Las Marchas de la Dignidad han vuelto a demostrar que son un referente unitario de lucha. Un instrumento de unificación de las luchas y en torno a un programa que, partiendo de las necesidades más inmediatas -el pan, el trabajo, el techo y la igualdad-, enfrenta al Gobierno, a la Unión Europea y al FMI.

Por Coriente Roja

Las Marchas ponen en el centro lo que no ponen ni los partidos institucionales, ni la burocracia sindical, el no pago de la deuda; la derogación de todas las reformas laborales, la defensa de las pensiones públicas a cargo de los Presupuestos Generales del Estado… Y dicen que el único camino para un cambio real es la lucha obrera y popular, es la calle y no la aritmética parlamentaria de un Parlamento electo en torno a una ley antidemocrática.

Por esa razón, no le faltan presiones desde fuera, que en no en pocas ocasiones se hacen oír desde dentro. Nos dicen: hay que buscar “agrupamientos más amplios”, “no ser sectarios”.

¿Y qué quiere decir eso? ¿Que hay que renunciar al programa de las Marchas? Por ejemplo, ¿gritar contra la reforma laboral del PP pero callarse ante la del PSOE?, ¿decir pensiones públicas , pero apoyar los Pactos de Toledo, que han sido el mayor atentado contra las pensiones públicas?

¿Qué quiere decir que las Marchas tienen que renunciar a exigir el no pago de la deuda? ¿Cuál es el mensaje según el cual hay que apoyar las luchas obreras, pero no las que exigen de los Gobiernos y Ayuntamientos del cambio la remunicipalización de los servicios públicos?

La burocracia de CCOO y UGT no ha parado en las últimas semanas de hacer convocatorias, saldadas con un fracaso tras otro, para cerrar el espacio a las Marchas reclamando del Gobierno “el diálogo social”, es decir los pactos de siempre.

Como tampoco se pueden perder de vista la convocatoria del 1 de abril, “Ante el saqueo de la mafia, justicia social y democracia”. Una convocatoria que ni menciona la derogación de las reformas laborales, la defensa de las pensiones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, ni habla del no pago de la deuda.

Su criterio “amplio” solo tiene un propósito, trabajar a contramarchas, para que la oposición al Gobierno no se mueva del redil de la “oposición parlamentaria” y el reanimamiento de las luchas no acabe siendo expresado por un programa y un organismo que no pueden controlar, las Marchas de la Dignidad.

Por PAN, TRABAJO, TECHO E IGUALDAD

¡En defensa de pensiones públicas dignas y a cargo de los Presupuestos! ¡No al Pacto de Toledo!

¡Por el empleo estable, salarios dignos y la renta básica: Derogación de las reformas laborales!

¡Por la libertad de l@s pres@s y procesad@s por luchar! Amnistía!

¡Por el no pago de la deuda. UE y FMI fuera ya de aquí!

¡Por la defensa de los Servicios Públicos como derechos esenciales!

¡Contra el feminicidio: Nos queremos vivas, ni una menos!