Tal y como nos temíamos, la causa judicial contra Juana Rivas ha seguido su curso. Se le acusa no de uno, sino de DOS delitos de “sustracción de menores” y de “desobediencia a la autoridad”, por los que la Fiscalía de Granada solicita contra ella cinco años de prisión y seis de retirada de la patria potestad.

¡No más violencia institucional!

Como se ha denunciado en algunos medios, el escrito de la Fiscalía ignora deliberadamente el hecho de que tanto Juana Rivas como sus hijos tienen la consideración de víctimas de violencia machista y que ella no salió de Italia con los menores por capricho, sino huyendo de su pareja, que ya había sido condenado en firme en 2009 por malos tratos contra ella y a quien Juana denunció de nuevo al llegar a España.

Ignora igualmente que si Juana Rivas se vio obligada a desobedecer, fue para proteger a sus hijos de un padre maltratador e impedir que este se los llevase a Italia. Tanto la Ley del 2004, como las distintas leyes estatales aprobadas para la protección a la infancia y adolescencia, recogen la obligación del Estado de garantizar la seguridad de los menores ante el más mínimo riesgo de sufrir violencia por parte de sus progenitores. El reciente Pacto de Estado contra la violencia machista, actualmente en suspenso por carecer de recursos, ahonda en ello y en la consideración de que un maltratador no puede ser un buen padre. Pero lo cierto es que el Juzgado de Granada se saltó y se sigue saltando a la torera toda esta legislación, al emitir sus resoluciones judiciales.

Esta petición de la Fiscalía, a la espera de celebrarse el juicio oral, es un suma y sigue al cúmulo de despropósitos y de barbaridades en el tratamiento judicial y mediático que se ha hecho de este caso (denuncia guardada en un cajón durante más de un año, etc.)

¿Por qué Juana Rivas?

A Juana Rivas se la juzga en primer lugar por haberse atrevido a desobedecer la justicia, más aún tratándose de una mujer. La condena que se pide para ella pretende ser un “castigo ejemplar” y un “aviso para navegantes”, para cualquier otra mujer que pretenda hacer lo mismo.

Y en segundo lugar, se la quiere castigar por haber despertado tanto apoyo y solidaridad, pese al linchamiento mediático al que estuvo sometida, y porque la suya es parte de una lucha más amplia para acabar con esta violencia machista y con las fallas del sistema, donde la presión y la movilización en la calle han demostrado que son el único camino.

Hay que intensificar la lucha y el apoyo y solidaridad con Juana Rivas

En estos momentos es más necesario que nunca seguir organizándose para plantar cara a este gobierno y este sistema judicial burgués, machista y corrupto, para exigir en la calle las medidas necesarias contra esta violencia y para llevar a cabo una campaña en solidaridad con Juana Rivas, exigiendo la retirada de todos los cargos que se le imputan. Hay que proponer a las organizaciones feministas, estudiantiles, sindicales, políticas o sociales que esta sea una de las principales reivindicaciones del próximo 8 de Marzo, la exigencia de retirada de todos los cargos contra Juana Rivas.