Desde hace ya 20 años el PP gobierna la Comunidad de Madrid. Como consecuencia, la crisis social se expresa aquí con todo su esplendor.

El Madrid del PP

Quizá los desahucios sean la expresión más descarnada de cómo las consecuencias de la crisis que provocaron banqueros y especuladores financieros la estamos pagando los trabajadores y trabajadoras. Según cálculos de la PAH de Madrid, entre 2012 y 2014 alrededor de 48.000 personas han sido desahuciadas. De ellas, algo menos de la mitad eran menores de edad y algo menos de un quinto menores de tres años. No es de extrañar que la PAH haya habilitado un grupo de ayuda psicológica para los afectados.

Los pasados gobiernos del PP han sido gobiernos al servicio del lucro de grandes constructoras y bancos. Han puesto las instituciones y recursos públicos al servicio de contratos gigantescos para infraestructuras sin interés social, pero generosamente cobrados por los grandes empresarios de las finanzas y el ladrillo. Un ejemplo claro de esto son las autopistas radiales.

Corrupción, recortes, privatización y represión

La corrupción es la otra cara de la moneda, son los pagos de estos empresarios por los favores recibidos desde el poder. Así no es de extrañar que el PP de Madrid esté enfangado hasta el cuello en la “Operación Púnica”, la trama por la que políticos de la región (principalmente del PP, pero también algunos del PSOE) concedían contratos públicos a sus amigos empresarios a cambio de una comisión. Por esta operación, entre otros muchos, el Presidente del PP de Madrid durante 8 años, Francisco Granados, está en prisión. También está imputada la jefa de comunicación de Esperanza Aguirre.

Mientras el ladrillazo y la corrupción absorben los recursos, los servicios básicos son abandonados o privatizados. La sanidad es un ejemplo bien conocido. Casi 1.500 pacientes esperan más de un año para operarse. Lo más sorprendente es el ritmo de la degradación del servicio: en diciembre de 2012 sólo había ¡6 pacientes! con ese retardo. Esos son los efectos de los recortes. De paso, se crea un suculento aliciente para derivar a la sanidad privada. El PP de Madrid ha protagonizado el mayor intento de privatización de la sanidad, con el proyecto de pasar a gestión privada seis hospitales. Afortunadamente, y tras una larga lucha de los trabajadores y trabajadoras sanitarias, el plan fue desactivado, aunque la privatización ha seguido intentándose por otras vías.

Madrid también es hoy contaminación. Según la Oficina Europea del Medio Ambiente desde 2010 se superan los niveles permitidos, pero no se han hecho esfuerzos reseñables por evitarlos. Es el Madrid de los conciertos prohibidos, de la cultura “disidente” ilegal, como el de Soziedad Alkoholika. El Madrid de la televisión pública ultraderechista y manipuladora, condenada como tal por “faltar repetidamente a la verdad” por la Asociaciones de Periodistas.

Con semejante currículum, no puede sino sorprender la campaña de la candidata del PP a la comunidad, Cristina Cifuentes. Como lemas principales está usando el empleo y la sanidad y educación públicas, intentando dibujar un “perfil social”. Pero pocos incautos pueden ser engatusados en esta campaña, teniendo en cuenta la trayectoria de la candidata, tristemente famosa en su cargo de Delegada del Gobierno en Madrid. La represión ha sido su seña de identidad. Bajo su mandato, ha recibido cuatro condenas por quebrantar el derecho de reunión. Y ninguno de los 447 detenidos en movilizaciones relacionadas al 15M ha sido condenado. Cifuentes es famosa por llamar “filo-terrorista” a Ada Colau y por reconocer la existencia de ficheros políticos de activistas. Bajo su mandato la impunidad policial se ha demostrado por la imposibilidad de identificar a los agentes de la UIP responsables de agresiones a periodistas o incluso de la mutilación del ojo de un joven por una pelota de goma.

Echar de Madrid al PP, la principal tarea

Corriente Roja pondremos todo nuestro esfuerzo en materializar en las elecciones lo que ha sido el grito de la calle en estos años de movilizaciones: ¡que se vayan!

El PSOE no es ninguna alternativa. En las cuestiones esenciales han gobernado con las mismas orientaciones que el PP. No es casualidad que reformaran juntos el artículo 135 de la Constitución para priorizar el pago de la deuda sobre cualquier otro criterio, o que voten juntos el 73% de las veces en el Parlamento Europeo.

IU en la Comunidad de Madrid está marcada por su implicación en las tarjetas black de Bankia. No es sólo que Moral Santín fuera uno de los corruptos, sino que quienes han sido señalados por la dirección federal de IU como responsables políticos de aquello siguen en sus puestos. Incluso en la lista a las elecciones está presente Carlos Paino, secretario de organización de IUCM y que también cobró de Caja Madrid-Bankia al ser consejero de Caja Madrid de Pensiones S.A. En un infantil intento de arreglar su imagen, IUCM usurpó la coletilla de “Ganemos”. De tan descarada que era la maniobra, han tenido que retirarla. El problema de IUCM no está en su nombre, sino en su profunda integración en el sistema institucional y económico.

Votar a Podemos: un voto para echar al PP, no un cheque en blanco

Podemos está recogiendo buena parte de las ilusiones de cambio que en la gente han venido fraguándose los últimos años. En el panorama actual, y para echar al PP, llamamos a votarlos en las próximas elecciones autonómicas de Madrid. Es un voto para echar al PP, no es ningún cheque en blanco. Las posiciones expresadas por José Manuel López, su candidato a presidir la comunidad, nos parecen muy preocupantes. En una entrevista concedida a eldiario.es (11/4/2015) pone el centro de su propuesta en la “transparencia” y en el “cambio de modelo productivo”, citando como referencia para ese cambio a la UE, la misma UE que nos ha impuesto la reforma laboral y los recortes salvajes y que está ahogando por todos los medios a Grecia. Los criterios para ese cambio serían, según López, potenciar el I+D+i, la eficiencia energética y el cambio climático. ¡Ni una sola palabra para defender a la clase trabajadora!

En la entrevista hay incluso algunas posiciones directamente escandalosas. Por ejemplo, el candidato de Podemos defiende explícitamente no tocar la educación concertada, limitándose a exigir “que cumplan con la lógica de la red pública”. Estos planteamientos van en la dirección opuesta a las reivindicaciones de la Marea Verde y no tienen nada de ruptura con la situación establecida.

Más allá de nuestro voto, en Corriente Roja ponemos nuestra confianza en continuar las luchas. Las mareas en la sanidad y la educación, la lucha contra los despidos de Coca-Cola, Madrid Río o UPS, el activismo contra los desahucios, el sindicalismo combativo, las mujeres en lucha, la juventud antifascista… Ahí está la clave para la construcción de una alternativa política anticapitalista y de ruptura que Madrid necesita.