Esta entrevista forma parte de una serie de reportajes que nuestro corresponsal está haciendo durante dos semanas desde Grecia. Puedes ver el resto pinchando aquí.

Entrevistamos a Spyridoula, una joven trabajadora de uno de los numerosos museos de Atenas. Es militante de ARAN, una de las organizaciones que conforman Antarsya, un frente anticapitalista extraparlamentario. ARAN también participa en MARS, junto a diversas organizaciones de dentro y fuera de Antarsya.

  • Para los jóvenes de Grecia, ¿cómo ha cambiado la situación en los últimos años?

El efecto social más evidente es el aumento del desempleo, que es un gran problema. También si tienes un trabajo las condiciones son peores que antes. Hacemos muchas horas por poco dinero, a veces incluso nos pagan con cupones! Otras veces tenemos contratos a tiempo parcial y con el sueldo no podemos hacer nada. Hay mucho trabajo en negro, donde no tenemos derechos ni tenemos seguridad social.

Asociado a eso hay otros problemas como que la gente busca soluciones fuera de la acción colectiva y los movimientos sociales.  También hay mucha tensión acumulada que termina expresándose, o situaciones de miedo y depresión.  Todo eso dificulta que la gente se organice y tenga confianza en la lucha y la izquierda.

Llevamos ya 5 años de memorándum. En 2012 las luchas llegaron a su cénit. Después vinieron las elecciones y aunque ganó Nueva Democracia, Syriza quedó segundo y ya se confiaba en que pronto podríamos cambiar el gobierno. Syriza impulsó una política para que toda la atención se pusiera ahí, dejando de lado las movilizaciones. Cuando por fin llegó Tsipras al gobierno la gente confiaba en que algo iría a cambiar.

  • ¿Cómo ves al nuevo gobierno de Syriza?

Cuando en enero ganó Syriza no teníamos claro qué iba a hacer, pero todo apuntaba a que no iría a tomar ninguna política de ruptura con lo anterior. Aunque al principio tomaron alguna medida progresiva, como reabrir la televisión pública o readmitir a las limpiadoras del Ministerio de Economía, eso sólo era la parte visible del iceberg, y por detrás había mucho escondido. No esperábamos un plan radical, ya que Syriza claramente se situaba dentro de la democracia burguesa. Pero comparado con Samarás, el anterior presidente, cualquier cosa era buena. Que la policía dejara de acosar ya era todo un mundo, aunque la verdad es que eso sólo ha pasado mientras Syriza no ha necesitado reprimir, porque ahora vuelve a usar a los antidisturbios.

Cuando Tsipras anunció el referéndum, y tras la victoria tan clara del no, pensábamos que estábamos ante una nueva política, no creíamos que fuera a usar el resultado como lo hizo. No por la voluntad de Syriza, sino porque el resultado había sido tan claro que la presión era enorme sobre ellos.

  • ¿Qué tarea crees que Antarsya tiene por delante?

Tenemos que ponernos al frente de los movimientos sociales y darle organización. Los resultados del referéndum muestran que la crisis no es sólo económica, sino también social y humanitaria. A pesar de que todos los medios de comunicación estaban por el sí y metían continuamente miedo amenazando con que un desastre vendría si votábamos que no, ganamos el referéndum.

El “grexit” no es una cuestión económica, sino política. Syriza ha elegido el camino alejado de la ruptura que quería antes aparentar. Estoy seguro de que en otoño o invierno habrá elecciones porque las medidas del nuevo memorándum no se aprobarán porque aunque muchos en el gobierno o los altos cargos son neoliberales, la base de Syriza y varios de sus diputados no seguirán a Tsipras. Pronto vamos a ver esa división y el mapa de la izquierda va a cambiar.

  • ¿Qué piensas sobre la Plataforma de Izquierda de Syriza?

Creo que no está completamente unificada. No creo que salga de esta de una pieza. Puede ser que salgan de Syriza, pero no de manera inmediata. Creo que hay gente luchadora dentro que debe salirse.

  • ¿Qué posición mantenéis frente al gobierno?

No lo apoyamos de ninguna manera. Si en los meses previos había alguna confusión, ahora esto es claro. Tsipras tuvo una gran popularidad, y aún hoy tiene bastante. Mucha gente dice que no podía hacer nada más, que fue amenazado para firmar el acuerdo. Pero nosotros tenemos que abrir el debate en la sociedad para discutir una política social anti-UE. Ahora es posible discutir estas cuestiones, el rechazo a la UE ha llegado a sus máximos históricos.

  • ¿Antarsya será capaz de organizar el descontento?

Antarsya, como la parte principal de la izquierda extraparlamentaria, ahora que ha fallado Syriza, creo que tiene que tener la oportunidad de hacerlo a nuestra manera. Queremos un frente social y político con nuestro discurso contra el €, contra la UE y anticapitalista. Que se oponga a la austeridad y a los memorándums y que tenga una política social.

  • ¿Seguirán ahora las movilizaciones?

A Syriza se la votó para que acabara con el memorándum. Este fue el discurso que le hizo ganar. La gente que estaba luchando durante años estaba más calmada confiando en el nuevo gobierno. De momento han pasado sólo tres semanas del acuerdo, y hay mucho disgusto entre la gente. Veremos qué pasa, pero Antarsya intentaremos ir a la lucha y que el movimiento se encienda. Pero no es fácil, tenemos que trabajar para ello. La desilusión se ha extendido ahora por la traición de Syriza.

  • ¿Qué podemos hacer nosotros en solidaridad con Grecia?

Las ilusiones en la UE se están acabando. Debemos aprovechar esta oportunidad en toda Europa. Los antiguos memorándums ya eran terribles, pero este nuevo es un verdadero castigo. Las medidas son imposibles de cumplir, es sólo para castigarnos. Lo primero debe ser que resistáis a la UE, y explicar que la UE y el € son mentira. Si lucháis por vosotros mismos ya estáis ayudando a que solventemos nuestros problemas, que son comunes. Toda Europa está con lo mismo, aunque a diferentes niveles. Por eso creo que la tarea, más que solidaridad, es la lucha común. Cuando os manifestáis por Grecia lo hacéis también por vuestros propios problemas sociales. Tenéis que resistir y luchar porque no creo que haya ninguna salida para nosotros en una óptica nacional.