El alumnado inmigrante, tanto de primera como de segunda generación, constituimos más del 10% del total (teniendo en cuenta a los alumnos que poseen la tarjeta de residencia o la nacionalidad española).

Tenemos que contar con que la gran mayoría de estos alumnos, además de tener que enfrentarse a la barrera lingüística y cultural, provienen de familias trabajadoras y precarias: “38% que trabaja en la agricultura o la pesca, un 15% lo hace en la industria manufacturera, un 13,75% en la hostelería y un 11,55% en trabajos de limpieza.El informe de Randstad recalca que mientras un 21,72% de españoles se emplea en puestos cualificados, sólo lo consigue un 5,06% de extranjeros.”

Si esta realidad socioeconómica y cultural dificulta esquivar el fracaso escolar o tener una carrera universitaria los obstáculos de las familias indocumentadas y de los menores recién llegados se multiplican dramáticamente.

Por ello, es importante que nosotros demos una atención a este sector ya no sólo porque son nuestros compañeros de clase sino por internacionalismo doméstico, porque somos antirracistas y porque son uno de los sectores más precarizados de las escuelas y la universidad.

  • Fuera las leyes que nos prohíben estudiar:

“Los Extranjeros no comunitarios para poder optar a beca deben tener la condición de residentes en España, de acuerdo con lo establecido en la ley 4/2000 de 11 de enero sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, en la nueva redacción dada por la ley Orgánica 8/2000 de 22 de diciembre”

Los inmigrantes no pueden solicitar una beca para acceder a la universidad si no poseen la tarjeta de residencia. En cambio, un alumno alemán o francés sí. Además, en la Comunidad de Madrid el Gobierno de Cristina Cifuentes multiplicó por cuatro las tasas universitarias de los estudiantes extracomunitarios que no tienen condición de residentes en el año 2015 fomentando así la expulsión de la universidad de estos alumnos.

Estas políticas además de racistasson una manera de continuar con la política de cerrar la puerta de la formación superior a los hijos de los trabajadores condenándoles a servir en bares o limpiar hoteles, y al ser inmigrantes pagarles menos (35,9% menos que un trabajador nativo) y aumentar su horario laboral.

  • Basta de recortes en los presupuestos dedicados a reforzar a los estudiantes inmigrantes:
  1. En 2011, el gobierno eliminó el Fondo para la Integración, Acogida y Refuerzo Educativo de los inmigrantes(67 millones de Euros), partida creada para que las comunidades autónomas apoyasen los programas encaminados a estas políticas.
  2. En 2015, el Gobierno recortó un 90,2% en el dinero destinado a los programas «intentan garantizar el acceso, la permanencia y la promoción en el sistema educativo del alumnado en situación de desventaja social»  dejándolo prácticamente  en 0(de 53.660.000 a apenas 5,25 millones).
  3. Los recortes también llevaron a una reducción del profesorado(sólo en 2015 se despidieron 20.000). Este ataque supuso, por un lado, aumentar las horas lectivas a los que tuvieron “la suerte” de mantener su puesto de trabajo lo que relegó a un segundo plano los desdobles de lengua, las tutorías y los refuerzos para extranjeros inmigrantes.

Por otro lado, la masificación de las aulas llevó a que el profesor tiene que dedicar más tiempo a poner orden en clase que a la atención individual a cada alumno por lo que también afecta a estos estudiantes.

Es un hecho, que, despojados de toda ayuda en la escuela, a los alumnos inmigrantes solo les queda buscar el refuerzo escolar en casa donde se encuentran con otro obstáculo.

Si tienen la suerte de que sus padres manejan perfectamente el castellano y que además están en casa para atenderlesnos encontramos que al haber recibido una educación en otro país los referentes culturales y académicos no tienen nada que ver con el currículo educativo de la escuela de sus hijos por lo que en muchas ocasiones la ayuda es meramente de  ánimo.

Por todas estas políticas educativas, el Estado Español es el país donde más inmigrantes abandonan la educación de manera prematura en la Unión Europea(37,8%).

 

  • BASTA DE RACISMO INSTITUCIONAL Y EN LAS CLASES
  1. Religión Católica sube la nota media de los alumnos que la escojan gracia a la LOMCE: la elevación de de la religión católica como asignatura troncal, además de fomentar el machismo y la LGTBI-fobia como ya mencionamos anteriormente desprecia e infantiliza las otras religiones con las que se sienten identificados muchos alumnos inmigrantes (como el islam, el budismo o el cristianismo ortodoxo) fomentando así el racismo de tanto los profesores y los alumnos nativos contra ellos.

Este desprecio es más visible cuando se dan casos de profesores que expulsan a sus alumnas por llevar el velo islámico y los jueces dependiendo del día apoyan o no esta acción racista, pero nadie es expulsado por llevar un crucifijo dorado en el pendiente.

Por último, los alumnos que no escogen esta asignatura tienen más probabilidades de bajar la nota media, dificultando todavía más el acceso a la universidad.

 

  1. Igual que al Gobierno le interesa que los trabajadores nativos culpen a los trabajadores inmigrantes de que haya paro en vez de exigirles que inviertan en combatir el desempleo, en la educación también les interesa que los culpables seamos los alumnos inmigrantes en lugar de combatir el recorte en el presupuesto educativo de cuya responsabilidad recae en el Gobierno.

Según mostró el CIS en su última encuesta sobre la inmigración del año 2014, un 35,7% de los españoles sigue pensando que la calidad de la educación empeora en los colegios donde hay muchos hijos de inmigrantes.

Este elevado porcentaje tiene como repercusión que 1 de cada 4 alumnos inmigrantes nos hemos sentido ninguneados o excluidos por nuestros compañeros nativos.

Tener esta realidad en cuenta es de vital importancia para el movimiento estudiantil y el combate a los ataques en la educación. Si no combatimos el racismo (reírse del acento de nuestro compañero, cuestionarle si bebe o no alcohol, de su vestimenta, de su pelo afro, de la forma de sus ojos, de su tradición religiosa o cultural, de vincularles a terroristas, etc.) no sólo apoyamos al gobierno y a las empresas a que aumenten más la brecha salarial entre trabajadores extranjeros y nativos (35,9% menos), suban las vallas de Ceuta y Melilla y aumenten las redadas, sino que condenamos a que el movimiento no cuente con unos activistas que son los que más les interesa que la Educación sea pública, gratuita y universal de todas para todas.

Por ello, desde Corriente Roja reivindicamos:

¡No a la LOMCE, clasista, machista, racista y LGTBI-foba!

¡No a las fronteras educativas de la Ley 4/2000!

¡Ninguna restricción ni tasazoracista para acceder a la Universidad!

¡Por un fondo para la Integración, Acogida y Refuerzo Educativo de los inmigrantes para combatir el fracaso escolar!

¡Fuera el racismo de las aulas y del movimiento estudiantil!

¡Por unos espacios inclusivos y antirracistas en las asambleas!