Tras un año de pandemia, volvemos a las calles este 1º de Mayo, “Día Internacional de la clase obrera”. Un año en el que hemos sufrido el deterioro infringido por los diferentes gobiernos a los Servicios Públicos, en particular a la Sanidad. Un sistema sanitario del que se alardeaba por todo el mundo, pero que cuando irrumpió la pandemia fue incapaz de dotar al personal sanitario de los EPIS necesarios para evitar los contagios, mientras UCIS y hospitales se saturaban en un abrir y cerrar de ojos.La pandemia está lejos de acabar y los gobiernos son responsables

En el Estado español las cifras son devastadoras. Más de 3.400.000 personas contagiadas y un exceso de muertes con respecto a años anteriores de más de 92.000.  Casi un tercio de ellas en las residencias de ancian@s, poniendo en evidencia uno de los servicios sociosanitarios más privatizados, entregados a empresas constructoras y a un sector de la Iglesia.

La vacunación está siendo deficiente y desigual, a nivel estatal y en todo el mundo, por la dificultad de acceso a las vacunas de los países más pobres. Con este ritmo de vacunación y producción, el mundo estaría vacunado a finales del 2023. La única solución para acelerar los ritmos sería liberar las patentes para que todos los laboratorios pudiesen producir las vacunas necesarias.

Cada vez son más las voces y los países a favor de ello. Pero esta petición ha sido rechazada en varias ocasiones por los países en los que se encuentran las farmacéuticas dueñas de esas patentes. Además del acaparamiento de vacunas comprando muchas más dosis de las necesarias, la UE, (y el gobierno español hasta hace pocos días), se empeña en mantener y proteger de forma férrea las patentes, para proteger los beneficios escandalosos de las multinacionales farmacéuticas y laboratorios privados, después de haber sido subvencionadas con dinero público.
Las consecuencias de un modelo productivo decadente, periférico y dependiente 
Esta crisis sanitaria ha profundizado la crisis económica del 2008, de la que nunca salimos y ha puesto en entredicho el débil modelo productivo del Estado, basado en el turismo, el sector más azotado por la crisis. Fueron décadas de destrucción del tejido productivo, en favor de la hostelería y el comercio.

El desempleo sube hasta los 4 millones, ya son más de 740.000 los trabajadores/as en ERTE y los autónomos/as en cese de actividad suman casi 470.000. La deuda alcanza ya un 118%, más que en plena Guerra Civil, tras regalar miles de millones a las multinacionales, al igual que hicieron en 2008 cuando rescataron a los bancos. Una deuda que previsiblemente seguirá creciendo ahora que pretenden convertir los ERTES, (en los que 3 de cada 4 euros se pagan con dinero público), en el nuevo mecanismo de flexibilidad laboral al servicio de las empresas. 
Viejas recetas en su nueva normalidad: Rescatar las grandes empresas, desindustrializar el país y mandarnos a la miseria
Este gobierno “de progreso” que nunca prohibió los despidos por Ley, se muestra ahora incapaz de parar la actual sangría de ERES y despidos: Corte Ingles (+ de 3.000) Indra (+ de 1.600), H&M (+ de 1.600), Tiger, y un largo etcétera. Además del cierre de empresas que se han producido o se producirán, como Nissan (Barcelona), Airbus (Puerto Real), Bosch (Barcelona), Siemens Gamesa (Galicia y Cuenca) y muchas empresas auxiliares, que se ven afectadas por el cierre o las bajadas de producción.

El macro ERE anunciado en Caixabank-Bankia (8.291 despidos) tras la fusión con Bankia, rescatado en su día con dinero público, es emblemático la pasividad vergonzosa de este gobierno. Junto al ERE pactado en Santander, BBVA, Sabadell e Ibercaja, suman casi 18.000 despidos en el sector, sin contar los miles que dejó la anterior crisis. Pese a esta destrucción masiva de puestos de trabajo, los bancos aprueban incrementos de retribución y pagos de bonus para sus directivos y consejeros de Administración.
Mientras no dudan en salvar autopistas, aerolíneas (Plus Ultra) o empresas ligadas a la construcción, el turismo o la banca, se niegan a hacer lo mismo con las empresas industriales, dejando claro el papel que juega el Estado español en la UE: ser el hotel, y el bar de Europa. Este gobierno muestra cada vez más su carácter de clase. Es un gobierno burgués al servicio de la patronal, cuyos compromisos electorales se cuentan por incumplimientos.
Los sectores oprimidos, los más castigados por la crisis
Mujeres, juventud, inmigrantes en situación irregular o el colectivo LGTBI, que ya estaban especialmente afectados/as por el desempleo o la temporalidad y son mayoría en la economía informal, se están llevando la peor parte de esta crisis.

La gestión de esta pandemia agudizó la esclavitud doméstica que sufren las mujeres. Dejó a la juventud, cuya cifra de paro alcanza ¡un 41%!, sin posibilidad de proyectar un futuro digno. Y excluyó a las personas migrantes de las escasas ayudas sociales, a la par que el racismo institucional alienta el crecimiento de la xenofobia y los delitos de odio en la población. Y mientras se perdona la deuda a los bancos, el rey huye con el dinero robado o se sigue subvencionando a la Iglesia, no hubo ni hay dinero para proteger los derechos sociales y laborales del colectivo LGTBI. Tenía razón el gobierno: “no ha dejado a nadie atrás”. A los más golpeados por esta pandemia, los ha dejado “directamente a un lado” y abandonados a su suerte.
Los fondos europeos de reconstrucción, son una soga al cuello de la clase trabajadora
En ese salvamento público a las empresas, la parte del león se lo llevarán los de siempre: las empresas del Ibex 35. Para Sanidad, Dependencia, Educación o Violencia machista, dejaron las migajas que cayeron de la mesa en la que se sentó el gobierno con la gran patronal y la Banca. Y además estos fondos no saldrán gratis, pues van condicionados a una nueva Reforma Laboral y de Pensiones exigida por la UE. Y supondrán nuevos recortes sociales, cuando haya que devolver una parte de ellos y ajustarse al déficit público exigido por la Troika.

De hecho, la anunciada derogación de la Reforma Laboral, no es tal, sino una nueva reforma de la que no cabe esperar solución alguna a la precariedad laboral que vivimos, máxime cuando la UE ya dicho que “está muy satisfecha con ella”. El acceso a una pensión pública digna será cada vez más difícil para l@s trabajador@s, tras aplicar las recomendaciones del nuevo Pacto de Toledo, que incrementan los años de cotización, para el cálculo y acceso a la jubilación. Este gobierno se negó a subir el SMI, pese a las promesas de Yolanda Díaz, que Calviño enfrió, plegándose a los intereses de la UE y la patronal.
Una vez más, el papel cómplice de la burocracia sindical
En este panorama y ante la catástrofe social que se avecina, sigue siendo determinante el papel cómplice de la burocracia social, avalando todas las medidas impuestas, además de intentar aislar y dividir las luchas obreras, allá donde surgen.

Son igualmente responsables del despido libre y gratuito que se avecina en la Administración Pública, vía unas oposiciones fraudulentas que se empeñan en certificar como mecanismo para acabar con la temporalidad, pero que echarán a la calle a miles de temporales, en su gran mayoría mujeres.
¿Así van a parar a Ayuso y a la extrema derecha? ¡Es hora de volver a las calles!
 A la extrema derecha se la combate con políticas sociales reales, no con eslóganes o con medidas miserables como el Ingreso Mínimo Vital, que solo ha llegado a 160.000 hogares de los 850.000 previstos y cuyo acceso, con las oficinas de la Seguridad Social cerradas, es una auténtica “gincana”.

A l@s trabajador@s no nos queda otra que estar en primera línea de lucha este 1º de Mayo para exigir las medidas que precisamos. Como en Chile, donde miles salieron a las calles para luchar contra las privatizaciones y la precariedad, o como en Myanmar donde ante la parálisis de la ONU, la clase obrera se puso al frente para parar el Golpe de Estado militar. O como en la Huelga General en la India en la que participaron millones de trabajador@s.

 
Este 1º de Mayo, ¡Gobierne quien Gobierne, defendamos nuestros derechos y el puesto de trabajo!
 ¡Prohibición real de los despidos!
¡Nacionalización de las industrias claves!
¡Por un plan de reindustrialización basado en las necesidades sociales y el cuidado medioambiental!
 ¡Derogar las Reformas Laborales y no imponer una nueva!
 ¡No al nuevo Pensionazo en marcha!
¡Por la igualdad salarial y en pensiones! ¡Más recursos contra toda violencia machista y para acabar con la doble jornada laboral!
¡Derogación de la Ley de Extranjería y Regularización YA!
¡Plan especial de empleo juvenil y cupo laboral LGTBI en el empleo público!
¡Refuerzo inmediato de la Sanidad Pública y ni un euro a la privada! ¡Liberalización ya de las patentes!
¡Prohibición drástica de los desahucios! ¡Incautación de los pisos en manos de la Banca, los fondos buitre y grandes tenedores!
¡Responder a la extrema derecha, como en Vallekas!
¡Por un gobierno de l@s trabajadoras/es!
¡Por una salida obrera y socialista a la crisis: Ven con nosotr@s a Corriente Roja o afíliate y ayúdanos a construirla!