Portugal ha tenido cuatro años de gobierno del Partido Socialista (PS), con apoyo parlamentario del Bloco de Esquerda (BE) y del Partido Comunista Portugués (PCP). Es interesante echar un ojo a lo que ha hecho este gobierno en el país vecino, contando con el parecido que tuvo éste con el actual gobierno en el Estado Español.

Salvando las distancias, en ambos casos encontramos gobiernos de conciliación de clases. Gobiernos encabezados por los partidos socialistas (social-liberales, que gobiernan para la patronal) y legitimados por la izquierda con peso entre luchadores y activistas. Con ‘gobiernos de conciliación’ nos referimos a gobiernos que pretenden apaciguar el movimiento en la calle y en el trabajo, y pretenden dar salidas parlamentarias a los problemas de la clase trabajadora a través de políticas que, supuestamente, beneficiarían a la vez a todas las clases sociales.

Un gobierno de buenos gestores, ¿para quién?

Sorprende ver cómo la izquierda reformista y los grandes organismos económicos coinciden en alabanzas al gobierno portugués. Desde el FMI a Podemos se aplaude la ‘buena gestión’ de éste.

Portugal viene de un “rescate” económico de 78.000 millones de € en 2011. Con condiciones, por supuesto. Portugal entra en una política de recortes para conseguir los objetivos de déficit marcados por la UE, para eso los gobiernos anteriores del PS y del PSD implementaron diversas medidas de “austeridad” y eliminación de derechos a la clase trabajadora.

Una parte del rescate se dedica a ‘ayudas’ al sector bancario, entre otros a la principal banca comercial privada de Portugal, el BCP, todo un clásico.

La principal bandera del gobierno del PS, BE y PCP era la necesidad de “pasar la página de la austeridad”. Sin embargo, para los trabajadores, aún continúa en forma de precariedad y bajos salarios. La gestión del gobierno fue para cumplir las exigencias de las entidades financieras y la UE.

Una cosa está clara: o se está com l@s trabajadores/as, o se implementan las medidas de la UE y el Banco Central Europeo. No es posible hacer las dos cosas a la vez.

Un gobierno que participó en las luchas obreras… del lado de la patronal

Estibadores, sanidad, transportistas, petroleras… no faltaron huelgas en Portugal durante la última legislatura. 2018 fue uno de los años con más huelgas de la década (con más de 100 preavisos).

La fábrica Autoeuropa (Volkswagen) impuso nuevos horarios a la plantilla, obligando a trabajar en fin de semana. La Comisión de Trabajadores dirigida por el BE aceptó la imposición, hasta que una rebelión de base de trabajadores/as forzó la convocatoria de un día de huelga. El sindicato del sector, dirigido por el PCP, participó en un primer impulso de la huelga para después no darle continuidad. Esto porque BE y PCP no querían provocar mayores “problemas” al gobierno que sostenían…

Los estibadores de Setúbal fueron a la huelga el invierno de 2018 pidiendo medidas contra el exceso de trabajo temporal (de hasta el 90%). El gobierno respondió mandando a la policía contra l@s trabajadores/as para garantizar que los esquiroles contratados por la empresa pudieran mantener el trabajo.

También en la sanidad se fue a la huelga convocada por el sindicato ASPE, recién creado en 2017. Y no podemos olvidar la lucha de los transportistas de mercancías peligrosas que puso el país patas arriba con una huelga convocada por un sindicato sectorial con apenas 5 meses de historia, llegando a ignorar los servicios mínimos. Estas dos huelgas fueron reprimidas con la ley de ‘requisición civil’, siendo uno de los gobiernos que más utilizó este recurso, que pone a l@s trabajadores/as frente a penas de cárcel si no van a trabajar.

Como vemos en estos ejemplos, la clase trabajadora portuguesa tuvo que seguir enfrentando con su movilización problemas similares a los que sufrimos aquí.

Un Partido Socialista fortalecido

El pasado octubre se celebraron elecciones en Portugal. Ganó el PS, el BE perdió votos pero no diputados y el PCP bajó tanto en votos como en representación. La política del BE y el PCP ha reforzado al PS, a costa de debilitarse ellos mismos. Es lógico… ya que el PS encabeza el “gobierno progresista”, ¿para qué votar a las “copias” en vez de al original?

A pesar de haber estado conformado por un partido de “izquierda”, incluso apoyado por dos formaciones “comunistas”, el gobierno portugués ha actuado siempre en la senda marcada por los recortes de la UE. En los conflictos obreros, se puso siempre frente a la clase trabajadora. Ésta es la principal referencia del nuevo gobierno de coalición PSOE-UP.