¡Es hora de hacer balance!          

La vida del gobierno PSOE-UP viene a coincidir con la de la pandemia, que la sexta ola demostró no ha terminado. Un gobierno que ha provocado desencanto en la clase obrera, desesperación en los sectores más precarizados, empobrecimiento y ruina de importantes sectores de la pequeña burguesía y un aumento de la desigualdad y la pobreza.

Antes de la pandemia, ya decíamos no tener confianza alguna en este gobierno de coalición, inédito desde la segunda República, que calificaron como histórico y «el más progresista de la historia».

Para nosotr@s era un gobierno burgués, porque bajo el capitalismo, cualquier gobierno llega a eso, al gobierno, pero no al poder. Y alertábamos que no habría ninguna conquista, sin movilización.

Aunque la irrupción de la pandemia le obligase a cambiar sus prioridades, esto no resta un ápice de su responsabilidad frente a ésta. Su actuación, como la del resto de gobiernos, no ha venido dictada por proteger la vida y atender las necesidades sociales más urgentes, sino por defender las ganancias de las multinacionales. Y aunque ahora diga que habrá recuperación económica gracias a los Fondos europeos, estos no están destinados a resolver las penalidades populares, porque sus principales beneficiarios son los magnates del Ibex 35.

Ha restringido derechos y libertades e intensificado la represión. En nombre de la salud pública,  prohibieron el derecho de huelga y manifestación y reprimieron la protesta social en los barrios obreros. Su protección al Emérito y a la Iglesia Católica o su papel en los indultos a l@s pres@s del «procés,  dan buena cuenta de su defensa cerrada de un régimen, heredero del franquismo.

En definitiva, ha demostrado ser un gobierno de la patria y el patrón y un servilismo extremo a la UE. Sus titubeos e incumplimientos, sólo han servido para el avance de la derecha y la extrema derecha. La vida ha demostrado que no es posible mejorar la vida de la gente, únicamente llegando a unas instituciones cuyas reglas del juego, están hechas para que nada cambie. A demostrar todo esto, es a lo que queremos dedicar estas páginas. 

¿Entonces, cuál es la salida?

El gobierno entra en el ecuador de su legislatura en medio de una larga lista de promesas incumplidas. No cabía engaño con el PSOE, que actúa como lo que hace tiempo es: un partido con lazos íntimos con el Ibex 35 y pilar del régimen, junto con el PP.

Unidas Podemos por su parte, después de reconducir el descontento social y las luchas al redil institucional y dar aliento a un PSOE moribundo, entró en el gobierno como su ala izquierda. Y si hasta la fecha justificaban sus continuas renuncias, en la «correlación de fuerzas», su papel en la Reforma Laboral, supone un salto cualitativo en su integración al régimen monárquico. 

Pero más allá de eso, es importante señalar que con este gobierno no nos espera, sino convertirnos en el «balneario» de Europa, con industrias cada vez más desmanteladas, salarios de miseria y la condena de una deuda creciente que el pueblo no ha generado. Como alternativa, sólo cabe un gobierno de la clase trabajadora que tenga como centro atender las necesidades sociales y preservar el medio ambiente. Pero para llegar a él, no hay atajos ni recetas mágicas. Construirlo exige empezar por romper toda confianza en este gobierno burgués “progresista”, defendiendo la independencia de la clase obrera.

Queremos dirigirnos a la juventud a la que este régimen y este sistema capitalista le impiden llevar a cabo cualquier proyecto de futuro. También al activismo y a quienes en su día votaron a Podemos y hoy están desencantad@s. Es el momento preciso de organizarse y unirse para luchar, ¡sí! Pero también para debatir, cuál es la salida al actual desastre social, ecológico y sanitario que estamos viviendo y si somos capaces de construir con paciencia pero con tesón, un agrupamiento de clase con un programa revolucionario y socialista, que sea referente para tod@s aquell@s que como nosotr@s, buscamos esa salida.