En los últimos cinco meses, cerca de 180 palestinos fueron asesinados por el ejército israelí con la alegación de ataques con cuchillos. Al menos un tercio de ellos no portaba ningún objeto letal. Entre los ocupantes israelíes, fueron 30 los muertos, 90% de ellos, soldados.

Por Hebert Claros, directo de Ramallah, Palestina

La mayoría de esos palestinos es menor de edad y no posee ninguna esperanza de mejora de vida, o sea, de salir de la pobreza y de dejar de vivir bajo ocupación militar israelí. Por eso, se arriesgan a atacar soldados, aun con la certeza de que serán muertos.

Su lucha no es apoyada por ningún partido palestino y es combatida por el gobierno de la Autoridad Palestina (AP). No obstante, cuentan con el apoyo de toda la población palestina, que los ve como mártires. Sus funerales masivos muestran el espíritu de lucha de quien no se curva.

El gobierno israelí está muy preocupado. Ha retirado los cuerpos de los jóvenes mártires para negociar con las familias e impedir que haya funerales a la luz del día. Las familias se niegan a negociar, y se forman comités de apoyo a su alrededor. A mismo tiempo, hay mucho miedo entre los israelíes.

Mirando la ola

No solo de mártires vive la Intifada. En los últimos días, la huelga de hambre del periodista Mohammed al Qeeq tomó las primeras planas, los corazones y las mentes. Hay 7.000 presos políticos en las cárceles israelíes, parte de ellos en detención administrativa, es decir, sin acusación y sin plazo para terminar. Alrededor de las familias se formaron comités de solidaridad. Luego de 94 días sin comer ni ingerir sal o azúcar, su liberación fue anunciada para el 21 de mayo, lo que fue motivo de conmemoraciones entre los palestinos.

La huelga masiva de profesores y profesoras contra el gobierno de Abbas son organizadas por comités de base, por fuera del sindicato, desde el 10 de febrero. Ahora, los empleados públicos de Gaza también están en huelga. Existe la Federación de Sindicatos Independientes y el sindicato de los electricistas, que se afiliaron a la Red Sindical Internacional, de la cual la CSP-Conlutas es parte.

Otro proceso de auto-organización se da en las villas contra la orden de demolición de casas. Entre el 1 de enero y el 15 de febrero, fueron 283 órdenes, obligando al desplazamiento de 404 personas. Algunas casas fueron construidas hace 40 años. Los habitantes se organizan para reconstruir las casas o conseguir un nuevo hogar para las familias expulsadas.

Para completar el escenario, hay movilizaciones semanales de enfrentamiento con el ejército en varias villas, como Bilin, Nabi Saleh y Silwad.

En la solidaridad internacional se destaca la campaña del BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) al Estado de Israel y sus productos.

El agotamiento de los Acuerdos de Oslo

Los Acuerdos de Oslo fueron la principal tentativa de normalización de relaciones entre los palestinos y el Estado de Israel, esto es, de preservar intereses de las clases dominantes palestinas dentro de las reglas del apartheid israelí.

Esos acuerdos fallaron y su principal producto, el gobierno de la AP, perdió todo su crédito después de años de colaboración con la potencia ocupante.

Los grupos tradicionales de la izquierda palestina (el Frente Popular, el Frente Democrático y el Partido del Pueblo) optaron hace años por vivir a la sombra de la AP y por eso perdieron apoyo.

Hamas, un partido político de ideología religiosa, conservadora y capitalista, también busca un acuerdo con el régimen israelí. A la derecha aparecen nuevas alternativas para la normalización, como Ayman Odeh del Partido Comunista israelí y dirigente de la coalición electoral Lista Árabe Unida, que actúa en los territorios palestinos ocupados en 1948, donde apenas 12% de los palestinos tiene derecho de voto en el Knesset. A la izquierda, hay varias nuevas organizaciones de base que, coordinando esfuerzos, pueden transformarse en una alternativa para llevar adelante la Intifada.

Palestina Libre. Solidaridad Internacional

La lucha palestina solo puede vencer como parte de una lucha del pueblo trabajador árabe. Las revoluciones en toda la región reviven con la Intifada palestina. Al mismo tiempo, la solidaridad internacional es decisiva.

El PSTU y la LIT-CI continuarán con todos los esfuerzos para divulgar y apoyar la lucha, pero también para la construcción de organizaciones revolucionarias para auxiliar esas luchas para conquistar una Palestina libre, laica y democrática, como parte de una federación de repúblicas árabes socialistas.

Traducción: Natalia Estrada.

Artículo publicado en Opinião Socialista n.° 512, marzo de 2016.-