El mes de febrero ha estado rodeado de varios actos y homenajes en el 43º aniversario del asesinato de nuestra compañera Yolanda. El jueves 2 de febrero en Alcorcón, el viernes 3 en Vallekas, y el 4 y 5 de febrero en Leganés y en los jardines que llevan su nombre,  en el barrio de Aluche.

La crudeza de su asesinato es quizá una de las claves del reconocimiento y la reivindicación de su memoria que no ha parado de crecer durante años. A Yolanda la fueron a buscar a su casa, la llevaron a un descampado y le descerrajaron tres tiros. A esto hay que sumar la controvertida actualidad alrededor de Emilio Hellín Moro, uno de sus asesinos, que no sólo ha seguido campando a sus anchas sino que con la complacencia e impunidad de las instituciones y de los diferentes gobiernos ha seguido trabajando como asesor para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además de los casos Bretón y Villarejo, su empresa ha sido requerida recientemente para el peritaje informático del caso Laura Borràs, presidenta de Junts per Catalunya, en el caso Máster de Cristina Cifuentes o el juez Alba, entre otros. Una demostración más de que la Transición se cerró en falso y se pactó también con los asesinos.

Los y las compañeras que han intervenido en estos actos han tratado en todo momento de enfatizar que el crimen de Yolanda no fue obra de unos ultras violentos, sino el resultado de un grupo parapolicial dedicado a la guerra sucia, organizado y apoyado directamente desde instituciones del Estado. Así mismo, han resaltado la firmeza de las convicciones de Yolanda y de su compromiso político.

Fue por tanto la lucha por la construcción de un partido revolucionario, de un partido de trabajadores/as, de un partido comprometido resueltamente en la lucha contra el régimen y por el derecho de autodeterminación de los pueblos, un partido comprometido en la lucha contra la opresión de la mujer y todas las opresiones, un partido mundial para la revolución socialista. Ese era el compromiso político de Yolanda cuando la mataron y que desde Corriente Roja continuamos.

La vida dictó su veredicto: el asesinato de Yolanda fue una demostración irrefutable de que esa Constitución había legitimado la continuidad y la impunidad del viejo régimen. El viejo régimen perdura, su esencia siempre perduró.

No todas las víctimas de la extrema derecha durante aquellos años son tan recordadas como Yolanda. De hecho, el homenaje del día 3 de febrero en Vallekas, reivindicó también las figuras de Ángel Almazán y de Vicente Cuervo.

Ángel Almazán, fue detenido en una manifestación convocada por el Partido de los Trabajadores de España, el 15 de diciembre del 1976, contra el Referéndum sobre la Ley para la Reforma Política y murió cinco días más tarde tras recibir una brutal paliza por parte de la policía franquista. En el atestado policial escribieron que estaba bebido y se golpeó contra una farola.

El asesinato de Vicente Cuervo se produjo, de hecho, solo diez días después del de Yolanda, en los aledaños de un mitin de Fuerza Nueva en Vallekas (que había sido prohibido por el Gobierno civil de Madrid por la cercanía del asesinato de Yolanda). Un tiro a bocajarro acabó con la vida del joven anarquista. Vicente Cuervo fue asesinado a sangre fría por un individuo de mediana edad con un arma de fuego, en un callejón en frente del Bar Dones. Algunos vecinos y vecinas fueron testigos de los hechos. Sin embargo, no se identificó a ningún sospechoso. El caso de Vicente pasó a la historia como un ejemplo más de la impunidad de la violencia política de la ultraderecha durante los años de la Transición. El caso fue sobreseído a los tres meses, sin haber identificado a nadie.

Desde Corriente Roja, reivindicamos un año más la memoria de Yolanda y todos los asesinados y asesinadas por el fascismo y sus cómplices, porque recordarles  forma parte de la lucha contra la impunidad del franquismo y sus continuadores.

YOLANDA, MIENTRAS TU PARTIDO SIGA LUCHANDO, TU LEGADO SERÁ PRESENTE

¡YOLANDA, GOGOAN! ¡NO TE OLVIDAMOS!

Vídeo del acto en memoria de Yolanda González. En el minuto 6:46 habla nuestro compañero Ángel Luis Parras, que fue miembro del antiguo PST y compañero de Yolanda.