La firma del tercer memorándum por el gobierno de Syriza, el primer gobierno de una fuerza de izquierda en Europa tras la crisis capitalista, abre un debate de gran importancia para la lucha de los trabajadores en toda Europa.Por Juan P. y Ricardo Ayala

El pueblo trabajador griego ha demostrado su combatividad, espíritu de sacrificio y de lucha. Han dicho varias veces NO a la política a las contrarreformas y a la espiral de pobreza y destrucción de todo un país. Sin embargo, según el ex ministro Varoufakis tras meses de interminables “negociaciones” con las instituciones de la UE, ha escuchado: Tienes razón, pero vamos a machacarte.

Convocado el referéndum sobre el dictado de la UE, la combatividad, autorganización y la movilización han infligido una derrota política sin precedentes a la Troika, de Merkel, Hollande, Renzi y Rajoy. El NO derrota el chantaje terrorista del imperialismo, que cerró completamente la “financiación” de los bancos griegos, causando su cierre para sembrar el ambiente para que los partidos del SÍ y los medios repitiera sin cesar: “o nosotros o el abismo”.

No obstante, como obra de un mago al frente de los ojos de la asistencia, el No se convierte en . Y por si fuera poco, tamaña obra de magia hace aparecer un aún más robusto que el rechazado de forma perentoria por todo un pueblo. Una pregunta ronda la cabeza de todos los activistas, no solamente en Grecia, pero en Europa, ¿cómo es posible que, tras las inequívocas demostraciones de voluntad de la mayoría explotada de un pueblo, se impongan ataques a los trabajadores y pensionistas aún más profundos? ¿Por qué Syriza, de la promesa de anular el memorándum, se convierte en un instrumento de aplicación de las medidas de austeridad, cuando fue electo para hacer justo lo opuesto?

En el Estado español, la nota oficial de Podemos en cuanto Tsipras convoca el Referéndum, nos explica la transcendencia de los acontecimientos: “Ante el ultimátum y el chantaje de los acreedores, el gobierno griego ha reaccionado de manera ejemplar: dándole la palabra a la ciudadanía para que decida de manera democrática y soberana su propio futuro”.[1] (negrito nuestro)

Según Podemos, en una actitud ejemplar el gobierno Tsipras convoca al pueblo para decidir sobre su futuro, dándole la palabra. Pero, cuando el pueblo habla, ¿qué dice Syriza y Podemos? Tras la votación del dictado alemán en el parlamento griego el secretario político de Podemos, Errejón, declara: “…es el acuerdo posible ante la intransigencia de los líderes europeos, la mejor solución alcanzable…”¿Entonces? «Nosotros apoyaríamos lo que apoye el Parlamento griego…».[2]

Podemos y Syriza agregan una pregunta que no estaba en la papeleta: el “acuerdo posible”. Pero esta pregunta no fue plebiscitada. Los griegos podrían votar sí o no al ultimátum. La paradoja va allende de la aceptación del ultimátum imperialista, lo que inquieta a los que quieren pensar es: ¿Por qué los defensores a ultranza de la democracia, los que se dicen artífices de la “nueva política”, del respecto a la decisión de la “ciudadanía”, son los primeros en desconocer el resultado incuestionable, no solamente de un Referéndum convocado in extremis, además de unas elecciones, de su programa y de las manifestaciones y huelgas?

Empecemos por los hechos, estábamos ante dos intransigencias: ante la  intransigencia de la Troika y la intransigencia del pueblo griego que ha contestado NO innumerables veces. Y Syriza (además de Podemos) optaron sin miramientos por la intransigencia del imperialismo.

La lucha de los trabajadores griegos merece toda nuestra solidaridad y es, asimismo, una fuente importante de aprendizaje para todos los trabajadores europeos. ¿Qué dice lo ocurrido en Grecia de cara a las próximas elecciones en el Estado español?

Para sostener el NO, Tsipras debería ir a por lo bancos griegos

Nos encontramos en el Estado español, ante el mismo dilema que estuvo planteado en Grecia. ¿Es posible cambiar el espiral de ataques a las condiciones de existencia de los trabajadores respetando los marcos de las instituciones del Estado español y de la UE, a partir de lo sucedido en Grecia?

En el Estado español, la reforma de la ley de régimen local impone un férreo control de los presupuestos municipales por el ministerio de Hacienda, y Rajoy el día anterior a la toma de posesión ya amenazó: ¡que nadie se pase en el control del déficit! En caso de recuperación de un servicio, si hay ruptura de la concesión, se tendría que pagar una indemnización aumentando la deuda pública; o sea, que el empresario que gestiona el servicio gana siempre, si le mantienen la concesión y si se la quitan.

Para que la población recupere los servicios públicos sin que ello signifique aumentar la deuda, hay que saltar la “legalidad del PP”, o los empresarios seguirán saliéndose con la suya. El mismo problema lo ha enfrentado Tsipras.

Las medidas exigidas por la Troika en este tercer “rescate”, la rebaja de los salarios, pensiones, recortes y un largo etc., no tiene más objetivo que rescatar la banca griega. Es que el 90% de los monumentales 82 mil millones de € de los fondos de rescate se utilizará para recapitalizar los bancos del sector privado griego en crisis.

El capital financiero griego y español, para trapichar con el euro están dispuestos a entregar a los trabajadores y todo un país como carne de cañón, con tal que permanezca valiéndose del euro para sus negocios. Esta fue la frontera marcada por la “negociación” del gobierno Tsipras en consonancia con los límites impuestos por la burguesía griega.

Tras el ultimátum de Alemania y el resultado del Referéndum, no restaba otra salida para preservar mínimamente los intereses de los trabajadores que la ruptura con el euro. Y añadimos, para romper con el euro y no descargar esta ruptura en las espaldas de los trabajadores, los bancos griegos deben ser expropiados. Ocurre que para romper con el euro, Tsipras en primer lugar debería romper y atacar los intereses de la cobarde burguesía griega cuyos intereses está atado al imperialismo alemán y francés y saltar por los aires los tratados de la UE que impide la nacionalización de los bancos.

El cambio y las instituciones

Las contrarreformas laborales, los recortes y un sinfín de medidas que trajeron el espiral de pobreza y perdida de conquistas, en definitiva, el nuevo estándar de explotación que el capital financiero quiere imponer a los trabajadores europeos, es aplicado al unísono por los gobiernos y por el instrumento creado por el capital financiero a fin de llevárselo a cabo: la UE.

La primera y fundamental discusión que se plantea: ¿es posible romper la política de austeridad en el interior de la UE? En la cabeza de todos los activistas el centro del problema está en cómo “rescatar” las conquistas del Estado de bienestar. Ocurre que el Estado de bienestar no es una “característica del capitalismo europeo”, este fue un paréntesis histórico que ahora el capital avanza para liquidar. Puesto que la competencia internacional entre el capital financiero tiene una sola regla: el aumento de las ganancias.

Cuando el ministro de las financias de Alemania, Schauble, afirma que los compromisos asumidos por “Grecia” con la UE no pueden depender de los gobiernos de turno, indica, desde luego, el sentido y el carácter de la lucha en curso. Para el capital financiero europeo el ajuste estructural es innegociable.

Cuando “la hora del cambio” se resume al respeto del marco “legal” de las instituciones vigentes, el cambio se resumirá a suavizar, o en el caso griego, a aplicar el ajuste exigido por el capital financiero europeo.

Es que por más que se intente no se puede negar los intereses de clase y el “marco legal” de las instituciones, sea del Estado o de la UE.

La izquierda griega en las próximas elecciones

El próximo 20 de septiembre se celebrarán elecciones generales en Grecia. Estas elecciones se producen tan sólo unos meses después de la elección de Syriza como partido del gobierno. En este tiempo, Tsipras ha conseguido lo que ni Nueva Democracia (equivalente al PP griego) ni el PASOK (equivalente al PSOE) consiguieron, aprobar el tercer memorándum de recortes y privatizaciones.

Su intención adelantando las elecciones es dar legitimidad al nuevo gobierno para que pueda garantizar la aplicación del tercer memorándum, ante el estallido del grupo parlamentario de Syriza. Es decir, no será un gobierno para romper con la austeridad sino para aplicarla.

Por eso, Tsipras convoca las elecciones antes que los efectos de las medidas del tercer memorándum sean sentidos por la mayoría de la población, que ha votado rotundamente por el NO.

Cuando escribíamos estas líneas el cuadro electoral no estaba definido, pero, según las encuestas (que no son muy de fiar), Syriza y Nueva Democracia estaban virtualmente empatados.

La escisión de Syriza, ahora constituido como un nuevo partido llamado Unidad Popular se presenta a las elecciones defendiendo la cancelación del memorándum y la salida del euro, pero se quedan a medio camino en su programa. No defienden la salida de la UE ni medidas anticapitalistas, por lo que difícilmente podrán plantar cara a los planes del imperialismo europeo.

También se presentan otras varias organizaciones que defienden con claridad la salida de la UE y el Euro, tomando medidas anticapitalistas que sirvan para mejorar la vida de los trabajadores y el pueblo, como Antarsya y OKDE. Antarsya, un frente de varias organizaciones, ha jugado un rol muy importante en el referéndum constituyendo comités unitarios por el NO, se reunió con Unidad Popular para una posible cooperación electoral, pero el acuerdo no llegó a buen puerto.

También se presentará el KKE (Partido comunista), que naufraga en una cuestión clave al negarse a defender la salida de la UE, defendió la abstención en el referéndum y también se niega a realizar cualquier colaboración de lucha con otras fuerzas de izquierda.

La tendencia actual es que el gobierno que saldrá de las urnas, independiente de su base parlamentaria, será el gobierno que aplique las medidas del memorándum. La clase trabajadora deberá derrotar el nuevo memorándum valiéndose de sus luchas y organización. Para eso hace falta la construcción de comités unitarios para la lucha que congregue todas las fuerzas dispuestas a impedir la aplicación de las medidas. Coherente con ello creemos que habría que votar en las organizaciones que plantean claramente la necesidad de la ruptura con el euro y la UE.

[1]http://podemos.info/comunicado-de-podemos-ante-la-gravedad-de-la-situacion-que-vive-grecia/

[2]http://www.eldiario.es/politica/Podemos-respalda-Tsipras-Apoyamos-Parlamento_0_409809150.html