Si no planta cara y desobedece a la UE y la Troika, el próximo gobierno será otro vasallo de Bruselas y del Ibex35

El sueldo medio de 11 millones de trabajadores y trabajadoras no llega a 700 €. El salario medio actual, según datos de la Agencia Tributaria, es inferior al de hace 22 años. Más de nueve millones de pensionistas cobran entre 600 y 650 €. Los contratos precarios y a tiempo parcial son generalizados. Continúa el desempleo masivo (4,8 millones), convertido en algo crónico. Más de la mitad de los desempleados/as no cobran prestación ni subsidio. Muchos jóvenes emigran, mientras se cierran las puertas de la universidad a los hijos de clase trabajadora, que no pueden costear unas tasas y matrículas de las más elevadas de Europa. Los desahucios continúan y las entidades humanitarias advierten que se avecina una nueva oleada. Los servicios públicos fundamentales siguen bajo mínimos. Y continúan cerrándose fábricas impunemente, con EREs y ERTEs que se reproducen. En contraste, entre 2011 y 2014, el patrimonio de los más ricos se ha incrementado en 300.000 millones.

Por Corriente Roja

Esta es la realidad social que vive la mayoría del país en vísperas de las nuevas elecciones, con la clase trabajadora sometida a un nuevo patrón de explotación y amplios sectores de las clases medias y pequeño burguesas sensiblemente empobrecidas.

La Unión Europea y la Troika dictan el programa del próximo gobierno

Y mientras se pone en marcha otra vez la parafernalia electoral, Bruselas ya ha dejado claro que, no importa cuál sea la votación, ellos ya han decidido el programa del próximo gobierno.

La UE ha acordado con el gobierno en funciones de Rajoy «flexibilizar» el límite de déficit público de este año, permitiendo que aumente del 2,8% al 3,6% del PIB . Esto es algo a lo que la UE está literalmente obligada, pues un recorte presupuestario tan brutal como el que haría falta para alcanzar el 2,8%, provocaría un estallido social y llevaría a economía a una brutal recesión, con efectos incontrolables en una UE estancada y con el sistema bancario averiado. Bruselas, sin embargo, “a cambio de su flexibilidad», exige «nuevas reformas” y nuevos recortes de miles de millones de euros que van a afectar, de nuevo, a la sanidad, la educación y a la atención social. Han anunciado también que fiscalizarán los recortes trimestre a trimestre, como a un país vasallo.

Si no planta cara y desobedece, el próximo gobierno será el brazo ejecutor de los planes de la UE y la Troika

Si no se planta cara y se desobedece a la UE y la Troika, las promesas serán papel mojado. No sólo no habrá mejoras sino que una nueva oleada de recortes será inevitable.

Plantar cara quiere decir decretar una moratoria en el pago de la deuda pública e iniciar una auditoría pública. El motivo es simple: no se puede pagar un euro a los bancos mientras las necesidades básicas de la población no sean atendidas y no sepamos de quién es la deuda y cómo y porqué fue contraída. Ahora, sólo en intereses , se están pagando 35000 millones de euros anuales. Quiere decir también echar atrás las reformas laborales del PP y del PSOE, que nos dejan indefensos ante la arbitrariedad patronal. Quiere decir revertir los recortes. En suma, poner como prioridad absoluta, por encima de todo, la lucha por el pan, el trabajo y el techo.

Si esto no es así, y así parece, el gobierno que venga, sea de derecha, de «izquierda» o de centro, será otra vez un instrumento para aplicar los planes de la UE, la Troika y el Ibex35, a costa de los derechos del pueblo trabajador. El gobierno Tsipras en Grecia, se ha convertido en el brazo ejecutor de los planes de miseria de la UE y es la prueba irrebatible de dónde quedan las promesas cuando se ponen los dictados de la UE y la Troika por encima de las necesidades del pueblo.