Entrevistamos a Irene García Zurita, joven médica de familia de 30 años en la Comunidad de Madrid. Irene estuvo trabajando en un Centro de Salud público en el barrio obrero de Vallecas durante la primera ola de la COVID.

Tras acabar el primer confinamiento, y después de un largo encadenamiento de contratos temporales, la despidieron del centro. Hoy se encuentra trabajando en un Centro de Salud de un pueblo de Madrid. Recientemente ha denunciado a la Comunidad por haberle dado de baja en la Seguridad Social todos los fines de semana de su último contrato.
 
¿Crees que la Atención Primaria es clave para enfrentar la actual crisis sanitaria?
Sí, la primaria siempre es esencial porque la primaria es la base del sistema público. Ahora lo es más todavía, ya que se creó con la idea de hacer accesible la sanidad a toda la población para intentar revertir las desigualdades sociales en salud haciendo accesible los centros de salud, estando cerca los centros de las viviendas o yendo las médicas a casa de la gente y siguiendo a las personas a lo largo del tiempo. Todo esto es ahora más importante que nunca porque están aumentando las desigualdades por la crisis económica. Hay que acercar la salud a la gente, que tanto se ha deteriorado. Es mucho más difícil que la gente más humilde acceda al sistema sanitario, por falta de tiempo o dinero para desplazarse, a través de un modelo hospitalario donde no existen los recursos de los que hablamos.
¿Cómo has vivido la pandemia como médica de cabecera?
En la primera ola, cuando estaba todo desbocado, diagnosticábamos primero sin pruebas, y hacíamos un seguimiento en los días siguientes. Durante ese seguimiento diario los casos graves se derivaban al hospital y los que no, seguíamos tratándolos en domicilio, que eran la gran mayoría. Como los hospitales estaban tan colapsados teníamos que atender a la gente en su domicilio en situaciones extremas o muy graves, ya que tampoco funcionaban las ambulancias, los servicios del SAMUR estaban también colapsados.

En las siguientes olas la Atención Primaria ha estado absolutamente colapsada porque teníamos que encargarnos de la detección de casos y el rastreo de contactos, a parte de los demás problemas de salud que tiene la gente.

Estas tareas, la detección y el rastreo, debería hacerlas un equipo especializado, l@s compañer@s de salud pública, pero a lo largo de los años han ido reduciendo la plantilla dejándola esquilmada.

Lo que se hace ver es que la Atención Primaria y los Centros de Salud están cerrados, y nadie, desde el gobierno central a los de las comunidades, ha hecho nada para desmentirlo, mientras la Atención Primaria estaba funcionando por encima de sus capacidades por falta de recursos, en el colapso. Lo que aprovecharon para cerrar con la excusa de la pandemia fueron las urgencias de los Centros de Salud, un servicio que se venía externalizando con el claro objetivo de erradicarlo, que es lo que ha acabado pasando.
¿Cómo crees que se podría haber evitado el colapso de la primaria?
La Atención Primaria lleva en crisis desde hace mucho antes que esto. Se creó en el 78 y en España se implantó en el 84, para atender y revertir las desigualdades sociales en salud, inspirándose en modelos socialistas. Desde que se creó ha estado en permanente crisis, nunca ha tenido un auge dorado, se implantó con una concepción teórica, pero sin recursos suficientes, por lo que ha ido decayendo. La partida presupuestaria que se da para primaria es ínfima en comparación con la hospitalaria. Se dice desde muchos partidos que la Atención Primaria es la base del sistema, pero no tienen partida presupuestaria para ello. Se lleva diciendo desde el 84 que hay que reforzar la primaria, pero nunca se hace, lo cual es desesperante. Nunca pasa.
¿Por qué crees que no se invierte en Atención Primaria?
Porque la Atención Primaria es muy invisible: el ir a casa de la gente, el cuidar a l@s ancian@s o el llevar las enfermedades crónicas solo se ve cuando ya no está, cuando desaparece y se da la crisis de salud que estamos viviendo hoy día. Es como el trabajo doméstico, que se da por hecho. Por ejemplo, todo lo que se lleva desde Centros de Salud como los dolores cotidianos, hemorroides, controles de diabetes o de tiroides, papilomas en los pies, anticoncepción… como no lo estamos pudiendo llevar, por un lado, no se está resolviendo en las poblaciones más empobrecidas y por otro, para el sistema sanitario es más costoso atender a la población que sí tenga recursos para desplazarse al hospital. El sistema hospitalario es ineficaz para este tipo de problemas porque se tiende a hacer pruebas innecesarias que muchas veces puede causar un daño en la salud. Por ejemplo, si tienes el tiroides descompasado, en primaria te vamos a hacer un seguimiento mediante analítica y quizás ecografía y se sabe y hay estudios que lo demuestran, que en hospitales se tiende a hacer pruebas invasivas, como en este caso, una biopsia, que es pincharte el tiroides, lo cual puede hacer que se te infecte. En EEUU, la tercera causa de muerte entre población pudiente es el exceso de pruebas médicas, entonces se da una contradicción: la gente pobre muere por no tener acceso a la sanidad y la rica por tener exceso.
Y entonces, ¿por qué se invierte más en hospitales?
Porque la tecnología que pueda haber en un hospital abre titulares que dan rédito a los partidos políticos mientras, como decíamos, la Atención Primaria es invisible. Se sabe que con poco que se invierta en Atención Primaria se revierte en mucha salud para la población, pero no se hace.

No nos olvidemos además que la tecnología y los hospitales es un nicho de mercado, y es lo que estamos viendo con la privatización de la sanidad. Un antes y un después en cuanto a este nicho de mercado fue cuando se aprobó la ley 15/97 en la que se les permitía a las empresas privadas entrar a formar parte en el sistema nacional de salud. Las empresas privadas viven de la sanidad pública, la privatización de la sanidad no se entiende porque se piensa que la privatización total sería verte obligado a ir a un hospital de Adeslas, pero lo que está pasando es que todos los servicios que sustentan el sistema de salud se están privatizado. Esto nos sale más caro a los contribuyentes, empeora las condiciones laborales de l@s trabajador@s y la calidad de los servicios para los pacientes.
¿Cambia mucho la sanidad dependiendo del partido que gobierna?
Estamos escuchando mucho lo de la importancia de la Sanidad Pública desde el gobierno central, pero me llama la atención que ni siquiera se plantee la derogación de la ley 15/97 que blindaría la Pública. Esta ley se aprobó con el apoyo del PSOE y ahora la bancada de la izquierda contaría con fuerza suficiente para derogarla, pero no lo hacen.

Por ejemplo, la gente piensa que la Sanidad hoy día es universal y NO LO ES. El decreto 16/2012 permitió al PP la exclusión sanitaria a la gente sin papeles. El PSOE prometió derogarlo, pero lo que hizo fue el decreto 7/2018 por el que se supone que se garantiza la universalidad de la asistencia, de hecho, se llama “Decreto -Ley 7/20018, sobre el acceso universal al Sistema de Salud”. Sin embargo, deja en mano de las CCAA establecer los requisitos necesarios para ser atendido. Eso era impensable antes del 2012. De hecho, se están reportando más casos de exclusión sanitaria en la Comunidad de Madrid que antes del cambio de gobierno, lo cual no deja de ser paradójico.

Vemos cómo vamos perdiendo calidad y derechos básicos en la Sanidad Pública, muchas veces este proceso es liderado por el PP, pero cuando el PSOE ha tenido posibilidad de revertirlo a lo largo de la historia, no lo ha hecho.

Hay un discurso diferente de cara a la galería; el PP va más a calzón descubierto y el PSOE habla de la sanidad 100% pública pero luego, cuando están en el gobierno, incluso tratándose del actual, el gobierno “más progresista de la historia” con UP, no implanta medidas que protejan la Sanidad Pública, por lo que su discurso queda vacío, no existe cambio.