El pasado 3 de diciembre, con motivo de la Cumbre del Clima (COP28) que se celebra estos días, algunos centenares de personas salieron a las calles de Madrid bajo el lema «Soluciones y no declaraciones».

Por: Corriente Roja Madrid

Los gobiernos, los medios de comunicación y la academia, nos presentan la catástrofe ambiental como una responsabilidad de la “humanidad”, donde las soluciones son responsabilidad de cada individuo: «recicla, cierra el grifo, no malgastes…» Plantear las cosas de esa manera es un auténtico fraude.

Los responsables de la catástrofe ambiental no es la gente trabajadora que vive o malvive de su salario o pensión, de ayudas sociales o del trabajo informal. Más aún, si nos referimos a los «países pobres», semicoloniales, que son los mayores afectad@s por la emergencia ecológica.

Los grandes responsables y beneficiarios de la catástrofe ecológica son las grandes corporaciones energéticas, mineras, industriales y tecnológicas, los grandes bancos y fondos de inversión y los gobiernos que los representan. Como amos del mundo, sus decisiones determinan el futuro del planeta. Desde el punto de vista individual, los grandes contaminadores son una minoría rica y muy rica. Quienes viven en las condiciones más humildes son quienes menos contaminan, al tiempo que son quienes más sufren. Estudios científicos como el de Tim Gore, señalan que para limitar el calentamiento climático a +1’5ºC, el 1% más rico de la población mundial deberá reducir sus emisiones en un 97%. El 10% en un 90%. El siguiente 40% deberá limitarlas en un 57%. El 50% restante, sin embargo, podría multiplicar sus emisiones por 2,33.

Ante el agotamiento de los combustibles fósiles y el agravamiento de los problemas ambientales, algunos gobiernos, como el de Sánchez-Díaz, se presentan como los grandes defensores del Green New Deal” o capitalismo verde”.

Buena parte de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos que le corresponden al Estado español (a cambio -no se olvide- de nuevos retrocesos en pensiones, derechos laborales, servicios públicos…) va a manos de oligopolios eléctricos como Endesa, Naturgy e Iberdrola (segunda, tercera y séptima empresas más contaminantes) para construir enormes parques eólicos y fotovoltaicos no sostenibles y con enorme impacto ambiental.

Pero las energías renovables, dependientes de los combustibles fósiles, no pueden sustituir globalmente a la energía fósil: solo se utilizan para producir electricidad (20% de la energía consumida), son poco densas, de difícil almacenamiento y transporte.

A las grandes corporaciones multinacionales, ávidas de ganancias, les resulta imposible cambiar su matriz energética, basada en los combustibles fósiles (más del 80% de la energía primaria) sin interrumpir su funcionamiento como empresas capitalistas: el crecimiento infinito.

La lucha ecologista es lucha de clases y antiimperialista. La justicia ecológica es inseparable de la justicia social. La lucha por el socialismo es la lucha por recuperar el planeta de manos de las grandes corporaciones y sus gobiernos que ponen en cuestión nuestra propia supervivencia.

La clase trabajadora es la que produce los medios de vida y la riqueza del mundo y es la única que puede reorganizar la economía al servicio de las necesidades humanas y de la sostenibilidad de la naturaleza, porque nuestra clase atiende a los intereses de la mayoría social, y no de una minoría capitalista.

  • Por un cambio drástico del modelo urbanístico y turístico que acabe con el proceso de gentrificación de las ciudades y la urbanización salvaje.
  • Por un transporte público y de calidad, que sustituya el modelo basado en el coche privado.
  • Por el empleo estable y por salarios y pensiones dignas que acaben con la precariedad.
  • Por una Educación y Sanidad públicas y una vivienda digna.

Todas estas demandas están vinculadas a la lucha por la defensa del planeta y por la exigencia a los gobiernos de medidas de urgencia contra el cambio climático. Porque en esta lucha nos va la vida misma.

¡MEDIDAS DE URGENCIA YA!: NACIONALIZACIÓN DE LAS ELÉCTRICAS Y EXPROPIACIÓN DE LA BANCA AL SERVICIO DE UNA TRANSICIÓN ECOLÓGICA REAL

Imagen: Fridays for Future Madrid (@fridayformadrid) via Twitter