El 19 de febrero he estado en Boiro en la manifestación apoyando a las trabajadoras de la Conserva, que a pesar de haber sido desconvocada por CIG y UGT, porque habían firmado un preacuerdo con la patronal el jueves pasado, CCOO la mantuvo porque no lo firmó.

Después de un largo recorrido por las calles céntricas de Boiro, finalizó donde comenzó, en la plaza del Ayuntamiento. Allí nos pusimos mis compañeros y yo al lado de una pancarta portada por mujeres de diferentes edades que decía “POR UN CONVENIO DIGNO NO SECTOR DA CONSERVA XA”, con unas latas de conserva todas pintadas a mano. No podía dejar de pensar qué empresa serían, mientras las escuchaba hablar, de sus cosas, de sus turnos de trabajo, comentaban el preacuerdo y alguna de ellas comentó que para la semana entraba de noche. Otras escuchaban a los dirigentes de CCOO hablando y jaleando que no aceptarían el 4º turno, que el preacuerdo no acababa con la brecha salarial, aplaudían y gritaban que, ellas tampoco lo iban a aceptar; e incluso había una niña de unos 6 años en los hombros de su madre aplaudiendo (cosa en lo que siempre me fijo, desde que soy abuela).

Todo ello me hizo recordar un tiempo pasado, cuando comencé a pasar parte de mis vacaciones en Galicia allá por el 1989, hace la tira de años. Algo que me llamó mucho la atención es que hubiera mujeres de 60 años conduciendo coches, pero aún más conduciendo autobuses, o como en el rural eran ellas en mayor medida las que se hacían cargo de las tareas de la casa, de cuidar a los animales y atender la tierra, a los hijos e hijas, las mariscadoras en sus rías, las redeiras, las trabajadoras del textil que eran muchas las empresas que había, Caramelo, Maximo Dutti, Kina Fernández, Nanos, Adolfo Domínguez, etc. algunas de ellas ya desaparecidas; cosa que me llamó siempre la atención porque en Castilla donde yo viví durante muchos años eso no era lo habitual.

Esta realidad me llevó durante muchos años a pensar que en algún momento pudo ser que hubiera un matriarcado en Galicia, cosa que no comenté con nadie en aquella época, y que quedaran restos de ese matriarcado, no lo sé si es así. Después cuando ya me instalé definitivamente en Galicia en el 2002 tuve la oportunidad de hacer amistad con muchas mujeres y siempre tuve esa duda, e incluso algunas de ellas que militaban en el movimiento feminista me llegaron a decir que sí hubo un matriarcado, pero lo dejo aquí porque no es el tema de este artículo. Pero si quiero dejar claro que este artículo sí es para plasmar o intentarlo al menos, lo que a mí me transmiten esas mujeres luchadoras, esa cosa que yo llamo “fuerza”. Lo sentí también cuando en el 2007 la empresa Atento (tiene las oficinas en la Calle Juan Florez de Coruña, con mucho tráfico), mientras estaba reunida con el Comité, negociando no me acuerdo que, por otro lado, estaba despidiendo a trabajadoras que llevaban trabajando allí la tira de años. Estas trabajadoras decidieron dejar sus puestos de trabajo e ir bajando a cortar el tráfico de la Calle Juan Florez, sin consultar a su comité. Pero ahí no quedó su protesta, tal fue su movilización que durante semanas cortaron el tráfico hasta que la policía intervino con porras dejando a más de una en urgencias. Aun así no cesaron en su lucha. Durante las semanas siguientes lograron convocar una manifestación importante en Coruña llamando a más empresas que estaban en lucha, fue precioso estar junto a ellas en ese proceso… no fueron readmitidas, pero consiguieron que su despido fuese considerado como despido improcedente y que las tuvieran que pagar 45 días por año… hoy conservo amistad con algunas de ellas.

Otras trabajadoras de las que siento esa “fuerza” son las del Consorcio Galego de Igualdade e Benestar que llevan desde 2019 luchando por su fijeza, mujeres que trabajan desde 2008 en residencias, centros de día o en escuelas infantiles. Ahora la Xunta del PP les exige demostrar que saben hacer su trabajo… no hay más cara dura que esa. Son centros que están esparcidos por todo el territorio gallego, en aldeas, villas y ciudades y un día tras otro hacen actividades, con un ingenio impresionante para visibilizar y defender sus puestos de trabajo, hasta han conseguido que las Tanxugueiras les compongan una canción y ellas sacaron su propia coreografía.

Hoy cuando estaba en la plaza de Boiro junto a tantas mujeres trabajadoras, pensaba que me gustaría trabajar en la Conserva, estar dentro del conflicto porque siempre he defendido la igualdad desde que era una renacuaja y me peleaba en el cole cuando algún chico se metía con mi hermana dos años mayor que yo, cuando a los 15 años hice mi primera Huelga en mi centro de trabajo, cuando me impuse a mi padre para que me dejara llegar tarde a casa, cuando tomé conciencia de entrar a militar en un partido trotskista, digo que me encantaría estar dentro del conflicto para poder decirles a las mujeres que las palabras que decía la única mujer que habló en el cierre, que este 8 de marzo es importante, que las mujeres no debemos permitir que firmen a nuestras espaldas, que estamos hartas, que somos “mayores” para tomar nuestras propias decisiones. Hay que decirles que se cumpla lo que allí gritaban, que hay que acabar con la brecha salarial, que la subida es insuficiente, que el cuarto turno supondrá la no conciliación familiar… que queremos recuperar el poder adquisitivo que hemos perdido durante estos años, que los contratos fijos discontinuos no los queremos, ¡queremos ser indefinidas!

Alguien me comentó en la manifestación que si fueran los trabajadores de Alcoa o los del metal de Vigo seguro que eran portada de muchos diarios, pero una vez más tenemos que decir que las mujeres trabajadoras seguimos estando invisibilizadas por los medios, a no ser que seas la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, Ayuso, Merkel o la Reina Leticia.

Cuando mis compañeros me dijeron que comenzaba la lucha de las trabajadoras de la Conserva y que ellos iban a echar una mano en los piquetes y apoyar en lo que hiciera falta, pensé, ¡qué pena no poder estar allí! Les comenté en varias ocasiones que sería muy importante hacer alguna entrevista a alguna mujer para que nos contasen como lo estaban viviendo ellas, porque todas sabemos que ser madre y tener una familia es complicado a la hora de hacer una Huelga y creo que eso también forma parte de la lucha. Al final lo que pasa siempre, que están a mil y no tienen tiempo de nada, y no lograron hacer la entrevista. Para ello redactamos esta crónica, que no es lo mismo, pero lo intentaremos más adelante porque la “fuerza” de estas mujeres no acaba aquí, porque seguirán luchando y yo estaré a su lado.

Porque este 8 de marzo sea un homenaje a todas aquellas mujeres trabajadoras que lucharon y luchan por la conquista de sus derechos.

Por ti, abuela, que te quedaste viuda de guerra y tuviste que criar a dos hijas y un hijo tu sola, trabajando de sol a sol, haciendo pan, repartiendo periódicos, y que el Gobierno del PSOE no te reconoció nunca una pensión de viudedad.

A ti mamá que siempre trabajaste en el campo, en la residencia, en los colegios de limpiadora para traer un salario a casa.

Yo sigo vuestro legado como mujer de la clase obrera.

Versión en Galego:

A LOITA DAS MULLERES TRABALLADORAS EN GALICIA

O 19 de febreiro estiven en Boiro na manifestación apoiando ás traballadoras/é da Conserva, que a pesar de ser desconvocada por CIG e UXT porque asinaran un preacordo coa patronal o xoves pasado, CCOO mantívoa porque non o asinou.

Despois dun longo percorrido polas rúas céntricas de Boiro, finalizou onde comezou, na praza do Concello. Alí puxémonos os meus compañeiros e eu á beira dunha pancarta portada por mulleres de diferentes idades que dicía “POR UN CONVENIO DIGNO NON SECTOR DÁ CONSERVA XA”, cunhas latas de conserva toda pintada a man. Non podía deixar de pensar a que empresa pertencerían, mentres as escoitaba falar, das súas cousas, das súas quendas de traballo, comentaban o preacordo e algunha delas comentou que para a semana entraba de noite. Outras escoitaban aos dirixentes de CCOO falando e acirrando que non aceptarían a 4 quenda, que o preacordo non acababa coa fenda salarial, aplaudían e gritaban que, elas tampouco o ían a aceptar; e mesmo había unha nena duns 6 ou 7 anos nos ombreiros da súa nai aplaudindo (cousa no que sempre me fixo, desde que son avoa).

Todo iso fíxome lembrar nun tempo pasado, cando comecei a pasar parte das miñas vacacións en Galicia alá polo 1989, fai xa a tira de anos. Algo que me chamou moito a atención é que houbese mulleres de 60 anos conducindo coches, pero aínda máis conducindo autobuses, ou como no rural eran elas en maior medida as que se facían cargo das tarefas da casa, de coidar aos animais e atender a terra, aos fillos e fillas, as mariscadoras nas súas rías, as redeiras, as traballadoras do téxtil que eran moitas as empresas que había, Caramelo, Máximo Dutti, Kina Fernández, Nanos, Adolfo Domínguez, etc., algunhas delas xa desaparecidas; cousa que me chamou sempre a atención porque en Castela onde eu vivín durante moitos anos iso non era o habitual.

Esta realidade levoume durante moitos anos a pensar que nalgún momento puido ser que houbese un matriarcado en Galicia, cousa que non comentei con ninguén naquela época, e que quedasen restos dese matriarcado, non o sei se é así. Despois cando xa me instalei definitivamente en Galicia no 2002 tiven a oportunidade de facer amizade con moitas mulleres e sempre tiven esa dúbida, e mesmo algunhas delas que militaban no movemento feminista chegoume a dicir que si houbo un matriarcado, pero déixoo aquí porque non é o tema deste artigo. O que se quero deixar claro que este artigo si é para plasmar ou tentalo polo menos, o que a min me transmiten esas mulleres loitadoras esa cousa que eu chamo “forza”. Sentino tamén cando no 2007 a empresa Atento (ten as oficinas na Rúa Juan Flórez de Coruña, con moito tráfico), mentres estaba reunida co Comité, negociando non me acordo que, doutra banda, estaba a despedir a traballadoras que levaban traballando alí a tira de anos. Estas traballadoras decidiron deixar os seus postos de traballo e ir baixando a cortar o tráfico da Rúa Juan Flórez, sen consultar ao seu comité. Pero aí non quedou a súa protesta, tal foi a súa mobilización que durante semanas cortaron o tráfico ata que a policía interveu con porras deixando a máis dunha en urxencias. Aínda así non cesaron na súa loita durante as semanas seguintes lograron convocar unha manifestación importante en Coruña chamando a máis empresas que estaban en loita, foi precioso estar xunto a elas nese proceso… non foron readmitidas, pero conseguiron que o seu despedimento fose considerado como despedimento improcedente e que as pagasen 45 días por ano… Hoxe conservo amizade con algunhas delas.

Outras traballadoras das que sinto esa “forza” son as do Consorcio Galego de Igualdade e Benestar que levan desde ou 2019 loitando pola súa “fixeza”, mulleres que traballan en Residencias, Centros de Día, Escolas Infantís, desde 2008. Agora a Xunta do PP esíxelles demostrar que saben facer o seu traballo… non hai máis cara dura que esa. Son centros que están esparexidos por todo o territorio Galego, en aldeas, vilas e cidades e un día tras outro fan actividades, cun enxeño impresionante para se facer visíbeis e defender os seus postos de traballo, até conseguiron que as Tanxugueiras compóñanlles unha canción e elas sacaron a súa propia coreografía.

Hoxe cando estaba na praza de Boiro xunto a tantas mulleres traballadoras, pensaba que me gustaría traballar na Conserva, estar dentro do conflito porque sempre defendín a igualdade desde que era unha rapaza e pelexábame no cole cando algún mozo que metíase coa miña irmá dous anos maior que eu, cando aos 15 anos fixen a miña primeira folga no meu centro de traballo, cando me impuxen ao meu pai para que me deixase chegar tarde a casa, cando tome conciencia de entrar a militar nun partido trotskista, digo que me encantaría estar dentro do conflito para poder dicilas ás mulleres que as palabras que dicía a única muller que falou no peche, que este 8 de marzo é importante, que as mulleres non debemos permitir que asinen ás nosas costas que estamos fartas, que somos “maiores” para tomar nosas propias decisións, hai que dicila que se cumpra o que alí gritaban, que hai que acabar coa fenda salarial, que a subida é insuficiente, que a cuarta quenda suporá a non conciliación familiar…, que queremos recuperar o poder adquisitivo que perdemos durante estes anos, que os contratos fixos descontinuos non os queremos, queremos ser indefinidas…

Alguén me comentou na manifestación que se fosen os traballadores de Alcoa ou os do metal de Vigo seguro que eran portadas de moitos diarios, pero unha vez máis temos que dicir que as mulleres traballadoras seguimos estando invisibilizadas polos medios, a non ser que sexas a Ministra de traballo, Iolanda Díaz, Ayuso, Merkel ou a Raíña Leticia…

Cando os meus compañeiros dixéronme que comezaba a loita das traballadoras da Conserva e que eles ían botar unha man nos piquetes e apoiar no que fixese falta, pensei, que pena non poder estar alí. Comenteilles en varias ocasións que sería moi importante facer algunha entrevista a algunha para que nos contasen como o estaban vivindo elas, porque todas sabemos que ser nai, ter unha familia é complicado á hora de facer unha folga e creo que iso tamén forma parte da loita, ao final o que pasa sempre que estás a mil e non ten tempo de nada, e non lograron fai a entrevista. Para iso está crónica miña, que non é o mesmo, pero tentarémolo máis adiante porque a “forza” destas mulleres non acaba aquí, porque seguirán loitando e eu estarei ao seu lado.

Porque este 8 de marzo sexa unha homenaxe a todas aquelas mulleres traballadoras que loitaron e loitan pola conquista dos seus dereitos.

Por ti, avoa que quedaches viúva de guerra e tiveches que criar a dúas fillas e un fillo a túa soa, traballando de sol a sol, facendo pan, repartindo periódicos, e que o Goberno do PSOE non recoñeceuche nunca unha pensión de viuvez.

A ti mama que sempre traballaches no campo, na residencia, nos colexios de limpadora para traer un salario a casa.

Eu sigo o voso legado como muller da clase obreira.