El pasado 22 de marzo cientos de miles se manifestaron en Madrid, llenando completamente el recorrido que iba desde Atocha a Colón. Fue una movilización masiva, con presencia de “columnas” llegadas con las marchas de la dignidad, que habían partido desde Andalucía, Extremadura o Valencia. Esta gran movilización es una verdadera demostración de fuerza, un grito de protesta ante la situación que estamos viviendo los y las trabajadores de todo el estado. Ese día, el pueblo tomó el centro de Madrid, entrando en marchas desde los cuatro puntos cardinales, creciendo por cada barrio que atravesaban.

Ese gran éxito no puede ser ocultado por las ridículas cifras de manifestantes dadas por muchos medios de comunicación ni por la política de la delegación de gobierno de empañar el final de las marchas con enfrentamientos. Numerosas luchas vienen ocurriendo, con mucha fuerza y victorias, como las de la sanidad madrileña o Gamonal. Las marchas han conseguido electrizar ese ambiente y convertirlas en una manifestación, cuyos lemas más repetidos por la multitud terminaron pidiendo una nueva huelga general o la suspensión del pago de la deuda.

¿Y CCOO y UGT? Con Rajoy y la patronal.

Es reseñable que este día de lucha se organizara sin la participación de los dos sindicatos mayoritarios, ni del PSOE. Mientras cientos ya iban marchando hacia Madrid, Toxo y Méndez se sentaron con Rajoy y la patronal en una foto, que si las marchas fueron de la dignidad, fue de una total indignidad para unos líderes que dicen defender a los trabajadores. Las marchas demostraron la fortaleza de la lucha popular, y a la vez la debilidad de estas burocracias sindicales, cada vez más alejadas de las reivindicaciones de los trabajadores. A día de hoy son más bien una camisa de fuerza que intentan con su peso paralizar al movimiento obrero que, afortunadamente, cada vez se desembaraza de ellos. Es necesario continuar la construcción de un frente sindical y social que sea capaz de plantear una alternativa real de lucha, dando la puntilla a esta burocracia entreguista. En este sentido lamentamos la ausencia de las marchas de fuerzas como la CIG de Galiza y LAB o ELA de Euskadi, que no hacen sino darle oxígeno a estos burócratas.

Una columna de trabajadores en lucha

Por eso desde Corriente Roja apoyamos y participamos de la columna del sindicalismo combativo llevó a cabo el 22M. Impulsada por CGT, Co.Bas, Solidaridad Obrera, CSC e Intersindical de Aragón, esta columna reunió unas 20.000 personas, y confluyó en Atocha con el resto de columnas. Aquí Co.Bas y Corriente Roja (con presencia de compañeros de Andalucía y de Catalunya) se hicieron notar, con el movimiento obrero organizado marcando presencia. Estuvieron trabajadores de Panrico, en huelga desde hace 5 meses, y los de UPS, 5 años resistiendo el cierre de su centro y con sus patrones imputados ahora mismo. Estuvieron los trabajadores de distintos ayuntamientos que protagonizaron importantes luchas en los últimos meses, como los de limpieza viaria y jardinería de Madrid, los trabajadores del ayuntamiento de Alcorcón, trabajadores de Esmasa y Aserpinto. Estuvieron estudiantes, de universidad, instituto y FP, que están protagonizando una nueva huelga ahora mismo. Estuvieron los trabajadores de Alsa, en huelga ahora mismo, los teleoperadores de Digitex, amenazados por despidos, los trabajadores del hotel León de Gijón y Corralas de Sevilla.

Por último, también se corearon lemas contra la reforma del aborto que plantea Gallardón y banderas revolucionarias de Siria también recordaron la solidaridad internacional. No es casualidad que una de las consignas coreadas con más fuerza era «No hay otra manera, o con la patronal, o con la clase obrera». Ante quienes la han enterrado antes de tiempo, la clase trabajadora se muestra en la lucha. Este clasismo es un hecho distintivo, y de los más positivos, de esta movilización.

Ahora quienes participamos de las marchas, y muy especialmente quienes estuvieron al frente de las mismas, como el SAT, tenemos una gran responsabilidad. Próximamente se celebrarán unas elecciones europeas que eligen un parlamento que no pasa de ser una decoración para crear alguna ilusión de democracia en la UE. Desde Corriente Roja nos parece muy importante dar la batalla también en ese terreno, pero no tenemos ninguna ilusión de que sirva para algo más que para propagandizar entre la clase trabajadora nuestras posiciones. Nosotros pensamos que sólo desde la lucha podemos lograr victorias y salirnos del rumbo que nos marca la Troika.

Es importante que la conclusión de este 22M vaya más allá de una reorientación de voto, y corresponde hacer propuestas concretas de reorganización y de movilización, que sean capaces de recoger el gran éxito que han supuesto las marchas, y las transformen en resistencia conflicto a conflicto, territorio a territorio, que plantee la suspensión de pagos de la deuda para tener educación, sanidad y prestaciones sociales. Que derogue la reforma laboral, y con ella, pare la sangría de despidos que sufrimos. Que plantee la reducción de jornada laboral sin bajada de salario, y una renta básica para desempleados. Que se enfrente a la reforma del aborto de Gallardón. De ese desafío tenemos que responder todos quienes contribuimos al éxito de las marchas. Una propuesta firme con seguridad arrastraría a muchos sectores de trabajadores, incluidos numerosos comités que aún se alinean bajo las siglas de CCOO y UGT, disputando su propia base y abriendo la posibilidad del nacimiento de una alternativa combativa para los trabajadores, estudiantes y luchadores sociales.