Los trabajadores y trabajadoras del aeropuerto del Prat, resistiendo todas las presiones y coacciones, han rechazado la propuesta de la Generalitat y mantienen la huelga. Una huelga justa y legítima ante las condiciones de extrema precariedad salarial y laboral a las que están sometidos.

La reacción del ministro De la Serna y el gobierno español es intolerable. Vulnerar el derecho a huelga y a la negociación colectiva criminalizando a los trabajadores, usando el chantaje, anunciando un laudo obligatorio y usando a la Guardia Civil como esquiroles es una vergüenza. Son el gobierno de los patrones, el que privatizó los servicios de seguridad de los aeropuertos y, junto con AENA, permiten condiciones salariales y de trabajo que son indignas.

Pero De la Serna no está solo: el Gobierno de Puigdemont y Junqueras no ha dudado a unirse y ofrecer la colaboración de los Mossos, cerrando filas con el gobierno español contra los trabajadores en nombre de unos supuestos intereses generales que no son los del pueblo trabajador de Cataluña, sino de las patronales.

Pero lo más lamentable es la postura de Ada Colau, la principal dirigente de «Catalunya en comú» que en nombre del Ayuntamiento ha hecho frente común con el gobierno español y el de la Generalitat, sumándose al chantaje a los trabajadores llamándolos a la «responsabilidad» y justificando de manera vergonzosa el laudo obligatorio y el esquirolaje de la guardia civil.

En lugar de eso, ¿no tendría que haberse solidarizado con los trabajadores, llamando a la responsabilidad a los verdaderos causantes del conflicto (el gobierno, AENA y Eulen) y exigir la vuelta del servicio de seguridad del aeropuerto a manos públicas? ¿No tendría que haber denunciado el atentado contra el derecho a huelga y la negociación colectiva que están sufriendo los trabajadores?

Desde el 4 de agosto los trabajadores de la empresa privada Eulen, que gestiona la seguridad privada del aeropuerto del Prat, han hecho paros parciales (con servicios mínimos del 90%) para denunciar la precariedad salarial y laboral y unos ritmos de trabajo insoportables además de exigir, entre otras cosas, un aumento salarial digno y un aumento de personal.

El pasado domingo 13 de agosto la plantilla decidió en asamblea, contra todo tipo de presiones, rechazar la propuesta de la Generalitat de un aumento salarial de 200€ en 12 pagas y mantener la convocatoria de huelga indefinida a partir del lunes 14 de agosto reivindicando 250€ más mensuales en 15 pagas. El «no» se impuso de forma masiva con 150 votos a favor frente a 36 en contra.

Ahora toca organizar la máxima solidaridad con los compañeros y compañeras de Eulen. Esta es la gran responsabilidad,en primer lugar, de los sindicatos. Es también obligación de las organizaciones de izquierda y de los movimientos sociales. CCOO y UGT han declarado su oposición al laude y al uso de la guardia civil. Pero estas palabras solo valen si se convierten en hechos, en la solidaridad activa.

Desde Corriente Roja damos todo nuestro apoyo a la huelga indefinida y llamamos a extender la solidaridad obrera porque la lucha de los trabajadores de Eulen es la lucha de todos. Si hay recuperación económica para los ricos y las empresas, que haya también para los trabajadores y el pueblo.

¡Hay que impedir la vulneración del derecho de huelga y de la negociación colectiva y derogar de forma inmediata las reformas laborales del PP y del PSOE!