El próximo 13 de abril tendrá lugar la audiencia para revisar las condenas de nuestro compañero del PSTU-A Daniel Ruiz, y de César Arakaki del PO, por las manifestaciones en contra la Reforma Previsional que impulsó el gobierno de Mauricio Macri el 18 de diciembre de 2017.
 
Desde Corriente Roja reafirmamos nuestra  solidaridad con los compañeros y llamamos a  todas las organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos en el país, a seguir con las movilizaciones por la absolución de Daniel Ruiz, César Arakaki y Sebastián Romero, condenados por enfrentar la Reforma Previsional de Macri, porque luchar no puede ser un delito. Reproducimos a continuación la nota del PSTU Argentina.

Este 13 de abril tendrá lugar la primera de las audiencias frente a la Cámara Federal de Casación. La misma responde al pedido de apelación que hicimos a la condena a Daniel Ruiz y Cesar Arakaki en la causa por las movilizaciones del 18 de diciembre de 2017. Ese día en que fuimos miles en la Plaza del Congreso enfrentando los gases y las balas de goma. Ese día en que el macrismo decidió hacer pasar como cueste la Reforma Previsional.

Esa condena solamente fue la corona de años de persecución que incluyeron las prisiones de nuestros compañeros Daniel Ruiz y Sebastián Romero, el apodado «gordo del mortero», que se convirtió en símbolo de aquella movilización.

Desde luego que lo único que buscó esta condena fue amedrentar y disciplinar a l@s trabajador@s. Demostrar que eso es lo que les pasa a quienes enfrentan los planes de ajuste.

Nosotros los acusamos

Desde un primer momento no confiamos en la Justicia y su posibilidad de emitir un fallo justo, aunque la falta de pruebas era evidente. En muchos artículos hemos polemizado con el Partido Obrero respecto de la estrategia judicial y el carácter de la campaña en el juicio que, para nosotr@s, debía ser utilizado como una tribuna y sin generar expectativas en lograr la absolución mediante la actuación en el juicio.

Es por eso que nuestra defensa en el juicio fue acusar al Gobierno, a los jueces, a todo este sistema podrido que se basa en el lucro a costa del hambre de millones.

Ese día l@s trabajador@s salimos a las calles a defender a nuestros viej@s. A defender nuestro futuro, nuestras jubilaciones. A enfrentar la Reforma Laboral que era la siguiente tarea pendiente para ese Congreso que se mostró como el órgano de la voluntad de un@s poc@s y no como los representantes del pueblo. 

Los medios salieron rápidamente a señalarnos como «los violentos». Pero nada decían de la violencia que sufrimos todos los días cuando no nos da el sueldo para llevar comida a la mesa familiar. La violencia es válida solamente del lado de los que más tienen, que defienden sus fortunas y aún quieren más. Pero es otro cantar cuando somos los desposeídos quienes, con todo lo que tenemos a mano, nos defendemos y enfrentamos este sistema injusto. 

Una Justicia de clase

La condena se vuelve aún más injusta cuando vemos como, mientras nuestros compañeros fueron perseguidos, espiados y condenados, otros escapan a esa suerte. Son casos como el del macrista «Pepín» Rodriguez Simón, que aún prófugo da notas, conferencias de prensa, y nadie parece hacer un esfuerzo para atraparlo. Son los asesinos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. O los terratenientes que provocan los incendios en el Delta para favorecer sus negocios. La Justicia parece no existir para los amigos del poder.

En esto seguramente coincidirán muchas compañeras y compañeros que se identifican con el Kirchnerismo y con el actual Gobierno. Quienes plantean que es necesario democratizar la Justicia ya que ésta se ha convertido en una casta contra los intereses del pueblo. 

Nosotr@s planteamos que en ese sentido los jueces deberían ser elegidos por voto popular, y que, para que realmente deje de ser una casta, los trabajadores y trabajadoras también deberíamos tener el derecho de presentarnos, deberían ser cargos revocables y con salarios iguales a los de un trabajador/a. 

Ahora bien, esta es una Justicia de clase: al servicio de los empresarios. Y seguirá siendo así mientras sean éstos quienes tengan el poder. Para una verdadera salida de fondo, no se trata de cambiar la Justicia, se trata de cambiar todo el sistema. Que de una vez por todas gobiernen l@s trabajador@s y el pueblo, quienes realmente generan la riqueza del mundo con su trabajo y hacen que la sociedad se mueva. Y para eso no alcanza con algunas leyes votadas en un Congreso que no es más que territorio enemigo.

El 13 de abril vamos a Comodoro Py

Es por todo lo señalado que apelamos la condena que dictaron los jueces. Pero no nos confundimos. No confiamos en esta Justicia corrupta y de clase. Lo único que puede torcer la balanza a nuestro favor es la movilización y por eso el 13 de abril nos espera una cita de mucha importancia en Comodoro Py.

Si con la condena a Daniel Ruiz y a César Arakaki quieren doblegar a l@s trabajador@s que salen a luchar, entonces es tarea de primer orden rechazarla en las calles.

Lo intentaron con los mártires de Chicago, lo intentaron con los dirigentes del Mayo Francés. Lo intentaron en nuestro país con la Semana Trágica, con la Patagonia Rebelde. Lo intentaron con los 30 mil desaparecid@s y con los muert@s del 2001.

A pesar de todo. Seguimos denunciando su sociedad de ratas. Seguiremos luchando para destruirla y construir una nueva. No nos han derrotado.