El 27 de julio de 2018 quedará marcado como una fecha muy triste para vergüenza en la historia de este país. Cuando todavía sigue muy reciente la lamentable y vergonzosa condena a “La Manada” y su excarcelación, el Juzgado de lo Penal número 1 de Granada condenaba a Juana Rivas a un total de cinco años de prisión por “sustracción” de sus dos hijos menores y a una pena de seis años de inhabilitación de la patria potestad, lo que supone que no podrá tener la custodia de sus hijos durante ese período de tiempo. Además el juez Manuel Piñar condenaba a Rivas, a indemnizar a Francesco Arcuri, su expareja, con 30.000 euros por el daño moral y material y al pago de todas las costas del juicio. La sentencia, contra la que cabe recurso ante la Audiencia Provincial de Granada, está fechada el 18 de julio, el mismo día en el que se celebró el juicio contra Juana Rivas.

Manuel Piñar, el juez que ha dictado la sentencia, ni siquiera tuvo en cuenta la denuncia por violencia de género interpuesta hace dos años y que sigue paralizada en los juzgados. Dos años sin tramitarse y ni tan siquiera haberse empezado a investigar. Esta desidia judicial y las irregularidades, de contenido y forma del auto dictado, son una prueba más de la vulneración brutal de derechos fundamentales tanto de los hijos de Juana como de ella misma.

La defensa de Juana Rivas ha pedido explicaciones al juez que dictó el auto, porque en el mismo hay siete párrafos de la sentencia tachados y plagiar un estudio de otro magistrado (según afirma la defensa de Juana Rivas). Entre el contenido que el juez tachó está un fallo de la Audiencia Nacional que recoge que «el progenitor denunciado por sustracción de menores, si tiene la custodia de los hijos (Juan Rivas tenía la custodia de su hijo mayor desde 2009) no puede ser sujeto activo del delito».

Además, el Juez Piñar dedicó la mitad de las páginas del auto a desmentir la violencia de género que Juana Rivas denunció haber sufrido y que denunció en dos ocasiones. Para este juez los hechos «son inexistentes», y forman parte de «una estrategia para conseguir la guardia y custodia de sus hijos » «explotando el argumento del maltrato».
Hay que recordar que que Francesco Arcuri, la expareja de Juana Riva, fue condenado por malos tratos tras una primera denuncia.

Con esta sentencia la justicia franquista y patriarcal está lanzando un claro mensaje: las mujeres no deben denunciar. Es su particular “vendetta” contra los centenares de miles de mujeres que venimos saliendo a la calle a luchar, que dimos una respuesta masiva a la infame sentencia de la Manada…De esta manera el aparato judicial y el aparato del Estado pretenden dar una lección ejemplar a todas las mujeres que luchan y se enfrentan a sus maltratadores y violadores. Lo que supondría en el futuro que las mujeres que denuncien corran el riesgo de acabar en la cárcel. Un retroceso legal y jurídico en toda regla. El sistema judicial español le ha dado la espalda no solo a Juana, sino también a sus hijos, que legalmente también son víctimas reconocidas de violencia.
Y llegados a este punto ¿qué tienen ahora que decir el gobierno de Pedro Sánchez y la ministra de Justicia? Los que alardeaban de ser el gobierno más feminista y anunciaban a bombo y platillo el nombramiento de hasta once ministras ¿nos van a contar ahora que respetan las decisiones judiciales y esta sentencia infame?

El gobierno de Sánchez se encuentra hoy ante una verdadera encrucijada: denunciar la sentencia e inhabilitar al juez responsable de la misma, ponerse del lado de Juana Rivas y tomar desde ya medidas que acaben con la lacra de la violencia machista. Cualquier otra manera de actuar les hará cómplices de este brutal atropello. Aquí no caben medias tintas: o se está con la víctima o se está con los verdugos. Mientras tanto a l@s trabajador@s nos corresponde seguir saliendo a la calle, movilizarnos y organizar la lucha para acabar con un aparato judicial y unos jueces y juezas que con sus reaccionarias decisiones nos demuestran a cada momento que nunca existió una verdadera depuración ya que todavía hoy continuamos lamentablemente con un sistema judicial heredero del franquismo, que supuso un retroceso brutal de 40 años para las mujeres. Un sistema judicial lleno de estereotipos y prejuicios machistas, donde muchos jueces y juezas, así como el resto del personal adjunto, siguen sin tener la formación necesaria en violencia machista.

 

La sentencia provocó una fuerte indignación y una respuesta inmediata en varios puntos del país

La sentencia que emitió el Juzgado de lo Penal 1 de Granada, provocó una fuerte indignación y en varios puntos del país se produjeron de manera espontánea varias concentraciones y muestras de apoyo a Juana Rivas.

En Madrid Corriente Roja participó en la Concentración que se convocó a las siete de la tarde frente al Ministerio de Justicia donde se respiraba fundamentalmente un ambiente de rabia que se mezclaba con muestras de apoyo a Juana Rivas.

La concentración llegó a cortar la circulación de vehículos en la calle de San Bernardo sin que los agentes de la Policía pudieran evitarlo.

La Concentración discurrió entre consignas y gritos como «Disculpen las molestias, nos están asesinando», «Si tocan a Juana, nos tocan a todas», o «No es un delito proteger a tus hijos, “Nos quieren sumisas, nos tienen combativas”, “Un maltratador, no es un buen padre”, para posteriormente avanzar hasta la emblemática Puerta del Sol mientras animaban a todos los viandantes a apoyar la causa con el lema: «No nos mires, únete».