El PSOE gobierna Andalucía desde la creación de la Junta en 1982, hace 36 años. Durante 22 de esos años, también han gobernado en la Moncloa. El balance del PSOE en el gobierno se explica por sí solo con los datos de la realidad andaluza actual: somos los campeones del desempleo (22,9%), más de tres millones de andaluces y andaluzas están en riesgo de pobreza y exclusión social, 500.000 más que hace 10 años. Un tercio de los pensionistas están bajo el umbral de la pobreza. Andalucía tiene los salarios más bajos del Estado. Y las mujeres cobran casi 4.000€ menos anuales de media, agravando todo lo anterior para ellas. La mitad de los hogares declara no poder afrontar ningún gasto imprevisto y casi el 10% ni siquiera puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada.

Mientras tanto, la banca española en los últimos 5 años declara la obscena cifra de 62.473 millones de € de beneficios, más de lo que costó el rescate con dinero público que nunca devolvieron. Las compañías eléctricas han ganado 10.000 € limpios cada minuto durante el presente año. Las 14 personas más ricas de Andalucía, grandes empresarios y terratenientes, amasan un capital similar al 4,5% del PIB andaluz. La situación no puede ser más sangrante…

El PSOE se presenta como un partido de izquierda, pero ha sido y es un instrumento de gobierno de esa minoría de banqueros, grandes empresarios y terratenientes que se benefician de nuestras penalidades. No ha traído a Andalucía avance para los trabajadores, sino desigualdad y precariedad, y ha mantenido a nuestra tierra en la dependencia y la subordinación.

El corrupto PP de Casado y Ciudadanos de Rivera son otros instrumentos de los banqueros, grandes empresarios y terratenientes. Están embarcados en una carrera por demostrar quién es el derechista más radical. Agitando el españolismo más ultra, el machismo y el odio al inmigrante intentan ganar apoyos. Cualquier trabajador que caiga en esa trampa estará disparándose en el pie, ya que también quieren recortar libertades contra sindicalistas y activistas sociales. Criticando al PSOE por la derecha, estos partidos son, como él, abanderados de las contra-reformas laborales y de las pensiones, de los recortes y las privatizaciones.

Adelante Andalucía (Podemos+IU) ha pasado de considerar al PSOE como parte de la “casta” a un aliado estratégico para lo que llaman “cambio”. Teresa ya ha declarado que apoyarían la investidura del PSOE. Pablo Iglesias clama día sí y día también por entrar al gobierno con Pedro Sánchez, y como gesto de buena voluntad ha pactado un proyecto de presupuestos sumiso a las exigencias de la Unión Europea, que olvida sus principales promesas electorales como la derogación de reformas laborales y de Ley Mordaza. No olvidemos que en Andalucía, IU ya co-gobernó con el PSOE entre 2012 y 2015 dejando un reguero de promesas incumplidas que terminaron cuando Susana consideró que IU había cumplido su papel y los expulsó. Donde gobierna Podemos, como en Cádiz, han pasado de “anticapitalistas” a ser «gestores responsables» que se han olvidado sus principales promesas electorales , enfrentados a los movimientos sindicales y sociales de la ciudad. Cuando la izquierda defrauda las expectativas, es cuando se abre la puerta al crecimiento de la derecha en los sectores populares.

Construir la unidad de las luchas y una alternativa revolucionaria

En Corriente Roja pensamos que estas elecciones no van a solucionar nada. La ley electoral está diseñada para favorecer la continuidad de los de siempre. Presentar listas electorales ya ni siquiera permite una difusión especial que usar como altavoz de nuestras propuestas. Siendo la clave del cambio el desarrollo e impulso de las luchas obreras y sociales en curso, una organización humilde como Corriente Roja tiene que decidir muy bien con qué tareas se compromete. Por eso en estas elecciones no concurriremos y nuestra campaña electoral será la movilización, empezando por dar nuestro apoyo a la convocatoria del día 24 de noviembre de la Plataforma “Empleados públicos por la estabilidad”, en lucha contra el ERE encubierto de la administración y por el derecho a la estabilidad de miles de empleados públicos en fraude de ley. Por la cantidad de afectados y por la responsabilidad directa que tiene la Junta, nos parece una gran ocasión para ir trenzando la unidad de esta lucha con la de otros colectivos de trabajadores y trabajadoras tanto en el sector público como en el privado, que están directamente afectados por las políticas del gobierno andaluz.

En el terreno de lo estrictamente político, más allá de plataformas electorales de dudosa consistencia, en Corriente Roja pensamos que la tarea de las y los revolucionarios andaluces es avanzar en la construcción de una alternativa revolucionaria de ruptura con este régimen político y esta sociedad. Por eso luchamos, con toda humildad, por construir un partido enraizado en la clase trabajadora y con una clara estrategia revolucionaria y socialista.

En cuanto a nuestra orientación de voto, llamamos a apoyar las candidaturas de IZAR en aquellas provincias en las que se presentan, Málaga y Granada. Pensamos que representan una opción de clase trabajadora, con un programa rupturista y una apuesta que prioriza la movilización.