4º ANIVERSARIO DEL 1 Y EL 3 DE OCTUBRE

¡Amnistía y autodeterminación!

¡NI FALSO DIÁLOGO NI CHANTAJE DEL ESTADO!

¡Movilizarnos y desobedecer!

Las pasadas movilizaciones del 11 de septiembre se han convertido en las más grandes de toda Europa desde la irrupción de la pandemia. El próximo 1 y 3 de octubre conmemoramos el 4º Aniversario del referéndum y la Huelga General contra la represión. Ambas fechas se dan en un contexto donde la represión contra el independentismo se agrava y donde la estrategia de la dirección independentista oficial sigue siendo la negociación con el Estado.

Además, en estos días, Carles Puigdemont ha sido detenido en Cerdeña por orden del Supremo y, después de su puesta en libertad, tendrá que presentarse ante la justicia italiana el próximo 4 de octubre. La Fiscalía ha acusado de terrorismo y tenencia de explosivos a los 13 represaliados/as del 23-S y ha recurrido al Supremo la absolución de Tamara Carrasco. Nunca habrá referéndum de autodeterminación bajo el régimen monárquico español.

El pasado 15 de septiembre tuvo lugar la segunda reunión de la “mesa de diálogo” entre Aragonés y Pedro Sánchez. Después de casi dos horas de reunión, los únicos puntos concluyentes han sido la necesidad de crear lazos de confianza entre el Estado y la Generalitat y que la negociación es el camino para conseguirlo. Isabel Rodríguez, ministra española de Política Territorial, se ha encargado de dejar bien claro que la mesa de diálogo “no tiene que hacer temer por la unidad de España”, puesto que toda la negociación se hará dentro del marco de la Constitución monárquica. Pero, entonces, ¿dónde queda la autodeterminación y la Amnistía en todo esto?

Aragonés sabe de sobras que la Monarquía española nunca permitirá un referéndum de autodeterminación. Sánchez, dirigente de un partido puntal de la Monarquía, lo ha dejado claro repetidas veces: “Ni el referéndum ni la Amnistía son posibles. No solo porque la Constitución no lo incluya, sino porque la sociedad catalana no puede sufrir más fracturas”. También ha dicho que la Amnistía no tiene cabida en la Constitución e incluso acaban de anunciar el aplazamiento de la modificación de los delitos de rebelión y sedición.

La reunión de la mesa de diálogo demuestra que no hay margen para negociar nada con el gobierno Sánchez ni con el Estado. Si el pueblo catalán quiere la Amnistía y la autodeterminación, las tendrá que ganar imponiéndolas con la movilización.

“NI EL REFERÉNDUM NI La AMNISTÍA TIENEN CABIDA EN LA CONSTITUCIÓN. SI EL PUEBLO CATALÁN quiere La AMNISTÍA Y La AUTODETERMINACIÓN, Las TENDRÁ QUE GANAR IMPONIÉNDOLAs CON LA MOVILIZACIÓN.”

La normalidad autonómica que quieren instaurar

Queda claro, ninguno de los partidos independentistas oficiales está dispuesto a ir más allá de la confrontación verbal con el Estado. A pesar de las aparentes discrepancias entre Junts y Esquerra, la política real de ambos partidos es devolver al redil institucional las reivindicaciones democráticas del pueblo catalán, anulando cualquier desafío al régimen monárquico y abandonando toda vía unilateral. Lo que están haciendo con la cantilena del diálogo es negociar las condiciones de la nueva normalidad autonómica (el nuevo “encaje” dentro del régimen), de la cual, los indultos y la represión forman parte.

Quien expresa esto más claramente son los Comunes y Podemos, socios del gobierno Sánchez, que dicen que defender el referéndum de autodeterminación es una “tontería” que hay que dejar de lado y que lo único que se podría poner a votación popular es un nuevo pacto competencial dentro de la Constitución.

El gobierno de la Generalitat, al mismo tiempo que renuncia en la lucha por las reivindicaciones nacionales, toma posición en favor de los intereses de la gran patronal. Es ejemplo su posición pedigüeña detrás de los llamados “fondos de recuperación” de la UE, en manos de las grandes empresas del IBEX-35 y su silencio clamoroso ante el brutal robo de las facturas de la luz.

Pero la negociación para instaurar esta normalidad también lleva a la dirección independentista a aceptar la represión, a abandonar a su suerte a las más de 3.000 represaliadas catalanas, muchas de las cuales, son encausadas por la misma Generalitat. A algunas de ellas, la Fiscalía les pide más años de prisión que a los mismos dirigentes independentistas indultados, como el aberrante caso de Joel Muñoz (NotXelj) acusado de unos supuestos ataques informáticos a raíz del 1 de octubre y a quien piden dieciocho años, o las acusaciones de terrorismo a los detenidos/as de la operación Judas.

La CUP está atrapada entre ruegos y lamentos

La CUP sabe perfectamente que ni la mesa de diálogo, ni el apoyo de la llamada comunidad internacional, servirán para ganar la Amnistía ni la autodeterminación. Saben, también, que con ERC y JxCAT al frente, la derrota contra el Estado está asegurada.

Si la CUP se está distinguiendo por algo es porque siempre está criticando actuaciones, denunciando incumplimientos del gobierno de la Generalitat y haciendo amenazas ambiguas de dejar el apoyo parlamentario…pero sin ninguna consecuencia. En los hechos, sigue dando cobertura a aquellos que traicionaron la voluntad soberana del pueblo catalán el 1 y el 3 de octubre. A pesar de su pasada convocatoria en contra de la celebración de la mesa de diálogo, siguen manifestando la necesidad de dejar un tiempo de experiencia siendo cómplices de la actuación del Govern.

La lealtad de la CUP con el gobierno Aragonés neutraliza cualquier intento de ejercer una oposición de izquierdas digna de tal nombre y de erigirse como una fuerza independentista alternativa.

“LA LEALTAD DE LA CUP CON EL GOBIERNO ARAGONÉS NEUTRALIZA CUALQUIER INTENTO De EJERCER UNA OPOSICIÓN De IZQUIERDAS DIGNA DE TAL NOMBRE Y De MOSTRARSE COMO UNA FUERZA INDEPENDENTISTA ALTERNATIVA.”

Autodeterminación y Amnistía exigen un plan de lucha

Los dos años de margen que Junts, ERC y la CUP han dado a la mesa de diálogo es el tiempo que queda para las próximas Elecciones Generales, por las cuales el PSOE ya está haciendo campaña, asegurándose el apoyo parlamentario de ERC. Sin embargo, Sánchez ya ha alertado que este conflicto “no lo resolveremos en dos años”.

Lo que está claro es que ni el gobierno de Aragonés ni el gobierno de Sánchez merecen ningún tipo de confianza ni solidaridad política. La Amnistía y la autodeterminación exigen un plan de lucha para movilizar a las clases trabajadoras y populares. Unificar a todos los sectores afectados por la represión policial y judicial e integrar en esta lucha las organizaciones de trabajadores/as y movimientos sociales. Construir la solidaridad con organizaciones y movimientos del resto del Estado porque la garantía última de victoria es acabar con el régimen monárquico y cambiar radicalmente las reglas del juego.

Hay que recuperar el espíritu del 1 y el 3 de octubre, donde el pueblo catalán se autoorganizó, ocupó las calles de forma sostenida y enfrentó el régimen, incluyendo la salvaje represión. Hay que retomar un plan de lucha colectivo que ponga en el centro la movilización masiva en Cataluña y solidaria en el resto del Estado, en defensa de la Amnistía para todas las represaliadas y la autodeterminación. Las movilizaciones de la pasada semana contra la acusación de terrorismo de los represaliados/as desde el 23-S y contra la detención de Puigdemont, marcan el camino.