Este 25 de julio, la clase trabajadora gallega que hoy lucha contra los despidos, los cierres y los EREs tiene que tener un protagonismo central: ¡no podemos permitirnos el lujo de perder un solo puesto de trabajo más, si no queremos convertirnos en un desierto industrial!

Galicia vive un nuevo proceso de profunda desindustrialización, que amenaza miles de puestos de trabajo en la industria; desde Alcoa ate la liquidación de Vulcano, desde el cierre de Poligal hasta las centrales térmicas, los despidos en R, pasando por la llamada «industria electrointensiva» como Ferroatlántica, Ence, etc. Si no lo paramos, la emigración seguirá a ser la única salida para la juventud gallega.

De este modo se pone de manifiesto el carácter «periférico» de la nación gallega, dentro de un estado que hace siglos impuso el ser mono cultivo para la exportación de materias primas y mano de obra barata, mientras la industria de la elaboración va para otros lugares. Exportamos para importar productos manufacturados, esta es la relación que tiene Galicia con el resto del estado y de Europa.

La Xunta del PP, como el gobierno Central, quien cuando se le planteó la nacionalización de Alcoa dijo que era «comunismo», están dejando hacer a las empresas privadas, vendiendo y comprando unas (Alcoa), cerrando otras (Poligal) o directamente liquidándolas (Vulcano); en una suerte de «ruleta rusa» donde las víctimas son los trabajadores y trabajadoras.

En este cuadro, la desertización del rural golpeado por la inexistencia de un transporte colectivo público y políticas que estructuren el territorio, se da de la mano de la desindustrialización de la Galicia y el desmantelamiento sistemático de todos los servicios públicos, de la sanidad, de la educación, de dependencia, de las pensiones,…

Todas las políticas que la Xunta y el gobierno central desarrollan respeto a Galicia, es para mantener la en su papel exportador de materias primas y mano de obra, demostrando que como pueblo no tenemos encaje posible en el régimen del 78. Al capital español le sobra una parte de la población gallega.

Pero también hay que subrayar que lo que acontece en la Galicia no es exclusivo; los planes de desindustrialización, de desertización del rural, de desmantelamiento de los servicios son europeos, son compartidos por todos los gobiernos, desde la Xunta y el Central español, hasta lo de Macron, las movilizaciones de los «chalecos amarillos» son la respuesta del rural francés a estas políticas, Merkel u Orban.

Asturias enfrenta un proceso semejante con Alcoa-Avilés y Arcelor a la cabeza, en Barcelona Nissan ven de presentar un ERE de 600 trabajadores / las, y Renault Valladolid tiene un futuro negro. Andalucía está siendo desmantelada por el gobierno tripartito de la extrema derecha. Ni la clase trabajadora ni los pueblos que hacen parte del Estado Español tienen encaje en él, como vemos diariamente en la práctica ocupación militar de Catalunya con la GC haciendo registros cuando quiere en las dependencias de la Generalitat, y esa farsa de juicio que es  el del «proces».

Hay que poner en el centro a confluencia en la lucha contra las instituciones que desarrollan esas políticas, el régimen del 78 y la Unión Europea. De otro modo, solo puede ser «pan para hoy y hambre para mañana».

El 25 de Xullo no es patrimonio de nadie, es el día del pueblo trabajador gallego, del que el 70 % son asalariados / las, y debe ser una fecha para luchar por nuestros derechos sociales y políticos, que son indisolubles. El 25 de Xullo tiene que ser un canal para unir todas las luchas que el pueblo trabajador gallego está dando en el social y en el político.

La unidad en la lucha y su coordinación hay que construirla desde la base, y no sobre acuerdos cupulares; desde las asambleas de fábrica, de villa y barrio, organizando la respuesta a las políticas de la Xunta y de la Unión Europea, votando planes de movilización en el camino de las jornadas de lucha que sean precisos ate derrotar esos planes.

Para CV la salida pasa por construir un amplio movimiento social que luche por la ruptura con el régimen, abriendo un proceso constituyente que garantice la resolución de las necesidades sociales, a partir de un plan de emergencia social y nacionalde urgencia,

1.- Nacionalizando las empresas en crisis, Alcoa, Vulcano, Ferroaltántica, Poligal, R, … y estratégicas (eléctricas, térmicas, telecomunicaciones, …), renacionalice todos los servicios privatizados en sanidad, dependencia, educación,… a raya de los trabajadores / las y usuarios / las.
2.- Garantice pensión publicas de mínimo 1080 euros, blindadas como derecho constitucional y no como una limosna

3.- Un transporte publico y colectivo que integre el territorio, y ponga freno a desertización del rural.

4.- Que derogue todas las reformas laborales, de pensiones y legales, que el largo de estos años hicieron retroceder nuestros derechos sociales y políticos de estas décadas (ley mordaza, ley de partidos, etc.)

5.- Por planes industriales planificados democráticamente, a partir de las necesidades de la población trabajadora y sostenible, que garantice todos los puestos de trabajo. ¡No podemos permitirnos el lujo de perder un solo puesto!

En Galicia, como nación oprimida, solo fundiendo las luchas de la clase obrera a la lucha por los derechos políticos como nación se puede abrir puertas para que la unidad no sea «uniformidad»; el derecho a decidir del pueblo gallego es irrenunciable en este camino de construir el movimiento por la ruptura con el régimen.

Galicia, como el Estado Español, precisa luchar por otra sociedad, por el socialismo, que rompa con el gusanillo de crisis, inestabilidad y saqueo a la que nos somete el capitalismo todos los días

Dia da Patria Galega

Por un 25 de Xullo de clase

Este 25 de xullo a clase traballadora galega que hoxe loita contra a os despidos, os peches e os EREs ten que ter un protagonismo central: non podemos permitirnos o luxo de perder un só posto de traballo máis, se non queremos-nos converter nun deserto industrial. 

Galiza vive un novo proceso de profunda desindustrialización, que ameaza miles de postos de traballo na industria; desde Alcoa ate a liquidación de Vulcano, desde o peche de Poligal ate o das centrais térmicas, os despidos en R, pasando pola chamada “industria electrointensiva” como Ferroatlántica, Ence, etc. Se non o paramos, a emigración seguirá a ser a única saída para a xuventude galega

Deste xeito ponse de manifesto o carácter “periférico” da nazon galega, dentro dun estado que fai séculos impuxo o seren mono cultivo para a exportación de materias primas e man de obra barata, mentres a industria da elaboración vai para outros lugares. Exportamos para importar produtos manufacturados, esta é a relación que ten Galiza co resto do estado e de Europa.

A Xunta do PP, como o goberno Central, quen cando se lle prantexou a nacionalización de Alcoa dixo que era “comunismo”, están deixando facer ás empresas privadas, vendendo e comprando umhas (Alcoa), pechando outras (Poligal) ou directamente liquidándoas (Vulcano); nunha sorte de “ruleta rusa” onde as vítimas son os traballadores e traballadoras.

Neste cadro, a desertización do ruralgolpeado pola inexistencia dun transporte colectivo público e políticas que estruturen o territorio, dáse da man da desindustrialización da Galiza e o desmantelamento sistemático de todos os servizos públicos, da sanidade, da educación, de dependencia, das pensións,…

Todas as políticas que a Xunta e o goberno central desenvolven respecto a Galiza, é para mante-la  no seu papel exportador de matérias primas e man de obra, demonstrando que como pobo non temos encaixe posible no réxime do 78. Ao capital español sóbralle umha parte da poboación galega.

Mas tamen hai que suliñar que o que acontece na Galiza non é exclusivo; os planes de desindustrialización, de desertización do rural, de desmantelamento dos servizos son europeos, son partillados por todos os gobernos, desde a Xunta e o Central español, ate o de Macron, as mobilizacións dos “coletes amarelos” son a resposta do rural francés a estas políticas, Merkel ou Orban.

Asturias enfrenta un proceso semellante con Alcoa-Avilés e Arcelor á cabeza, en Barcelona Nissan ven de presentar un ERE de 600 traballadores / as, e Renault Valladolid ten un futuro negro. Andalucía está sendo desmantelada polo goberno tripartito da extrema direita. Nin a clase traballadora nin os pobos que fan parte do Estado Español teñen encaixe nel, como vemos a cotío na práctica ocupación militar de Catalunya coa GC facendo rexistros cando quere nas dependencias da Generalitat, e esa farsa de xuizo que é o do “proces”.

Hai que poñer no centro a confluencia na loita contra as institucións que desenvolven esas politicas, o rexime do 78 e a Unión Europea. Doutro xeito, só pode ser “pan para hoxe e fame para mañan”.

O 25 de Xullo non é patrimonio de ninguén, é o día do pobo traballador galego, do que o 70 % son asalariados / as, e debe ser umha data para loitar polos nosos direitos sociais e políticos, que son indisolubles. O 25 de Xullo ten que ser umha canle para unir todas as loitas que o pobo traballador galego está a dar no social e no político.

A unidade na loita e a sua coordinación hai que construí-la desde a base, e non sobre acordos cupulares; desde as asembleas de fábrica, de vila e barrio, a resposta ás políticas da Xunta e da Unión Europea, votando plans de mobilización no camiño das xornadas de loita que sexan precisos ate derrotar esses planes.

Para CV a saída pasa por construir um amplo movimento social que loite pola ruptura co réxime, abrindo un proceso constituínte que garanta a resolución das necesidades sociais, a partir dun plan de emerxencia social e nacional de urxencia,

1.- Nacionalizando as empresas en crise, Alcoa, Vulcano, Ferroaltántica, Poligal, R, … e estratéxicas (electricas, térmicas, telecomunicacions, …), renacionalice todos os servizos privatizados en sanidade, dependencia, educación,… baixo control dos traballadores / as e usuarios / as.

2.- Garanta pensión publicas de mínimo 1080 euros, blindadas como direito constitucional e non como umha esmola.

3.- Un transporte publico e colectivo que integre o territorio, e poña freo a desertización do rural.

4.- Que derrogue todas as reformas laborais, de pensións e legais, que o longo destos anos fixeron retroceder os nosos direitos sociais e políticos destas décadas (lei mordaza, lei de partidos, etc.)

5.- Por plans industriais planificados democráticamente, a partir das necesidades da poboación traballadora e sustentable, que garanta todos os postos de traballo. ¡Non podemos permitirnos o luxo de perder un só posto!

Na Galiza, como nazón oprimida, só fundindo as loitas da clase obreira á loita polos direitos políticos como nazón pódese abrir portas para que a unidade non sexa “uniformidade”; o direito a decidir do pobo galego é irrenunciable neste camiño de construír o movimento pola ruptura co réxime.

Galiza, como o Estado Español, precisa loitar por outra sociedade, polo socialismo, que rompa coa espiral de crise, inestabilidade e saqueo á que nos somete o capitalismo todos os días.