*Juan Ramos es ambientólogo de formación y bombero de profesión

Diga lo que diga el primo de Rajoy, el cambio climático ya es una realidad palpable hoy. Si no le hacemos frente, pronto tendrá graves consecuencias, que pueden llegar a ser catastróficas. Es positivo que cada uno cambiemos nuestros hábitos individuales, pero los principales responsables de las emisiones son, por mucho, las grandes empresas petroleras, eléctricas y automovilisticas.

Los gobiernos llevan 25 años realizando fastuosas cumbres internacionales, pero los resultados son nulos. Y es porque no se atreven a plantear las medidas que realmente podrían dar un vuelco a la situación: desincentivar el uso de vehículos privados, impulsando una amplia red pública de transporte sostenible; acabar con la energía sucia reduciendo el consumo y apostando por las energías renovables; y transformar la industria para que cubra las necesidades sociales, bajo criterios de sostenibilidad.

Es evidente que los accionistas y directivos de estas grandes compañías jamás renunciarán a sus multimillonarios beneficios para aplicar ese plan. Por eso es necesario un planteamiento decididamente anticapitalista, poniendo la banca y los sectores estratégicos bajo control social. Todo lo demás son medias tintas que sólo sirven para marear la perdiz… mientras el tiempo pasa y el problema se agrava. Entre 1970 y 2014, las poblaciones de animales silvestres se redujeron un 60%. ¡La mitad de la vida salvaje exterminada en 44 años! Sólo ese dato ya nos debería hacer reflexionar de lo urgente que es tomar medidas reales ya.