Luego del horrendo ataque químico perpetrado por Bashar Al-Assad en Duma, el presidente de los EEUU, Donald Trump, realizó una serie de hipócritas declaraciones “humanitarias”.

El líder de una coalición que desde 2014 ha matado miles de civiles, súbitamente se espanta sobre las “barbaridades” de su homólogo sirio: “lo ocurrido es bárbaro e inadmisible; estamos estudiando la respuesta. Nada está descartado”, declaró Trump.  Luego anunció “importantes decisiones” en las próximas “24 a 48 horas”. Existe una amenaza concreta de un ataque militar en una escala mayor a la que está en curso, que algunos analistas dan por inminente.

Desde la LIT-CI rechazamos cualquier tipo de intervención militar del imperialismo contra Siria. Esa no es la solución a la opresión y a las atrocidades que comete el régimen de Al-Assad. Ningún ataque militar imperialista fue ni podrá ser “humanitario”. En el caso sirio, siempre tendrá como objetivo derrotar el proceso revolucionario, no al dictador. Washington usa sus misiles al servicio de una política: mejorar las condiciones para controlar el país en una futura “transición” política. No le importa ni la vida ni las aspiraciones del pueblo sirio.

Como se sabe, EEUU y sus aliados imperialistas están interviniendo en Siria e Irak desde 2014. La coalición informó haber realizado 29.070 ataques entre agosto de 2014 y enero de 2018. Hasta mediados de febrero, admite haber matado entre 6.137 y 9.444 personas, a las que se deben añadir otras 5.000 sin contabilizar[1]. Lo concreto es que los ataques aéreos de EEUU se dirigieron en contra de civiles y del denominado Estado Islámico, no contra el régimen sirio.

Sin embargo, con todo el cinismo posible, Trump ahora se espanta con las atrocidades de Assad y promete una acción “fuerte y conjunta”. París y Londres, cuando no, apoyaron a Washington en la ONU. “Francia está dispuesta a todo con sus aliados”, dijo el embajador francés. “Todas las opciones están sobre la mesa”, secundó su par británica.

No es posible saber el alcance de estas nuevas amenazas. Puede que no pase de una bravuconada más, o bien es posible que realice un ataque bien “quirúrgico”, como el de hace un año, cuando respondió a otro ataque químico de Damasco. Entonces, EEUU lanzó 59 misiles Tomahawk contra la base aérea de Shayrat, en la ciudad de Homs. Y nada más.

A pesar de su retórica beligerante, sigue siendo improbable que EEUU consiga aumentar las tropas sobre el terreno y garantizar una “invasión” de Siria. Hace poco, el mismo Trump reconoció que existen 2.000 soldados en ese país, a los que incluso se mostró favorable a repatriar lo más rápido posible. El ataque químico en Duma le hizo cambiar de discurso, pero difícilmente de planes estratégicos. Por eso, puede ser que golpee duro, pero con la mirada puesta en forzar una “salida negociada”, en las mejores condiciones posibles, con el régimen sirio y su protector Putin.

El pueblo sirio ya ha derramado demasiada sangre enfrentando a la dictadura de Assad. Una intervención militar victoriosa del imperialismo, incluso en la hipótesis de que derroque el régimen de la familia Assad, no pasará de una nueva y más dura dictadura para el pueblo. Sería la dictadura del imperialismo, el mayor genocida de la historia de la humanidad. Por eso, es necesario luchar contra ambos, contra el eje Assad-Rusia-Irán-Hezbolá y contra el eje “democrático” de EEUU-Francia-Reino Unido-ONU. Las reivindicaciones democráticas y económicas del pueblo sirio, por las que están luchando y muriendo desde hace más de siete años, sólo podrán garantizarse a partir de la derrota de estos dos bloques contrarrevolucionarios y el triunfo de la revolución.

Notas:

[1] http://es.euronews.com/2018/02/27/mas-de-5-000-victimas-civiles-sin-contabilizar-por-ataques-de-eeuu-en-irak-y-siria