Desde el sindicato Co.Bas vemos necesario compartir con vosotros/as el balance y algunas conclusiones de estos meses de lucha, así como del acuerdo al que han llegado CCOO, UGT y CSIF con la Administración.

Es importante comenzar señalando una vez más que vuestra lucha no es “simplemente” por una mejora de vuestras condiciones laborales, sino en defensa de un servicio público imprescindible, como es el mantenimiento de los hospitales, que está siendo víctima de los recortes y camina hacia la privatización, mediante tercerización y polivalencia. Las medidas que os amenazan hoy son sólo la punta del iceberg de un ataque mucho mayor, la privatización de la sanidad pública. Se trata de un proceso que, si no logramos detener, seguirá avanzando: hoy jardineros/as, mañana pintores/as, más adelante el conjunto de mantenimiento, después lavandería, cocina, administrativos, etc, etc.

También insistimos desde el principio que defender la sanidad pública no podía ser sólo una responsabilidad de mantenimiento, sino que era necesario involucrar al resto de sectores del hospital que, más temprano que tarde, sufrirán un ataque similar. Pero incluso más que eso, es preciso incorporar a más sectores de la clase trabajadora (en primer lugar a los que también están en lucha), no sólo por una cuestión de solidaridad obrera, sino porque la sanidad pública es un servicio que nos beneficia y necesitamos todos.

EL PAPEL DE LOS SINDICATOS “REPRESENTATIVOS”

¿A quién le correspondía ponerse a la cabeza de esta lucha y de la unificación con otros sectores? ¿Quién tenía la obligación y el aparato necesario para hacerlo? La respuesta es evidente: en primer lugar era responsabilidad de los sindicatos que “representan” a mantenimiento: CCOO, UGT y CSIF. Sin embargo, ¿cuál ha sido el papel de estos sindicatos hasta ahora?

Comencemos por lo que habéis hecho vosotros/as, el sector de mantenimiento. Varios meses de acampada en los hospitales (con el correspondiente esfuerzo), sostenidas y organizadas desde las Asambleas de trabajadores (involucrando a fijos, interinos y eventuales), movilizaciones y acciones locales y también unitarias a nivel andaluz, unidad y solidaridad con otros sectores en lucha (jornaleras, movistar, infoca, 112, 061, extruperfil…), entrevistas con representantes políticos y gubernamentales, así como manifestaciones de denuncia y exigencia, notas de prensa, recogidas de firmas de apoyo (más de cuatro mil en pocas semanas) y, como un gran paso en la organización y unidad del sector, la coordinación y sincronización a nivel andaluz y la elaboración de una tabla reivindicativa consensuada por la inmensa mayoría del mantenimiento público de los hospitales andaluces.

¿Cuál ha sido el apoyo de CCOO, UGT y CSIF? Pues su apoyo no sólo ha brillado por su ausencia, no sólo no han sido ellos quienes han organizado la lucha (como era su obligación), no sólo no han convocado ni apoyado públicamente la lucha y sus acciones, sino que ni siquiera se han dignado a legalizar las manifestaciones decididas por las Asambleas ni a sacar un solo panfleto llamando a la solidaridad. Sin embargo, tras cuatro meses de lucha, las Asambleas escucharon a sus «representantes» y les dieron un voto de confianza, levantando las acampadas que incomodaban a sindicatos y Administración y entregándoles a estos sindicatos la tabla reivindicativa (consensuada a nivel andaluz) para que la negociaran.

¿Cuál ha sido el resultado? ¿Han peleado estos sindicatos por lo que democráticamente habían decidido los trabajadores? ¿Han intentado movilizar al ver los planes de la Administración? ¿Acaso es que tenían dudas estos sindicatos de la fuerza, la firmeza y la capacidad de lucha de mantenimiento? ¿A quién se han disciplinado estos sindicatos? ¿A las Asambleas o a la Administración? En definitiva, ¿cómo corresponde calificar el nuevo acuerdo al que han llegado CCOO, UGT y CSIF con la Administración Pública?

Lo que se ha firmado por estos tres sindicatos no contempla ni uno sólo de los puntos que los trabajadores de mantenimiento reivindican. Pero no sólo eso, condena en los próximos meses al despido a un buen número de trabajadores (donde habrá más sectores además de jardineros). Además abre definitivamente las puertas a la polivalencia y supone, en definitiva, el inicio del desmantelamiento y privatización del sector público de mantenimiento. Ya teníamos la experiencia de 2008 y ahora también la de 2015, que es incluso peor.

Hay que ser claros, si estos sindicatos no sirven ni para movilizar ni para organizar la lucha, si estos sindicatos no sirven para escuchar a los trabajadores ni a sus Asambleas, y si estos sindicatos no sirven para negociar en defensa de los puestos de trabajo, de las condiciones laborales y del sector público, pues no puede haber duda, la conclusión es que ESTOS SINDICATOS NO SIRVEN.

¿QUÉ SE PUEDE HACER? Con toda la humildad con la que hemos estado apoyándoos estos meses de lucha y sin ánimo de dar lecciones, nos gustaría también plantearos los dos puntos que vemos principales de cara al qué hacer ahora.

1. Nuestra opinión es que sólo hay un camino: VOLVER A LA MOVILIZACIÓN. Es preciso apoyarse en la unidad que se consiguió a nivel andaluz y reiniciar la lucha, que ahora es contra el acuerdo y, por lo tanto, contra quienes lo han firmado. Hay que denunciar a la Administración y al gobierno de la Junta, así como a CCOO, UGT y CSIF. Además habrá que exigirles a los delegados sindicales que se posicionen, o están con las Asambleas de trabajadores y sus reivindicaciones, o están con el acuerdo y sus firmantes.

Por otra parte, la magnitud de la lucha exige buscar aliados fuera del propio sector de mantenimiento, en primer lugar el resto de sectores del sistema de salud (lavandería, cocina, administrativos, celadores, etc). Pero eso no será suficiente, también habrá que buscar la unidad con otros sectores obreros, estudiantiles y movimientos sociales. Evidentemente no es una tarea fácil, pero alguien tiene que dar el primer paso. Y os garantizamos que no estaréis solos.

2. Pero además, para consolidar los avances, fortalecer la lucha y prepararse para nuevas negociaciones, vais a necesitar construir una HERRAMIENTA SINDICAL que esté al servicio de la lucha y que esté sometida a las decisiones de las Asambleas, una herramienta que sea independiente económicamente de los gobiernos, sus partidos y sus Administraciones, una herramienta que tenga como principio movilizar para conseguir las reivindicaciones en las negociaciones, y lo más importante, una herramienta que sirva desde el primer momento para unificar la lucha de mantenimiento con más luchas y sectores.

Entendemos que habrá gran cantidad de dudas e incertidumbres sobre si realmente es correcto y necesario dar un paso así. Pero por suerte o por desgracia, esta preocupación durará poco. En pleno período electoral (que es cuando los políticos “escuchan”) o vuestro nuevo sindicato se pone a la cabeza de impulsar una gran lucha inmediatamente, o la mudanza habrá sido en vano. Desde el sindicato Cobas sabéis que estamos a vuestra disposición y os ofrecemos nuestra estructura sindical y nuestra fuerza y apoyo a nivel estatal. No os planteamos que “entréis” en Cobas porque no somos un aparato sindical que trabaja desde fuera de los trabajadores, sino que os proponemos que “construyáis” vuestra propia herramienta sindical en vuestro centro de trabajo, controlada por la Asamblea y bajo el paraguas de una estructura sindical que está siendo conformada por trabajadores que sufrieron un proceso similar al vuestro con CCOO, UGT y sus semejantes.