El 20 de mayo pasado, el personal de los hospitales y centros de salud pública de Grecia (médicos, enfermeras y personal de ambulancias) realizó una huelga de 24 horas para protestar por la falta de personal y financiamiento.

El estado de la salud pública en el país está al borde del colapso. El sindicato de trabajadores no médicos del sector afirmó que el servicio de saludestá«fuera de control por la escasez de fondos y personal» y que el curso de las negociaciones del país con sus acreedores internacionales no está creando«las condiciones para solucionar problemas acumulados, y la situación está llegando a un nivel no manejable»(página Informador.mx). Por su parte,Dimitris Varnavas, presidente del sindicato de médicos, declaró que el objetivo era logar que el gobierno destine fondos a los hospitales».

Otros participantes de la  huelga (como Apostolis, socorrista de ambulancia) expresaron que la falta de financiación tiene consecuencias graves sobre la capacidad operacional de las ambulancias y la salud de los pacientes. Las ambulancias no salen porque sufren averías y no hay piezas de recambio», y «Necesitamos financiación para dejar de tener pacientes en camillas en los pasillos de los hospitales. Además, nos deben el pago de las horas extras desde enero» (Efe Jrisula, camillera).

A la tarde del día de la huelga, los trabajadores iniciaron una marcha hacia el Parlamento y la sede del Gobierno. Sin embargo, después de haber llegado al Parlamento, fuerzas de la policía antidisturbios les impidieron continuar su marcha hasta la sede del Ejecutivo.

La situación de decadencia extrema de la salud pública griega no se inció con el gobierno de Syriza sino que es el resultado de años de planes ajuste y desinversión de gobiernos anteriores, motivado por el costo de la permanencia de Grecia en la Unión Europea y la zona euro.

Pero el gobierno de Alexis Tsipras, en vez de dar un giro de 180º en esta política (lo que era una aspiración muy sentida tanto del  pueblo griego como de los trabajadores de los hospitales) ha agravado la situación.

Por ejemplo, con la reciente ley de austeridad que hizo aprobar en el Parlamento por la que todos los organismos estatales (desde los municipios hasta los hospitales) están obligados a poner a disposición del gobierno sus reservas de caja. Es decir, que los hospitales ya no disponen de fondos para afrontar ni siquiera los gastos mínimos diários. Ni que decir, entonces de resolver los problemas más profundos y estructurales de la salud pública.  Fue precisamente esta ley el detonante que desencadenó la huelga.

Una ley cuyo objetivo es garantizar fondos para pagar la deuda externa con el FMI, el BCE y los demás acreedores. Es decir, un resultado de la capitulación del gobierno de Syriza a las exigencia de la troika y, al mismo tiempo, una traición a las aspiraciones por las que el pueblo griego votó a Syriza y lo llevó al gobierno.

Ante esta capitulación, apoyamos la huelga de los trabajadores de los hospitales, como un primer paso de la movilización independiente de los trabajadores y las masas. Reafirmamos que la tarea inmediata en Grecia esorganizar la oposición obrera y popular para enfrentar al gobierno. Es esta la única posibilidad  de construir una alternativa que se dirija hacia un verdadero gobierno de los trabajadores y el pueblo, asentado en sus organizaciones democráticas, que rompa con el capitalismo, la UE y el euro.