Las atrocidades cometidas por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), y colonos judíos extremistas contra palestinos desarmados se han acentuado en las últimas semanas. Hace tres días, soldados de las IDF mataron a sangre fría a Bayan Ayman Abd al-Hadi al-Esseili, una niña de 17 años, cerca de al-Khalil (Hebron para los judíos). El mismo día, también en al-Khalil, el jóven de 18 años Fadil Qawasmi fue asesinado por un colono por haber supuestamente intentado acuchillar, según las autoridades israelíes, a una persona no identificada. El martes (20) un palestino de 18 años fue hallado muerto en las proximidades del asentamiento ilegal de Gush Etzion por haber atacado, siempre según fuentes israelíes, a un grupo de judíos. Desde el 1 de octubre, 44 palestinos y siete israelíes han perdido la vida. El lunes (19) un inmigrante eritreo murió a manos de un guardia de seguridad al ser confundido con un palestino.

Por Gabriel Huland

Las imágenes hacen temblar de indignación a cualquier persona dotada de sentido común. La respuesta de las autoridades y de parte de la ciudadanía de Israel, especialmente los colonos extremistas, ha sido similar al terror nazi contra los judíos durante la II Guerra Mundial. El ministro de educación israelí no se avergüenza de caminar tranquilamente con su pistola brillando en la cintura. El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, ha anunciado que no se tomarán medidas punitivas contra los habitantes de la ciudad que salgan de casa armados y que se tomen la justicia por su cuenta. La crueldad de los líderes políticos del estado terrorista de Israel no tiene límites y encima se llenan la boca para decir que Israel se trata de una democracia avanzada, la única de la región.

La juventud palestina se levanta

No es casualidad que la mayoría de los palestinos asesinados son jóvenes de menos de 30 años. Son ellos los que están liderando lo que puede ser el inicio de la tercera Intifada palestina, un levantamiento general y consistente de la población contra el estado de Israel. La mitad de los 44 muertos hasta ahora perdió la vida en enfrentamientos con las fuerzas de ocupación. La otra mitad atacados cobardemente por soldados o radicales ultra-ortodoxos. La juventud sufre de manera especial el peso de la ocupación. La mayoría está en el paro y una parte trabaja en condiciones de semi-esclavitud para empresas israelíes que roban sus tierras, agua y recursos en los territorios ocupados. La juventud no ha vivido los años de Oslo, cuando se multiplicaron las promesas de paz por parte tanto de Israel como de los líderes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP). En definitiva, la juventud nunca ha dejado de resistir y de hecho ha convertido el eslogan “Resistir para existir” en su lema de acción.

Un joven activista declaró al portal de noticias Ma’an News que “no le importan los líderes, ellos (los jóvenes) serán sus propios líderes”, en clara referencia a la inoperancia de la ANP desde la eclosión de los enfrentamientos en Jerusalén y Cisjordania. Mahmoud Abbas, uno de los arquitectos de Oslo, se limita a decir que llevará Israel a la Corte Penal Internacional. Declaraciones como las de los jóvenes citados anteriormente evidencian que toda una generación pos Acuerdos de Oslo, cuando Israel y Palestina firmaron los acuerdos de paz tutelados por EEUU los cuales crearon la ANP, no confía más en su clase política. Cerca de cinco años antes de los acuerdos de 92, la OLP abandonó las armas como método de lucha. Otro activista palestino citado por el mismo medio afirmó que los burócratas de la ANP son todos traidores.

Los jóvenes que luchan hoy en Palestina se tienen que enfrentar a una realidad muy distinta a la de los finales de los 80, cuando tuvo lugar la primera Intifada. La presencia de colonos en los territorios palestinos del 67 era mucho menor (hoy son más de 600.000), tenían mucha más libertad de movimientos (no había tantos check-points como ahora) y los partidos palestinos como Al Fatah no estaban en estadios tan avanzados de burocratización. Por otro lado, hoy en día, las imágenes de las brutalidades cometidas por los soldados israelíes corren el mundo por las redes sociales con enorme rapidez, la campaña BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel) ha ganado miles y miles de adeptos y el Próximo Oriente se encuentra en medio de una situación de convulsión que favorece a la lucha de los oprimidos. La Primavera Árabe, pese su momento de descenso y desánimo, ha demostrado a toda una generación que la lucha es el único camino para ganarse la Libertad. Además, el rechazo internacional a las políticas del estado de Israel es grande, lo que favorece la causa palestina. Como en la primera Intifada, los métodos de resistencia directa, los enfrentamientos a palos y piedras entre palestinos y soldados israelíes, se combinan con las huelgas generales. Hace poco más de una semana, los árabes que viven en Israel y tienen la ciudadanía israelí convocaron una huelga general del comercio y las escuelas árabes en Israel. Los grandes medios de comunicación prácticamente no se hicieron eco de este hecho.

Oslo sentó nuevas bases para la ocupación

Los acuerdos firmados en Oslo en el 92 no hacen mención alguna, no hay siquiera un párrafo, a la auto-determinación palestina ni a un posible estado palestino. No aseguran la continuidad territorial de las zonas administradas por la ANP. Incluso, Jerusalén Este, teóricamente bajo jurisdicción árabe, viene siendo dividida e invadida durante años por colonos, aparte de estar cada vez más separada de los demás territorios de mayoría palestina en Cisjordania. Además, 75% de los 300.000 palestinos jerusalemitas viven por debajo del umbral de la pobreza. Menos de la mitad de los niños árabes tienen plaza en las escuelas públicas y el presupuesto para la parte árabe no llega a un 10% del total. Mientras tanto, más de 300.000 colonos han invadida la zona, resultando en la expulsión de muchos palestinos de sus casas. En Jerusalén hay casos absurdos de colonos que simplemente llegan y ocupan las casas de familias palestinas. Muchos palestinos viven en campos que se parecen mucho a las favelas brasileñas, como si se tratarán de refugiados en su propia ciudad. Durante el último mes, las IDF han realizado diversas incursiones en el campo de Shufat, por ejemplo, causando terror con helicópteros sobrevolando la área a baja altura. Tan sólo en la década pasada, el Ayuntamiento de Jerusalén ordenó la demolición de 7.392 viviendas palestinas.[1]

Lo único de los acuerdos firmados entre Rabín y Arafat en el 92 que se cumple se refiere a la colaboración entre la policía palestina y los servicios secretos de Israel para monitorear y reprimir al pueblo palestino. El caso del palestino-brasileño Islam Hamed, detenido por la ANP y actualmente escondido en Palestina porque las autoridades israelíes no le dan un salvoconducto para dejar el país y volver a Brasil como quiere su familia, es un buen ejemplo de ello. La limitada autonomía política de Palestina, la creación de una burocracia ligada a los recursos internacionales y que provienen de Israel, sumados a la creación de un aparato de seguridad, han funcionado en la práctica como fuerza complementaria a los planes sionistas de ocupación de Cisjordania y expulsión gradual de los palestinos de su tierra.

Crece la solidaridad internacional

El comité nacional del BDS en Palestina ha hecho un llamamiento a la solidaridad internacional contra la ofensiva sionista de los últimos días. Importantes actos y concentraciones han tenido lugar o ocurrirán en distintas partes del mundo. En Madrid el acto tendrá lugar el viernes 23 en la embajada de Israel. Barcelona realizó una concentración el martes 20 delante de la sede del gobierno español. Nuestra tarea en este momento es fortalecer los actos y llenar de solidaridad a los jóvenes que están dispuestos a dar su vida por el sueño de libertad, por tener de vuelta su tierra, por poder regresar al lugar donde nacieron, por poder vivir de manera digna.

¡Solidaridad con la lucha palestina!¡Por una Palestina laica, democrática, única y no racista!¡Abajo el estado sionista de Israel!

 

[1] http://proximooriente.blogspot.com.es/2015/10/hacia-la-tercera-intifada.html

Referencias bibliográficas para entender palestina:

La historia oculta del sionismo – Ralph Schoenman

Palestina (Una historia moderna) – A.W. Kayyali

La revuelta del 36 – Ghazan Kanafani