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El resultado electoral, el nuevo escenario postelectoral y las investiduras de los nuevos gobiernos municipales y autonómicos

Resolución del Comité Estatal de Corriente Roja1.-

La imagen y la expresión de Rita Barberà: “Qué hostia, qué hostia” mientras se abrazaba al Delegado del Gobierno en Valencia, Serafín Castellano, resumen mejor que mil palabras el balance del resultado electoral. La detención posterior de Serafín Castellano por presunta corrupción, pone la guinda a la situación del partido del Gobierno y deja a Rajoy  cada vez más cercado.

El PP ha sufrido una derrota estrepitosa, perdiendo 2,5 millones de votos y el gobierno de prácticamente todas las Comunidades autónomas y de las principales ciudades del Estado. ¡El veredicto de las urnas ratificó el de la calle: que se vayan!

 

2.- El PSOE sufrió un nuevo retroceso, perdiendo más de 700.000 votos y obteniendo el peor resultado electoral municipal desde 1979. Solo la debacle del PP ha maquillado parcialmente este nuevo palo al PSOE.

Así mismo otro gran partido burgués, CiU, el partido de Artur Mas, ha perdido 110.000 votos y más de 500 concejales. Y lo que es más relevante, se ha convertido en una fuerza marginal en el área metropolitana de Barcelona y está a un paso de ser desalojado del Ayuntamiento de la capital catalana.

 

3.- Las elecciones reflejan, por tanto, la profundización de la crisis de los partidos de la burguesía. Esa crisis agrava la crisis del régimen, dando paso a un escenario donde el gobierno Rajoy queda herido de muerte y el PP sumido en la mayor crisis de su existencia. En ese marco se sitúan la difícil gobernabilidad de ayuntamientos y Comunidades autónomas y la extrema debilidad con la que nacerán los gobiernos llamados a aplicar las recetas de la Troika.

La irrupción de Ciudadanos, su importante crecimiento electoral y su fulgurante desarrollo, pasando de la escena catalana a la estatal, muestran el esfuerzo de la gran burguesía por ir construyendo una opción de recambio al PP. Aunque los votos obtenidos no han estado a la altura de las expectativas creadas.

 

4.- Los grandes triunfadores han sido, en primer lugar, las candidaturas de unidad popular. Manuela Carmena y Ada Colau están a un paso de ser alcaldesas de Madrid y Barcelona. En otras capitales como Zaragoza, A Coruña, Compostela o Cádiz se da la una situación parecida.

El otro triunfador electoral ha sido la izquierda independentista catalana que ha capitalizado una buena parte del voto contra el PSC y contra CiU. ERC ha duplicado sus votos; y la CUP los ha triplicado, cuadriplicando el número de sus concejales y entrando con fuerza en el área metropolitana y en el ayuntamiento de Barcelona.

Han obtenido también importantes resultados los nacionalistas de izquierda valencianos de Compromís. En la mayoría de las Comunidades autónomas ha sido Podemos quien ha capitalizado el voto.

Con sus particularidades y diferencias según los lugares, el resultado electoral refleja el giro a la izquierda de grandes sectores de las clases medias que se ha venido produciendo en estos últimos años. Aunque también es verdad que un importante sector de éstas ha dado apoyo electoral al recambio burgués que representa Ciudadanos y una parta ha mantenido todavía su apoyo al PP.

 

5.- La clase obrera sigue siendo, desde el punto de vista de las clases en liza, la más retrasada en estas expresiones de la lucha de clases. Sin embargo, un sector muy significativo volcó su voto en las candidaturas unitarias, lo que se expresa tanto en los buenos resultados de Barcelona en Comú y Ahora Madrid en las barriadas obreras, como en los votos de las candidaturas unitarias en otras ciudades y pueblos de los cordones industriales de las grandes ciudades. Es parte de ese mismo fenómeno el ascenso de ERC y la CUP en los pueblos y barriadas obreras del área metropolitana de Barcelona.

Sectores enteros de la clase obrera han abandonado su tradicional voto al PSOE o IU para volcarse en el apoyo a las candidaturas de unidad popular y, en Catalunya, un sector a la izquierda independentista.

Este comportamiento general tiene su excepción en Andalucía donde, pese a darse el fenómeno general descrito, el PSOE ha mantenido una fuerte presencia y en pueblos jornaleros ha recuperado terreno.

 

6.- Los nuevos Ayuntamientos y Comunidades son de tan difícil gobernabilidad que la conformación de los nuevos gobiernos exige acuerdos de investidura entre los partidos que aspiran a gobernar. Ese hecho objetivo está provocando toda suerte de movimientos políticos y declaraciones de intenciones.

Este tema es, sin duda, crucial y es aquí donde la credibilidad del cambio va a tener su primera prueba de fuego, tanto para las candidaturas de unidad popular en los Ayuntamientos como para Podemos en las Comunidades.

 

7.- Quien pretende situarse a la cabeza de toda suerte de maniobras para conformar los nuevos gobiernos es el PSOE. La dirección del PSOE, hasta el día mismo de reflexión, no escatimó epítetos contra las candidaturas de unidad popular mientras se ofrecían como valedores del “cambio tranquilo” frente al “inmovilismo” de la derecha y el “caos” de las candidaturas unitarias. Tras el resultado electoral han pasado súbitamente a postularse a “pilotar el cambio”, ser el aglutinante de “la izquierda” y conformar “gobiernos progresistas”. Sin siquiera sonrojarse, Pedro Sánchez afirma que “la ciudadanía ha dado un giro a la izquierda y busca gobiernos progresistas” y que “el PSOE debe liderar dicho cambio”.

Nos vienen, por enésima vez, con la vieja cantinela del bipartidismo, como lo han venido haciendo en las tres últimas décadas, pretendiendo situar la disyuntiva entre PSOE y PP, «entre la izquierda y la derecha», como si el PSOE fuera la izquierda y no la pata socio-liberal del régimen.

Quienes desde los gobiernos de Felipe González hasta Zapatero y desde numerosos gobiernos autonómicos y municipales han sido los lacayos de la Troika, de los banqueros y las multinacionales, los promotores de reformas laborales, de las privatizaciones, de la corrupción, de la reforma de la Constitución para pagar la deuda y de un larguísimo etc… no representan más que la continuidad, más de lo mismo, a los de siempre.

 

8.- El PSOE ha sido, con todo merecimiento, duramente golpeado por el voto popular. Lo que ahora no se puede hacer es darle oxígeno y nueva vida. Hay que hacer justo lo contrario: rematar la faena electoral y dejarle sin oxígeno, quitarnos de encima este enorme obstáculo.

Hoy el PSOE representa la carta más decidida de la burguesía y la Troika para reconducir a una vía muerta institucional a todas las candidaturas que han surgido del justo anhelo de cambio. El PSOE en forma alguna puede ser socio de ningún cambio ni aliado con el que conformar gobierno alguno. No hay lugar para pactos con él.

Si elegir entre el PSOE y el PP era y sigue siendo optar «entre la coca cola y la pepsi cola», no se puede ahora regalarles el carnet de izquierdistas y progresistas. Los pactos con ellos sólo puede ser la perdición para las candidaturas de unidad popular. Izquierda Unida puede dar fe del alto precio pagado por sus “pactos de izquierdas” que le han llevado a sostener y participar en gobiernos como el andaluz, a costa de casi su propia destrucción (ha perdido 370.000 votos y ha quedado fuera de lugares centrales como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, sumando otro varapalo al recibido en Andalucía).

 

 

9.- En las ciudades donde las candidaturas de unidad popular tienen opción de gobernar, como son los casos más conocidos de Madrid y Barcelona hay que mantenerse firmes en postular a Manuela Carmena y Ada Colau como alcaldesas.

En Madrid, Manuela Carmena precisa el voto de los concejales del PSOE para ser electa. Como ya se han alzado voces desde la propia base del PSOE, hay que exigirles el voto a Carmena en forma incondicional porque así ha sido la voluntad mayoritaria, en especial en las barriadas obreras y populares. No hay lugar para pactar «intercambios de cromos» ni otros apoyos al PSOE.

Algunos se preguntan ¿Pero si no logramos el apoyo del PSOE para la investidura y la Aguirre acaba saliendo con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE? En verdad, ésta es una hipótesis muy lejana, pues si el PSOE hiciera eso se cavaba sin remedio su propia tumba. Pero incluso en el peor de los casos, el gobierno municipal que surgiera nacería con una debilidad extrema, con una sólida oposición dentro del ayuntamiento y sin apoyos para aguantar la presión de la calle, a la que apelaríamos. Lo contrario, guardarse el programa para lograr el favor del PSOE, es una “victoria” pírrica, es llegar a un Gobierno cautivo que se convertiría en un nuevo gestor de las políticas de la troika, dilapidando así el patrimonio político acumulado. Llegar al Gobierno municipal a cualquier precio y de cualquier manera no es el compromiso que hizo Ahora Madrid.

En el caso de Barcelona la investidura de Ada Colau exige el voto del PSC, ERC y CUP. Al PSC le exigimos lo mismo que al PSOE en Madrid: el voto incondicional a Ada Colau. La candidatura de la CUP tiene, por su parte, todo el derecho a exigir como condición para formar gobierno un compromiso claro de «Barcelona en Comú» con un proceso constituyente unilateral y popular para proclamar la República catalana.

 

10.- En los lugares donde el PSOE consiguió la primera mayoría relativa, colocar la disyuntiva en “si no votamos al PSOE seguirá el PP”, apoyándose en el justo repudio al partido del Gobierno, es una estafa a quienes se nos pidió el voto en nombre del cambio y de acabar con el bipartidismo. Porque, en esencia, eso no significaría otra cosa que recambiar al PP por el PSOE.

Los dirigentes de Podemos, que haciendo abstracción de las clases sociales, han proclamado que su programa no es “ni de izquierdas, ni de derechas”, no pueden ahora apelar a “la izquierda” para conformar o facilitar gobiernos del PSOE, sustituyendo un partido burgués por otro. Podemos y las candidaturas de unidad popular deben mantener una posición inequívoca: El compromiso ha sido con la gente, con los trabajadores y el pueblo. No ha sido para garantizar la gobernabilidad sino el cambio. No se puede dar el voto al PSOE, pactar con la versión de puño y rosa de los partidos de la Troika.

Acabar con el bipartidismo no es un eslogan, sino un compromiso y una tarea. La historia de los últimos 33 años ha demostrado que ningún gobierno, del PP o del PSOE, nos ha ahorrado sufrimientos, ni recortes, ni privatizaciones, ni desalojos, ni corrupción, ni saqueo del país. La opción no es entre morir de un tiro o envenenados poco a poco. Nuestra opción, y el voto de millones, fueron por la vida, no por elegir entre dos formas de morir.

El ejemplo de Castilla la Mancha es quizás uno de los más ilustrativos. Pedro Sánchez amenaza con que si Podemos no les apoya “serán responsables de que no gobierne la izquierda. ¿Es necesario recordar que el PSOE ha gobernado en Castilla la Mancha durante 29 años de los 33 que existe esta Comunidad autónoma? 29 años bajo las riendas de José Bono, un burgués amigo de los constructores y joyeros, devoto de la cúpula de la Iglesia y del Ejército, bajo cuyo gobierno se llevó a cabo un de los más sonados pelotazos especulativos, el de Seseña, con Francisco Hernando “El pocero”, el amigo al que Bono avaló en su tropelía. Como también es obra de Bono otro de los iconos de la especulación: el aeropuerto de Ciudad Real. Bono es asimismo, junto a Aznar, uno de los portaestandartes de la cruzada anticatalana. Cambiar sin más al PSOE por el PP no es un cambio, sino la representación de la estafa del bipartidismo.

 

11.- Pero no se puede desenmascarar al PSOE simplemente descalificándolo. Por el contrario, hay que confrontarlo a los ojos de millones de trabajadores que aún les han votado, con las necesidades más elementales y urgentes.

Las candidaturas unitarias y de Podemos deberían decir a aquellos que les piden votar la investidura del PSOE: A nosotros la gente nos votó por el cambio, por las medidas de emergencia social, para acabar con los corruptos, defender los derechos democráticos… Hemos infringido una severa derrota al PP, pero sabemos que ésta no se va a poder consumar cambiando el PP por otro partido de la misma cuerda, defensor de los mismos intereses de clase. Usted quiere echar al PP como sea y nos pide que apoyemos la investidura del PSOE. Respetamos su opinión aunque no podemos compartirla, porque a nosotros nos votaron para el cambio no para el recambio. Pero para que usted vea que no es cuestión de palabras ni de maniobras políticas y para que queden las cosas claras, nosotros le decimos lo siguiente  a los candidatos del PSOE: si queréis nuestro apoyo en la investidura comprometeos a aplicar el siguiente plan de medidas de emergencia social:

  • Ni un solo desahucio más
  • Garantía de agua, luz y comida para todas las familias que lo necesiten
  • Como en Barcelona, suscribir el “compromiso de las escaleras” firmado con los huelguistas de Movistar, para rescindir y no suscribir ningún contrato con Movistar y toda empresa que no respete los derechos laborales básicos y un sueldo digno
  • Remunicipalización de los servicios públicos
  • Ni un solo recorte ni despido de los trabajadores
  • Auditoria de la deuda y de todos los contratos firmados con constructoras y empresas
  • Denuncia y persecución de los corruptos
  • Ningún salario de alcaldes o concejales que supere tres veces el SMI
  • Y en Cataluña, Galicia y Euskal Herria, defensa del derecho a decidir de las nacionalidades

Y para que la autonomía municipal se pueda recuperar y se pueda gobernar para los trabajadores/as y el pueblo: compromiso de lucha desde las instituciones y desde la calle por la derogación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que deja atados de pies y manos a los Ayuntamientos. Y asimismo por la derogación del art. 135 de la Constitución que nos ata de manera infame a la deuda de los banqueros y especuladores.

¿Cree usted que los concejales y diputados de las comunidades del PSOE van a aceptar esto? Y si no lo aceptan ¿Cuál va a ser la gran diferencia entre que gobierne el PP o lo haga el PSOE?

 

12.- La declaración de los dirigentes de Podemos manifestando la predisposición a negociar con la dirección del PSOE un acuerdo “en base a condiciones”, que especificarán en breve, abre un panorama incierto y peligroso, máxime cuando han ido rebajando en los últimos meses todo su programa inicial. Pero no puede aceptarse ningún acuerdo que sea un plan de rescate del PSOE y que preserve el régimen del bipartidismo.

Las candidaturas de unidad popular deben mantenerse asimismo firmes en que nadie, incluido Podemos, negocie en su nombre, ni las use en ningún momento como moneda de cambio para un pacto global alguno con el PSOE.

 

13.- En los diferentes territorios y acorde a sus particularidades, Corriente Roja hará comunicados públicos con nuestra posición. Con estos criterios generales esbozados en la presente resolución actuaremos en todas las candidaturas de las que formamos parte y en los debates con los activistas de las otras organizaciones.

 

31/05/2015

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