El 8 de marzo del pasado 2018 fue un día de movilizaciones masivas a nivel internacional. Este año, las organizaciones feministas convocantes el año pasado, están comenzando a organizarla. Al igual que hace un año, hay diferentes posiciones acerca de cómo y de quién es la tarea de organizar la jornada de lucha del 8M. Desde el movimiento estudiantil se está volviendo a organizar esta jornada llamando a una huelga de mujeres y construida solamente por mujeres desde espacios no mixtos y por fuera de las aulas y centros de estudio. Desde Corriente Roja creemos que para superar el pasado 8 de marzo hay que continuar con el debate de cómo y con quién organizarlo, y por eso queremos explicar cuál es nuestra posición respecto a este tema.

¡Volvamos a construir entre todos y todas las estudiantes un 8M masivo desde las aulas!

Al igual que el movimiento feminista, Corriente Roja queremos que este 8 de marzo vuelva a ser una gran jornada de lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras y las estudiantes. A pesar de esto creemos que, aunque el pasado 8M fue un éxito por su masividad, hay aspectos a mejorar para implicar a muchos más compañeros y compañeras a nivel estudiantil. Creemos que esta jornada tiene que ser organizada desde cada centro de estudio y que todos los y las estudiantes decidamos cómo organizarla construyendo asambleas generales por institutos y facultades y espacios de debate, y votando la huelga en las aulas. Se tienen que abrir debates en los centros de estudio para decidir cómo queremos participar a nivel de centro y cómo los activistas más a la cabeza podemos involucrar al máximo número de estudiantes.

Decimos que hay que construir el 8M con los compañeros porque ellos, igual que nosotras, también sufren los ataques del Gobierno, impuestos por la UE, a nuestra educación pública: los recortes, las reformas educativas como la LOMCE y el 3+2, los tasazos en la universidad, etc. Y los mismos responsables de todo esto son los que quitan subvenciones para puntos de ayuda de la mujer, se niegan a ofrecer una educación afectivo sexual en valores de igualdad y que respete la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género, permiten la brecha salarial y la discriminación en las pensiones y no ponen medidas ni recursos suficientes para prevenir las agresiones y el acoso machista en las aulas. Estamos convencidos que las mujeres y estudiantes trabajadoras y nuestros compañeros, luchamos contra un enemigo común y, por lo tanto, tenemos que organizarnos y luchar juntos. 

¡Una huelga encabezada por trabajadoras y estudiantes para exigir nuestras demandas!

El argumento principal que se sigue dando desde las organizaciones feministas para volver a llamar a la Huelga General de Mujeres es que la huelga es no mixta para así “visibilizar el papel de la mujer en la sociedad” y mostrar al mundo “cómo sería un día sin las mujeres”. Nosotros, en cambio, nos seguimos preguntando: ¿No se visibilizaría mucho más si las estudiantes y profesoras nos pusiéramos a la cabeza de organizar una huelga que paralizara todos los centros de estudio? ¿No sería la mejor forma de poner en jaque al Gobierno y exigirle que se cumplan todas nuestras reivindicaciones? Además, creemos que los estudiantes no podemos quedarnos solo con nuestras demandas estudiantiles, sino que tenemos que hacer nuestras las reivindicaciones de la clase trabajadora porque nosotros somos los y las trabajadoras del mañana. A esto se le suma que, solo con una huelga de trabajadores y trabajadoras que paralice las empresas y centros de trabajo se puede paralizar realmente un estado para exigir unas reivindicaciones concretas.

Por eso nosotros creemos que hay que hablar con todos los compañeros y compañeras y explicarles la necesidad de organizarnos contra de un Gobierno y unas instituciones que son responsables de la actual situación de machismo, lgtbifobia, racismo y precariedad de estudiantes y trabajadores/as.

Por eso paralizar los centros de estudio no es suficiente. Este 8 de marzo el movimiento estudiantil tenemos que confluir con los y las trabajadoras y así poder enfrentar juntos las reformas y medidas que nos afectan a las mujeres y al conjunto de la clase trabajadora.

Por último, a todos los compañeros con los que durante estos años hemos luchado en contra de la LOMCE, el 3+2, los recortes o la represión, os llamamos a que nos acompañéis una vez más ya que esta lucha no es ajena a vosotros. Además, no solo queremos que nos acompañéis en las manifestaciones o acciones que se convoquen, sino que, juntos, organicemos esta jornada de lucha en todas las aulas y con todos y todas las estudiantes, para que incluso aquellos compañeros/as que no nos han acompañado en otras luchas, se unan a esta, y así poder masificar y fortalecer todas las movilizaciones del 8 de marzo.

Esperamos que con este artículo hayamos podido aclarar nuestra posición respecto a esta cuestión y que pueda servir para seguir debatiendo con todos y todas las compañeras, no solo de cara al 8M sino para, posteriormente, sacar lecciones de este proceso y seguir construyendo juntos la lucha estudiantil en el futuro.