La gran victoria conseguida por el movimiento estudiantil en octubre de 2016 que supuso la paralización de las reválidas y el cuestionamiento de la LOMCE ha abierto la puerta a un cambio en el marco legislativo en materia educativa. Sin embargo, el Gobierno del PP, enórmemente débil tras las últimas Elecciones Generales del pasado 26 de Junio (es el Gobierno con menos apoyo parlamentario del Régimen del 78[1]), pretende cerrarla buscando el apoyo de PSOE y Ciudadanos, principalmente, para un pacto educativo de Estado que salvaguarde los principios fundamentales de la LOMCE con cambios cosméticos que hagan olvidar la gran contestación que ha tenido hasta el día de hoy en la calle este engendro con tufo franquista.

Por Evaristo Espigares

Es el momento, pues, de reclamar que se haga un verdadero Proyecto educativo realizado mediante la participación de toda la comunidad educativa (docentes, alumnos/as, madres, padres, psicopedagógos/as, personal del PAS…) cuyos miembros son los verdaderamente capacitados para llevar a buen puerto un proyecto que no se puede dejar en manos de aquellos/as que pretenden privatizar la enseñanza pública, introducir la religión en los colegios, institutos y universidades, elitizar la educación segregando a l@s estudiantes mediante los famosos itinerarios, haciendo prevalecer la escuela concertada y la privada por encima de la pública (el Estado actualmente aporta un 57% de los fondos de los centros concertados[2]) o pretendiendo imponer un modelo centralista que elimine el pluralismo y la riqueza cultural y lingüística de los pueblos ibéricos.

¿Qué pacto educativo?

Uno de los mantras más utilizados históricamente por el Régimen del 78 para perpetuar el mismo sistema educativo mercantilista, capitalista y segregador ha sido el del Pacto Educativo de Estado. Mediante la invocación de esta fórmula, los diferentes gobiernos del PP y del PSOE han ido aprobando, una tras otra, diferentes Leyes Educativas que han sido elaboradas totalmente de espaldas a la comunidad educativa. La primera de ellas, la Ley General de Educación, era una ley educativa plenamente franquista (aprobada en los años 70 del siglo XX) que se alargó hasta los años noventa (preescolar, EGB, BUP, COU y FP)[3] con el permiso de la LOECE (1980) y la LODE (1985).

Ya en los años noventa, se aprobó la famosa LOGSE, altamente vilipendiada por el PP por considerar que atentaba directamente a la calidad de la enseñanza debido a su nula exigencia académica. La realidad fue la potenciación de los conciertos educativos que ya habían sido introducidos por el PSOE mediante la LODE (1985)[4], la masificación de los centros públicos, el retorcimiento del lenguaje para desposeer a la educación pública de la innovación pedagógica de que había gozado en tiempos de la II República y la presencia de la religión en los centros educativos públicos mediante la fórmula de “oferta obligada en los centros”.

La profundización del proceso de segregación, privatización y depauperización de la enseñanza pública llegó con la LOCE de Aznar (2002) que consolidaba la segregación temprana del alumnado enviando por norma a los estudiantes con menor poder adquisitivo a los caminos alternativos[5].

La penúltima ley educativa, la LOE (2006), aprobada por el Gobierno Zapatero (PSOE) se limitó a refrendar la LOCE de Aznar cambiando algunos puntos y comas y consolidando el sistema educativo no inclusivo y segregador, manteniendo la religión dentro de los centros de enseñanza pública y retrotrayéndose a las antiguas LODE y LOGSE anteriormente mencionadas.

Por último, la LOMCE (2013), tumabada en parte por las movilizaciones del año pasado, establece reválidas para el alumnado de la ESO y el Bachillerato, potencia el peso de la religión en los currículums al otorgarle el mismo valor a su nota que a la de las asignaturas troncales como las Matemáticas, relega a materias de especialidad lenguas del Estado como el catalán, aboca a los estudiantes a ser la mano de obra precaria de un depauperado mercado laboral mediante su concepción de la Formación Profesional…[6]

Viendo los antecedentes y teniendo en cuenta que en ninguno de los mismos la huella de ningún experto ligado directamente a la comunidad educativa estuvo presente, es fácil suponer que el enésimo intento de Pacto de Estado Educativo acabará de nuevo en un engendro de ley elaborado cual alquimistas iletrados por los políticos de los partidos del Régimen del 78 (PP y PSOE) más Ciudadanos que pondrá de nuevo en serio riesgo la estabilidad de una enseñanza pública, gratuita, laica y de calidad.

Es por ello que desde estas líneas nos preguntamos ¿Qué pacto educativo?

Movilización y lucha contra su Pacto Educativo

Es al calor de las luchas estudiantiles, del profesorado y de las Asambleas de Madres y Padres de alumnos que debemos construir una alternativa al falso Pacto Educativo que se está cocinando desde el mes de Diciembre en el Congreso de los Diputados [7]. Esta alternativa pasa por fortalecer las asambleas educativas y los movimientos de base estudiantiles y del profesorado y de continuar las movilizaciones unitarias y en bloque (madres, padres, estudiantes y profesores/as) iniciadas el 9 de Marzo con el objetivo de tumbar de forma definitiva la LOMCE (más allá de las reválidas) y de alumbrar un nuevo proyecto educativo, esta vez sí, con la inestimable colaboración decisiva de los y las que saben, la comunidad educativa, para dar a luz una educación pública, gratuita, laica y de calidad. Es necesario mantener esta movilización para revertir la progresiva privatización de la enseñanza pública que en estos años de la mal llamada crisis (en realidad estafa y espolio a la clase obrera) ha expulsado de la universidad a más de 127.000 estudiantes[8].

El momento es el más adecuado por cuanto ha quedado dicho más arriba que estamos ante un Gobierno débil, que ha de ser más fácil de doblegar gracias a la movilización de la calle y al calor de las luchas obreras que, como la de los estibadores con su victoria parcial de la semana pasada, alumbren el camino al resto del movimiento obrero y, en especial, en este caso al movimiento estudiantil y docente hacia una victoria que, caso de producirse, sería histórica.

[1]

El País, 1/12/2016. “La negociación del pacto educativo…” Pilar Álvarez.

[2] Público, 20/2/2017. “Cuatro obstáculos para el pacto educativo”. Anna Flotats.

[3] El País, 28/11/2013. “35 años y siete leyes escolares”. J.A. Aunión.

[4] El País, 11/7/2004. “El origen de los conciertos”. Pilar Fernández Pallarés

[5] El País, 28/11/2013. “35 años y siete normas escolares” J.A. Aunión

[6] El Confidencial 9/6/2013 – 9/3/2017. “¿Por qué la LOMCE es tan polémica…?”

[7] El País, 1/12/2016. “La negociación del pacto educativo…”. Pilar Álvarez

[8] http://www.corrienteroja.net/el-9-m-la-lucha-continua-ni-lomce-ni-32/