ascenso de las luchas que tuvieron como punto alto el 22 de marzo del 2014, con las Marchas de la Dignidad, y la posterior dimisión del “viejo” rey. Este período electoral permitió la recomposición del régimen delante de la población, al reducir la presión de la lucha sobre unas instituciones afectadas hasta el tuétano por la corrupción, con la monarquía el frente.

Asimismo, estas elecciones trajeron, también, el estancamiento de las fuerzas del “cambio”, En Marea, en concreto, que fueron rebajando su mensaje rupturista inicial, hasta dejarlo en un tímido “todo dentro de la ley”, como afirmó su candidato Luis Villares al comienzo de las elecciones. El BNG consiguió salvar los muebles, en una crisis que amenazaba con su desaparición.

La víctima de estas elecciones no podía ser otro que el viejo representante de la socialdemocracia, reconvertido desde los años 80/90 al neoliberalismo, el PSdG-PSOE, y por extensión, el PSOE a nivel Estatal. Los aumentos de las desigualdades se traducen en una desaparición, o debilitamiento, de las clases medias que ven perder sus derechos sociales, y sectores de ellas obligadas a convertirse en parte de la clase trabajadora. Otros sectores de estas clases, los más acomodados, escogen abiertamente el campo de la reacción y del PP.

En estas condiciones, la UE, el régimen, a través de su partido principal, el PP, va a profundizar en los ataques de estos años. La UE ya anunció que el Estado Español tiene que hacer mas recortes en los servicios públicos, en las pensiones, y tiene que ir una nueva reforma laboral. El Estado Español, con un capitalismo en crisis permanente, precisa recentralizar más los capitales alrededor de la burguesía española, y le sobran las exigencias nacionales. Para todo ello ya tienen aprobadas las leyes que limitan seriamente los derechos democráticos, a través de la ley de Partidos, de la Ley Mordaza, etc. Mientras, la figura del rey sigue a ser intocable, por mucho que en la ONU haga discursos hipócritas sobre las políticas hacia las personas refugiadas.

Las elecciones demostraron por la negativa, que la vía electoral no sirve para hacer entrar en crisis, y provocar el cambio, en el régimen del 78. Como demuestran los resultados gallegos, les llega con mantener el 30% de los votos para imponer una mayoría absoluta de parlamentarios que les permita gobernar como quieran otros cuatro años. Por eso, Corriente Roja, tras estas elecciones, apuesta por retomar el camino de la lucha en la calle, de la lucha obrera y popular, construyendo la unidad para enfrentar unos gobiernos que van a venir con todo contra nuestros derechos.

El 22 de marzo del 2014, bajo la propuesta de las Marchas de la Dignidad, millones de trabajadores y trabajadoras, de las mareas contra las privatizaciones, de los jornaleros y jornaleras, etc., hallaron un canal de unidad contra el gobierno, el Régimen y la IU. Construir un canal de unidad, de frente único de las luchas, a partir de los centros de trabajo y estudio, de los barrios y villas, para enfrentar los nuevos recortes, y reconquistar los derechos robados, es la gran tarea que tenemos por delante para recibir a Feijoo y los suyos cómo se merecen, con la lucha en la calle.

Galicia, 3 de octubre del 2015