Reproducimos a continuación la declaración de este 28 de septiembre, día de la despenalización del aborto, de nuestras compañeras de la Secretaría Internacional de Mujeres de nuestro partido internacional, la Liga Internacional de Trabajadores-cuarta internacional:

El 28 de septiembre en Latinoamérica se reivindica el Día Internacional por la Despenalización y Legalización del Aborto. Sin embargo, por la fuerza de la lucha y la necesidad de las mujeres y personas gestantes la jornada se volvió mundial y los pañuelos verdes flamean en los 5 continentes. 

En este día de lucha exigimos el acceso a la interrupción del embarazo en centros médicos, de manera legal, segura y gratuita, con el fin de proteger nuestras vidas. Exigimos el fin de todas las leyes que encarcelan y procesan mujeres por abortar.

Llevamos año y medio de la crisis sanitaria generada por la pandemia del Covid-19, y si bien la expresión en las calles volverá a ser dispar, la necesidad de este derecho no sólo sigue vigente si no que se ha vuelto más necesario debido a los cambios drásticos de esta nueva situación.  

Grandes triunfos impulsan la lucha con más fuerza

En el último año el mundo está asistiendo a grandes triunfos en el derecho al aborto. Luego de grandes jornadas y movilizaciones masivas, Argentina ha logrado la legalización del aborto en todo su territorio nacional. Del mismo modo ha sucedido en México hace pocas semanas lo que hace pegar un salto en este derecho a los pueblos latinoamericanos. 

Si bien estas legislaciones tienen la limitación de la objeción de conciencia y sistemas de salud que no se adecúan en presupuesto y formación profesional, son sin embargo grandes avances producto de la lucha y que dan impulso al resto del mundo en la pelea por este derecho

Estos avances venían precedidos de Puerto Rico y a Colombia donde se permite interrumpir el embarazo no sólo por causales físicas, sino también por salud mental y ante una violación o Costa Rica que consiguió en 2019, la Norma Técnica que regula el aborto terapéutico únicamente cuando está en riesgo la vida de la madre o por malformaciones incompatibles con la vida. 

En Chile luego de mucha lucha se consiguió en 2017 revertir un poco la legislación que criminalizaba el aborto desde 1990, cuando estaba terminando el gobierno de Pinochet y en Ecuador en 2019 el Parlamento rechazó ampliar los supuestos del aborto legal pero en abril de este año un fallo de la corte suprema despenalizó el aborto en todos los casos de violación. 

En otros países como Paraguay, Venezuela, Antigua y Barbuda, Guatemala y Dominica se encuentra criminalizado y solo se permite cuando haya riesgo de muerte para la mujer.

En seis países de la región (El Salvador, Haití, Honduras, República Dominicana, Surinam y Nicaragua) el aborto no es permitido bajo ninguna circunstancia.

En el Estado Español, al igual que en otros países de Europa, el aborto es legal dentro de plazos determinados. Sin embargo, sigue estando dentro de una serie de restricciones del Código Penal y sin ser garantizado en el sistema público de salud. 

Defendamos lo conquistado

EEUU viene sufriendo hace años una cruzada anti aborto, la cual en el gobierno de Donald Trump se incrementó. Pero ha sido recientemente, en la administración Biden que el derecho a la interrupción del embarazo recibió un duro revés. En el estado de Texas, el más grande del país, se sancionó una ley que prohíbe el aborto a partir de la 6ta semana, lo que hace inviable la práctica ya que muchas mujeres no tienen información de estar embarazadas en ese lapso. Y el estado de Florida está presentando una ley en el mismo camino que la texana.  

Brasil también entra en el grupo de países que deben luchar y resistir medidas contra la vida de las mujeres ya que el gobierno de Bolsonaro ha sancionado un decreto que endurece las medidas para acceder al ya limitado derecho al aborto. 

La injerencia de la religión, en particular de las iglesias, en la educación sexual, así como la oposición a la administración de anticonceptivos en las mujeres y su militancia antiabortista no puede seguir siendo tolerada. La separación de la iglesia del Estado, como la laicidad de la educación son demandas fundamentales para nosotras. 

Educación sexual laica y anticonceptivos modernos

Que los países donde está penalizado, tengan tasas más altas de abortos se explica por el poco acceso a la educación sexual y a los anticonceptivos modernos. También es un dato que demuestra que la prohibición del aborto no lo previene sino que causa muertes, y que quienes se llaman “provida” en realidad no tienen interés en la misma.

La lucha hoy es por el acceso al aborto legal, seguro y gratuito; pero, además, a educación sexual científica y laica en las escuelas y centros de salud, a anticonceptivos gratuitos, a programas de planificación familiar y demás medidas enfocadas a evitar embarazos no deseados. 

El derecho al aborto en tiempos de pandemia

La desesperante situación de la pandemia en el mundo y el colapso de todos los sistemas de salud dificultan aún más el acceso al aborto donde es legal. A las ya anteriores restricciones o desfinanciamiento de los gobiernos sobre el tema se suma ahora la imposibilidad de dar respuesta a la salud de la población mundial. 

En un informe especial, el Grupo Médico por el Derecho a Decidir de Colombia estima que se han agravado las cifras en esta pandemia: “Si bien es muy temprano para contar con estadísticas oficiales, en el contexto de esta pandemia, casi cincuenta millones de mujeres habitantes de 114 países de ingresos bajos y medianos no podrán acceder a anticonceptivos modernos, lo que se traducirá en siete millones de embarazos no planificados en todo el mundo a raíz del confinamiento prolongado, la interrupción o desmonte de los servicios, además del aumento de todo tipo de violencia de género, entre ella la sexual (25). Por otro lado, un modelo de cálculo para 132 países de renta baja y media estimó que, si una de cada diez mujeres se ven obligadas a descontinuar su anticoncepción como consecuencia de las restricciones de la pandemia, podría haber un exceso de quince millones de embarazos no deseados y más de tres millones de abortos inseguros, que podrían causar mil muertes maternas”.[1]

Las necesidades de interrumpir un embarazo no deseado no han cesado con el coronavirus, muy por el contrario, van en aumento. Esta decisión personal e íntima que solo corresponde a la mujer está mediada muchas veces por condiciones sociales y económicas 

Sin embargo, los gobiernos muestran su verdadero rostro y no garantizan si quiera los derechos ya conquistados. El derecho a la interrupción del embarazo no ha sido colocado como dentro de las prácticas sanitarias de emergencia en la pandemia y han sido postergados incluso en los países en donde es totalmente legal.

El aborto legal es un derecho tan necesario para salvar la vida de las mujeres, las niñas y las personas gestantes, aún en tiempos de pandemia ese derecho debe ser conquistado. No hay excusas para seguir dejándonos morir o encarcelándonos. 

La lucha, el único camino

En Argentina las mujeres dieron un ejemplo de cómo encarar esta lucha. Sin embargo, las organizaciones feministas que dirigieron esa gran “marea verde” siguen colocando las esperanzas y expectativas en el gobierno de Fernández que a pesar de haber aceptado la legalización y autodenominarse “feminista” nombra como jefe de gabinete al gobernador Manzur que es abiertamente antiabortista y que en su provincia impide la aplicación de la ley. 

En el capitalismo es posible conseguir derechos para nosotras con mucha lucha y organización, sin embargo, la desigualdad intrínseca de la explotación lleva a que las trabajadoras sin recursos y más oprimidas (inmigrantes, refugiadas, negras, lgbti, etc.) no tengan posibilidad de aplicarlos en la vida real. 

De fondo este sistema nos impone cuando, donde y como es que tenemos que traer bebes al mundo, pero luego nos niega los recursos para eso porque no quiere pagar por los costes de reproducir la fuerza de trabajo que él mismo explota hasta la muerte.

Bajo el capitalismo, no está garantizado el derecho de las mujeres a ejercer una maternidad de forma digna, y esto en muchos casos es lo que las obliga a recurrir al aborto, incluso en contra de sus propias convicciones ideológicas y religiosas. Así como la ilegalidad del aborto obliga a la maternidad a aquellas mujeres que no tienen el deseo de ser madres. 

Por otra parte, se niega el derecho a una educación sexual y anticonceptivos gratuitos, además de negar o restringir la posibilidad de practicarse un aborto seguro; ya sea por penalización en la legislación o por trabas y recortes en los sistemas de salud promovidos por los gobiernos a servicio de la burguesía.

La lucha por la despenalización y legalización del aborto es una lucha de toda la clase trabajadora, hombres y mujeres. Este 28 de septiembre tenemos que recordar a todas las mujeres que han sufrido y muerto por causa de los abortos clandestinos, pero además organizar la lucha para que el derecho al aborto sea garantizado por ley.

Para que ninguna mujer más sea perseguida, castigada ni ponga su vida en riesgo por abortar. Lucharemos contra las políticas de los sectores conservadores que quieren imponerse sobre los cuerpos de las mujeres y las personas gestantes. Y contra la hipocresía del Estado Burgués capitalista que niega el derecho al aborto, mientras es incapaz de garantizar a las trabajadoras la posibilidad de ejercer la maternidad de forma digna.

Seguiremos en las calles, sin confiar en los parlamentos, en los gobiernos o los tribunales de justicia burgueses; porque solo con nuestra movilización y lucha arrancaremos este derecho.

Este 28 de septiembre, luchemos en todo el mundo al grito de: ¡educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir!

Notas:

[1] Impacto de la pandemia causada por el COVID-19 y otras crisis humanitarias sobre la disponibilidad de los servicios de aborto  -DOCUMENTO DE POSICIÓN-. Grupo Médico por el Derecho a Decidir Colombia