Este 25 de julio se da en una «crisis dentro de la crisis», la desatada por la pandemia, que pone de manifiesto el fin de la fase neoliberal del capitalismo que dominó todos estos años, generando una situación que se resume en dos palabras; «crisis» e «incertidumbre» por el futuro.

Incluso la burguesía europea no sabe cuál es el camino a tomar para salir de esta crisis, los llamados «frugales» europeos (holandeses, austriacos, suecos, …) apuestan por profundizar en el neoliberalismo a ultranza, pues viven de la especulación financiera para sostener sus sistemas económicos basados en las privatizaciones; en contra, los del sur, Italia, Estado Español o Francia apuestan por una versión social liberal del capitalismo: mantener un pequeño estado del bienestar pues a diferencia de los «frugales», tienen una gran población que sostener, y así evitar grandes conflictos sociales.

En este cuadro, Galicia, nación periférica en un estado, el español, con una crisis económica, política y social muy dura, donde los ataques a las condiciones de trabajo (más reformas laborales y de pensión) y sociales (privatizaciones) se van a combinar con una recentralización acelerada del estado, tiene poco que contar salvo que ponga la lucha obrera y social en el centro de su perspectiva.

Tras las elecciones tenemos una nueva mayoría absoluta en el parlamento del PP, no así en la sociedad donde 2 de cada 3 gallegos y gallegas no lo votaron. Pero se siente avalado por las elecciones, a pesar de perder 50.000 votos, para continuar su política de destrucción de los servicios públicos, de desindustrialización y de desgalleguización de la sociedad.

No habían pasado ni 48 horas y ya había cerrado una planta de Pediatría en el Alvaro Cunqueiro, de Alcoa ni se habla y deja la Mariña lucense sin urólogo, o la generalización de la atención sanitaria telefónica… Y no habían pasado ni 48 horas que los trabajadores y trabajadoras de Alcoa mantienen la lucha contra el cierre de la fábrica, junto con las vendidas a Alu Ibérica; que las movilizaciones en defensa de la sanidad se mantienen o que el sector educativo sale a la calle contra los protocolos para reabrir los centros de enseñanza en septiembre sin ningún refuerzo. Es decir, por mucho que hayan pasado las elecciones, el camino de la lucha en la calle se mantiene.

Con el acuerdo en la Unión Europea, suscrito por el gobierno central del PSOE-UP, donde entre los préstamos que hay que devolver de manera prioritaria por el artículo 135 de la constitución (pactado por el PPSOE), y las transferencias a fondo perdido, pero con condiciones de hacer más reformas, el PP seguirá la misma hoja de ruta de estos 11 años.

Esta es la Xunta que dejó morir a cientos de personas por la hepatitis C, que habían muerto personas por falta de atención médica (A Estrada), que fomentó la desindustrialización, que no va a parar con Alcoa o las térmicas, mientras Alemania y Marruecos las abren y venden lo que aquí dejará de producirse. Ya anuncian Gamesa y otras que van a ir tras ellos.

Además, en las condiciones actuales de pandemia mundial, estas políticas tienen un aspecto más criminoso si cabe: no fortalecer la sanidad pública directamente mata, no sólo en los posibles contagiados de corona virus, sino también de otras dolencias que no habían desaparecido. La gente sigue enfermando y el sistema sanitario semeja que solo sirve para enfrentar el Covid… para todo lo demás, derivaciones a la sanidad privada.

Claro está que Galicia no aguanta 4 años más del PP y Feijoo, y ahora toca echarlos por la vía de la movilización. No podemos fiar todo a unas futuras elecciones porque dentro de cuatro años puede no haber Galicia que defender: la tarea de echarlos sigue siendo tan actual como antes del 12J.

Los resultados electorales son versiones desvirtuadas de la realidad, sirven para ver la fotografía de un momento concreto, pero no para ver la realidad de la lucha de clases, no está escrito en ninguna parte que un gobierno no pueda ser forzado a dimitir antes de unas elecciones, no sería ni el primero ni el último. Para eso no llega con movilizaciones simbólicas, aisladas unas de otras cómo si no tuvieran nada que ver, con el único objetivo de desgastar el PP cara las elecciones del 2024.

Es importante tomar conciencia de que las cosas no cambiarán para mejor dentro de este régimen político, dentro de la estructura y de las reglas parlamentarias, donde su máxima institución, la Monarquía esta corrompida hasta la médula.

Este 25 de Julio no hay nada que celebrar ni es propiedad de nadie. Es más, no hay nada más insultante para el pueblo trabajador gallego en este 25 de Julio que la visita del rey. Mientras miles de puestos de trabajo están en juego Feijóo se va a pasear de la mano de la monarquía corrupta.

En Galicia queremos empleo, en Galicia queremos sanidad 100% pública, en Galicia queremos decidir sobre nuestros recursos, Galicia tiene derecho a decidir sus relaciones con el estado. Todo esto en el cuadro de lucha por unos procesos constituyentes a nivel estatal y nacional que rompan con el régimen monárquico del 78.

Desde Corriente Roja llamamos a las organizaciones sindicales, políticas y sociales que apostamos por la vía de la movilización frente los ataques que, tras los acuerdos de la UE, van a llevar adelante tanto el gobierno central como la Xunta, a agruparnos para impulsarla desde la base. Hay que empezar a levantar un plan de movilizaciones obreras y sociales hasta echar al PP y a Feijóo de la Xunta; un plan acordado en asambleas de centros de trabajo y estudio, barrios y villas.

Neste 25 de Xullo, mais ca nunca:

Galiza é o emprego e os servizos 100% publicos

Este 25 de Xullo producese nunha “crise dentro da crise”, a desatada pola pandemia, que pon de manifesto o fin da fase neoliberal do capitalismo que dominou todos estes anos, xerando umha situación que resumense en duas palabras; “crise” e “incerteza” polo futuro.

Mesmo a burguesia europea non sabe cal é o camiño a tomar para sair desta crise, os chamados “frugais” europeos (holandeses, austriacos, suecos, …) apostan por profundizar no neoliberalismo a ultranza, pois viven da especulación financeira para soster os seus sistemas economicos baseados nas privatizacións; en contra, os do sul, Italia, Estado Español ou Francia apostan por umha versión social liberal do capitalismo: manter un pequeno estado do benestar pois a diferenza dos “frugais”, eles teñen umha gran poboación que soster, e así evitar grandes conflitos sociais.

Neste cadro, Galiza, nazón periferica nun estado, o español, cumha crise economica, politica e social moi dura ,onde os ataques as condicións de traballo (mais reformas laborais e de pensión) e sociais (privatizacions) vanse combinar cumha recentralización acelerada do estado, ten pouco que contar salvo que poña a loita obreira e social no centro da sua perspectiva.

Tras as eleccións temos umha nova maioria absoluta no parlamento do PP, non así na sociedade onde 2 de cada 3 galegos e galegas non o votaron. Mas sintese avalado polas eleccións, a pesares de perder 50 mil votos, para continuar a sua politica de destrucción dos servizos publicos, de desindustrialización e de desgaleguización da sociedade.

Non pasaran nin 48 horas e xa pechara umha planta de Pediatria no Alvaro Cunqueiro, de Alcoa nin se fala e deixa a Mariña lucense sen urologo, ou a xeralización da atención sanitaria telefonica… E non pasaran nin 48 horas que os traballadores e traballadoras de Alcoa manteñen a loita contra o peche da fábrica, xunto coas vendidas a Aluiberica; que as mobilizacións en defensa da sanidade mantense ou que o sector educativo sae á rua contra os protocolos para reabrir os centros de ensino en setembro sen nengun reforzo. É dicer, por moito que pasaran as eleccions, o camiño da loita na rúa mantense.

Co acordo na Unión Europea, suscrito polo goberno central do PSOE UP, onde entre os prestamos que hai que devolver de maneira prioritaria polo artigo 135 da constitución (pactado polo PPSOE), e as transferencias a fondo perdido mas con condicions de facer mais reformas, o PP seguirá a mesma folla de ruta destos 11 anos.

Esta é a Xunta que deixou morrer a centos de persoas pola hepatite C, que morreran persoas por falta de atención medica (A Estrada), que fomentou a desindustrialización, que non vai parar con Alcoa ou as térmicas, mentras Alemaña e Marrocos abrennas e venden o que aquí deixase de producir. Xa anuncian Gamesa e outras que van ir tras eles.

Ademais, nas condicións actuais de pandemia mundial, estas politicas teñen un aspecto mais criminoso se colle: non fortalecer a sanidade publica directamente mata, non só nos posibles contaxiados de corona virus, mas tamen doutras doenzas que non desapareceran. A xente sigue enfermando e o sistema sanitario semella que so serve para enfrentar o Covid… para todo o demais, derivacións á sanidade Privada.

Está claro que Galiza non aguanta 4 anos mais do PP e Feijoo, e agora toca botarllos pola vía da mobilización. Non podemos fiar todo a unhas futuras eleccións porque dentro de catro anos pode non haber Galiza que defender: a tarefa de botarllos segue sendo tan actual como antes do 12X.

Os resultados electorais son versións desvirtuadas da realidade, serven para ver a fotografia dun momento concreto, mas non para ver a realidade da loita de clases, non está escrito en ningures que un goberno non poda ser forzado a dimitir antes dunhas eleccións, non sería nin o primeiro nin o ultimo. Mas para iso non abondan mobilizacións simbolicas, illadas dumhas doutras como se non tiveran nada que ver, co unico obxectivo de desgastar o PP cara as eleccións do 2024.

É importante termos conciencia de que as cousas non cambiarán para mellor dentro deste rexime político, dentro da estrutura e das regras parlamentarias, onde a sua maxima institución, a Monarquía ésta corrompida ate a medula.

Este 25 de Xullo non ha nada que celebrar nin é propiedade de ninguén. Alen do mais, non ha nada mais insultante que este 25 de xullo a visita do rei para o pobo traballador galego. Namentras millerios de postos de traballo están en xogo Feijóo vai se pasear da man da monarquía corrupta.

En Galiza queremos emprego, en Galiza queremos sanidade 100% publica, en Galiza queremos decidir sobre nosos recursos, Galiza ten dereito a decidir as súas relacións co estado. Todo elo no cadro de loita por uns proceso consitutintes a nivel estatal e nacional que rompa co réximen monarquíco do 78.

Desde Corrente Vermella chamamos ás organizacións sindicais, politicas e sociais que acreditamos na via da mobilización frente os ataques que tras os acordos da UE, van levar adiante tanto goberno central como a Xunta, a agruparnos para impulsa-la desde a base. Ha comezar comezar a levantar un plan de mobilizacións obreiras e sociais ate botar ao PP e a Feijoo da Xunta; un plan acordado en asambleas de centros de traballo e estudo, barrios e vilas.