La actual crisis migratoria en Europa es la punta del iceberg de la crisis de todo el sistema capitalista en su actual etapa de decadencia y destrucción. Ante esta situación la salida propuesta por los gobiernos de Europa y EEUU es aumentar la miseria y la represión  para seguir garantizándoles a los más ricos sus ganancias.

La UE no es un proyecto de capitalismo sostenible y humanitario, sino una máquina de guerra contra los pueblos para asegurar los beneficios del gran capital alemán y francés. Es corresponsable, junto a los gobiernos, de las guerras y tragedias sociales que asolan a los pueblos del mundo y que empujan a millones de trabajadores a recurrir a la inmigración involuntaria. Los gobiernos europeos son responsables por las muertes en el Mediterráneo y por las escenas de barbarie que presenciamos en las fronteras de Europa.

El número de personas obligadas a emigrar no para de crecer. Se calcula que hay actualmente cerca de 60 millones de refugiados en el mundo. En 2014, más de 14 millones de personas se han visto obligadas a dejar su país en busca de una vida mejor. En lo que va de año, 137.000 personas han cruzado el Mediterráneo con el objetivo de asentarse en Europa. El número total de sirios desplazados internos y externos llega a casi 12 millones, 4 millones están fuera del país, huyendo de las bombas y de las armas químicas utilizadas por Bashar al-Assad, el EI y los países que bombardean la región.

El gobierno español incrementa la represión en sus fronteras

El Estado español es uno de los países que peor trata a los refugiados en Europa.  De 2007 a 2013 gastó 32 veces más en el control de fronteras que en ayudas a los refugiados que huyen de la guerra o del hambre causada mayormente por políticas impuestas por los gobiernos europeos en sus países de origen.

Ahora dentro del sistema de cuotas propuesto por la UE, el gobierno acepta recibir a unos 15.000 refugiados en 2015. Un número totalmente insuficiente. Su verdadera política apuesta por el incremento de la represión en las fronteras de Ceuta, Melilla, en las patrullas en el Mar Mediterráneo y en el uso de pelotas de goma y gas lacrimógeno, que asiduamente resultan en muertos y heridos. Al mismo tiempo que las devoluciones en caliente, teóricamente prohibidas por los tratados europeos, son constantes.

Los pocos solicitantes de asilo que obtienen el permiso de residencia (más del 80% de las solicitudes son rechazadas) son completamente abandonados por las autoridades y tienen que buscarse la vida mediante el apoyo de familiares y amigos que ya residen en el país. Por eso debemos luchar para que se les reconozcan sus derechos a la vivienda, al trabajo, a la sanidad y a una educación pública que les permita reconstruir sus vidas.

Solidaridad con los refugiados

Europa está dividida en relación al tema de los refugiados. Por un lado, se ven bellas demostraciones de solidaridad por parte de sectores importantes de la sociedad. Esta solidaridad es espontánea y nace de la conciencia de pueblos que saben lo que es el drama de la emigración. Por otro lado, crecen las bandas fascistas que atacan a los inmigrantes echándoles la culpa por el desempleo y otros problemas que en realidad han sido generados por los gobiernos europeos y la UE.

Recientemente, las alcaldesas de Madrid y Barcelona han declarado estar dispuestas a incluir ambos municipios en una red de ciudades de acogida. Manuela Carmena ha afirmado en una entrevista radiofónica que “está dispuesta a hacer lo necesario para acoger a quien lo necesite, pero desea que sea el Gobierno el que les diga cuántas personas van a llegar a Madrid”. No podemos esperar a que el Gobierno indique el número de personas que entrarán al país. El número con el que trabaja Rajoy es indigno de mencionarse. La urgencia de la situación exige soluciones rápidas. El Gobierno central, las Comunidades Autónomas y los municipios deben destinar inmediatamente una partida presupuestaria para la ayuda a los refugiados, tanto los que ya están aquí como los que llegarán en el futuro. Los pisos vacíos deben ser inmediatamente expropiados a los bancos, y utilizados para albergar a las familias sin vivienda. El número de viviendas vacías en el Estado español es suficiente para recibir a millones de personas.

  • ¡Hay que parar está catástrofe. Toda la solidaridad con los refugiados!            
  • ¡No a las cuotas mínimas! Asilo inmediato para todos!
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¡Derechos básicos para los refugiados en Europa!
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¡Fin de la agencia de fronteras Frontex y de los CIES!

  • ¡No a la represión en las fronteras!
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¡Expropiar los pisos vacíos y ponerlos a disposición de los refugiados!
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¡Solidaridad de clase: nativos y extranjeros contra los gobiernos de los recortes!

  • ¡Por el fin de la Unión Europea!