El próximo 14 de febrero tendrán lugar las elecciones al Parlament de Catalunya. Unos comicios que vienen marcados por la inhabilitación por parte de la judicatura del president de la Generalitat, Torra. Aunque la memoria en ocasiones se comporta de manera frágil es muy importante sacar algunas conclusiones de lo que supuso el referéndum del 1-O (2017).

En primer lugar, hay que recordar que si ese referéndum se pudo imponer fue por la movilización masiva y la autoorganización popular y que lamentablemente, el gobierno de la Generalitat lejos de proclamar la República Catalana, llamó a la desmovilización dejando el terreno libre para que el españolismo más reaccionario encabezado por Felipe VI contraatacara. En segundo lugar, que fueron las Elecciones del 21-D convocadas por Rajoy al amparo del artículo 155, y sin que el gobierno de la Generalitat las rechazase, las que condujeron a un callejón sin salida los anhelos de libertad y la lucha del pueblo catalán por los derechos democráticos. El saldo actual hoy es de más de 2.850 represaliados y represaliadas por motivos políticos. Y, en tercer lugar, que ha quedado sobradamente demostrado que los dirigentes independentistas no han sido consecuentes con el mandato del pueblo de llevar la lucha por el derecho a decidir hasta el final y se han convertido en cómplices y agentes represores de las propias movilizaciones.

Desde hace mucho tiempo tanto JxCat como ERC, más allá de algunas proclamas y algunos intentos de desmarcarse en sus discursos, terminan coincidiendo en que ha llegado la hora de volver al marco autonómico y guardar en un baúl el derecho a decidir. Esto es lo que espera y desea el gobierno español: restaurar una cierta normalidad autonómica que dé por cerrada la lucha por el derecho a la autodeterminación, mantener la mayor parte del saldo represivo y lograr finalmente un nuevo acuerdo con los partidos del procesismo.

Tampoco la CUP, aunque aparece en ocasiones con una retórica más radical, ha sido capaz a lo largo de todo este tiempo de desvincularse del independentismo oficial y hoy se presentan a estas nuevas elecciones con un programa bastante rebajado y dejan abierta la puerta a apoyar un futuro gobierno de Junts “si se dan las condiciones” y mantienen la retórica de asumir responsabilidades.

Los comicios catalanes van a ser los terceros que se celebren desde que se declaró el Estado de Alarma (tras las gallegas y las vascas). Unas elecciones que se enmarcan en la tercera ola de la pandemia y una crisis sanitaria, social y económica de consecuencias incalculables. Un marco en el que tanto el Govern catalán como el gobierno central no se han diferenciado en lo esencial de las políticas que han generado decenas de miles de muertes, el incremento de las tasas de paro y una pobreza severa que se ha instalado en los barrios más humildes.

Ninguno de estos gobiernos ha intervenido la sanidad para disponer de sus recursos, ni han enfrentado el criminal negocio de las residencias privadas, ni han reforzado las plantillas de los centros de salud y hospitales. Tampoco han garantizado el curso escolar con un retorno seguro a las aulas ni han aumentado las frecuencias del transporte público obligando a la gente a tener que ir hacinados a sus puestos de trabajo. En definitiva, hemos asistido y sufrido las consecuencias de un largo historial de recortes y privatizaciones de los servicios públicos que con la pandemia se han agudizado.

Y en lo que se refiere al terreno laboral unos y otros han apostado por políticas de rescate a las grandes empresas (ERTEs y ayudas públicas a sectores con beneficios multimillonarios). Además las promesas de que no habría despidos no se cumplieron nunca y con el paso de los meses éstos han ido en aumento. Y qué decir de los desahucios que han seguido produciéndose y los cortes de luz en uno de los inviernos más duros que se recuerda.

Corriente Roja somos una organización estatal revolucionaria de la clase trabajadora. Formamos parte de la Liga Internacional de Trabajadores-IV Internacional (LIT-IV Internacional) y luchamos por reconstruir una Internacional revolucionaria.
Una organización que siempre hemos sido firmes defensor@s del legítimo derecho de los pueblos a decidir. Así lo demostramos el 1-O y las semanas posteriores, donde salimos en varias ocasiones a las calles y plazas de diferentes territorios del Estado Español a mostrar nuestra solidaridad con el pueblo catalán, por su derecho a decidir y contra la represión.

Así mismo, el próximo 14-F llamamos a votar a la candidatura Moviment Corrent Roig que se presenta en Tarragona, allí donde han logrado superar la antidemocrática barrera de conseguir avales en mitad de una pandemia. Damos nuestro apoyo a esta candidatura porque consideramos que es la única candidatura de las que se presenta a las próximas elecciones catalanas que defiende un programa hecho y dirigido a l@s trabajador@s, a la juventud y a l@s activistas y represaliad@s. Un programa que rompe con las reglas del juego institucional y que enfrenta a los ricos y poderosos. Que pone en el centro la batalla contra la represión de las instituciones del Estado contra l@s luchador@s por la independencia y los derechos sociales. Un programa que además defiende un plan de choque frente a la pandemia, la crisis y la represión. En definitiva, una candidatura que pretende ser el altavoz de quienes no nos resignamos al futuro miserable al que quieren condenarnos y nos rebelamos.

Corriente Roja estamos convencid@s que el triunfo del pueblo catalán será la derrota de un régimen reaccionario, heredero del franquismo, al que «le llaman democracia y no lo es».  Un régimen que está al servicio de los banqueros, los grandes empresarios y los ricos. Un régimen que no admite más que la unión a la fuerza. El mismo que soportamos l@s trabajador@s de todos los pueblos del Estado.

L@s trabajador@s y la juventud tenemos que entender que esta lucha es parte de la lucha común de todos l@s trabajador@s y pueblos del Estado para acabar juntos con la Monarquía, alérgica a los derechos sociales y a las libertades democráticas. Y también para derrotar a la Unión Europea, al servicio del capital, que apoya la represión y niega los derechos de los pueblos. En esta tarea estamos comprometid@s Corriente Roja.

Este 14-F, ¡Vota Moviment Corrent Roig en Tarragona!