Tras meses de debate parlamentario, aprobaron el “Pacto de Estado contra la violencia machista”. Un acuerdo que sigue sin reconocer muchas formas de violencia machista y que además arranca sin financiación, ya que NINGUNA de las medidas aprobadas, muchas contempladas en la ley del 2004, TIENE FECHA DE EJECUCIÓN NI PRESUPUESTO ASIGNADO. El gobierno ya confirmó que en 2018 prorrogará las cuentas de este año.

¿A dónde va a parar el presupuesto…?

No hay dinero para las medidas contra la violencia machista porque la prioridad es ajustarse al déficit público (del 3.1% al 2.2% en 2018) y seguir saqueando el dinero público para pagar la deuda que nos impone la UE. Lo que gobierno y patronal llaman “recuperación económica”, es el mantenimiento de sus privilegios y el aumento de sus beneficios a costa del empobrecimiento de la mayoría. Salarios a la baja, condiciones laborales del siglo XIX y un estado social y de derechos (pensiones, sanidad, educación y dependencia) cada vez más recortado.

El principal objetivo de este régimen, cuyas instituciones y cultura machista heredamos del franquismo, es asegurar los negocios de la burguesía. Sobre todo de ésa que cotiza en el Ibex 35 y de la banca que medró con total impunidad a la sombra de la dictadura franquista.

Por eso mantener la unidad de España, aunque sea a la fuerza, es imprescindible e  innegociable. Capear su crisis capitalista aumentando los ataques a la clase trabajadora, también. La brecha salarial que sufrimos las mujeres, nuestro desigual acceso al mercado de trabajo o el recorte en gasto social a costa de sobrecargarnos con las tareas de cuidados y la esclavitud doméstica, forman parte de ese ataque.

El desprecio a nuestros derechos de igualdad o al legítimo derecho a decidir del pueblo de Cataluña por parte de las principales fuerzas políticas en el Parlamento, muestra que para ellos el objetivo primordial sigue siendo apuntalar este régimen del 78, cada vez más deslegitimado.

 

¡Hay que seguir en las calles!

Las mujeres no podemos seguir confiando en ninguna solución que venga desde las instituciones. ¡Estamos hartas de promesas incumplidas! ¡Hay que salir a denunciar este Pacto que no soluciona ninguno de los problemas que sufrimos! ¡Hay que pelear por más presupuesto para enfrentar la violencia machista! Si hay dinero para la banca, la iglesia o un rey que no hemos votado, ¿por qué no para proteger nuestras vidas?

Miles de mujeres salimos a defender el referéndum del 1-O, mostrando al mundo que siempre estuvimos en primera línea en los levantamientos populares. Hay que seguir movilizándose para echar a este gobierno corrupto y romper con este régimen antidemocrático, heredero del franquismo. Una ruptura que nunca podrá ser “negociada” con quienes mantienen en él sus privilegios, sino impuesta desde abajo por una mayoría social. Una ruptura que supone la apertura de un proceso constituyente en el que podamos decidir el modelo social, político y económico que queremos construir y en el que combatiendo de forma cotidiana el machismo en nuestros barrios, centros de trabajo o estudio, las mujeres trabajadoras pongamos encima de la mesa, nuestras demandas y reivindicaciones hoy pisoteadas.

Se acerca el 25N, día de lucha internacional contra la violencia machista. Nuestra respuesta rotunda no puede ser otra que llenar las calles para decir que ¡NO QUEREMOS MÁS MIGAJAS! y ¡NO QUEREMOS NI UNA MENOS!