Entrevistamos a Pastori Filigrana (SAT) y a Juan (Co.bas), miembros de la plataforma “La Lucha Está en la Calle”, que agrupa en Sevilla a los sindicatos CGT, CNT, SAT y Co.Bas.

 

Página Roja: ¡Hola compañer@s! ¿Podéis explicar el recorrido y qué es actualmente la plataforma “La Lucha Está en la Calle”?

Pastori: La plataforma “La Lucha Está en la Calle” nace en el año 2011, tras el 15M. Aunque la impulsaron los sindicatos, se sumaron también otro tipo de colectivos. Originalmente, se hizo para pedir e impulsar la Huelga General, algo que se materializó al año siguiente con dos convocatorias. El ambiente que había en aquella época era muy “caliente”.

Desde entonces, durante los siguientes 10 años, la plataforma siguió viva principalmente alrededor de la organización del Primero de Mayo, activándose año tras año para impulsar la manifestación. En ese proceso, los grupos políticos que había al principio fueron saliendo, quedando como una plataforma puramente sindical. Creo que la plataforma es algo muy pionero y un proyecto muy bonito, ya que consiguió que todo el sindicalismo alternativo a CCOO y UGT se unificara en una sola movilización.

En los dos últimos años, hemos conseguido además que haya acción sindical conjunta. Creo que se ha hecho evidente que se necesitaba ese mayor apoyo intersindical. En otras ciudades como Cádiz o Córdoba, ha habido procesos parecidos.

Juan: Creo que este último punto que señala Pastori es importante. Desde hace un tiempo a esta parte, las cuatro organizaciones sindicales que conformamos la Plataforma analizamos que, debido a la situación, necesitábamos estrechar lazos en la acción durante el resto del año, más allá de la manifestación conjunta del Primero de Mayo. La pandemia, y las políticas que se han aplicado durante ella, han causado una situación de verdadera emergencia social. Durante el último año ha habido muchísimos ERTEs, pero también despidos, EREs… en general, una situación de cada vez mayor precariedad, y en algunos casos, de pobreza.

Frente a todo ello era una necesidad urgente aunar esfuerzos y construir una alternativa de acción lo más fuerte posible. Evidentemente, cada sindicato mantiene su actividad autónoma y su identidad; pero a la vez, hemos llegado a colaborar de manera bastante estrecha. Hemos apoyado de manera conjunta huelgas como las de Alestis o Aernova, hemos realizado actos como el pasado Primero de Mayo o recientemente en el 8 de marzo, hemos realizado protestas por los despidos, por las subidas de la luz, o hemos ido de manera conjunta al 28F (Día oficial de Andalucía).

PR: ¿Cuál pensáis que es la importancia de la plataforma?

Juan: Para mí los dos aspectos más importantes son la amplitud de la plataforma y su propuesta de lucha. Sobre lo primero, a pesar de nuestra humildad (estamos muy lejos de tener la capacidad de respuesta que se necesitaría), reagrupamos a buena parte del sindicalismo combativo de la ciudad de Sevilla. Además, mantenemos una colaboración fluida más allá del sindicalismo, con plataformas vecinales como “Barrios Hartos” o con el Sindicato de Estudiantes. Creo que conformamos en esa suma una referencia pequeña, pero importante, y desde la clase trabajadora.

Además, esa referencia es amplia, pero tenemos algunos acuerdos sólidos que para mí son definitorios. Especialmente, hacemos realidad el lema de “gobierne quien gobierne, los derechos se defienden”. Desde la llegada al gobierno de la coalición PSOE-Unidas Podemos, hemos visto en algunos casos como organizaciones o movimientos sociales moderaban su actuación. No es nuestro caso. Nuestras reivindicaciones son las que son, y gobierne quien gobierne, mientras no se cumplan, seguimos luchando igual. Sólo confiamos en la auto-organización de la clase trabajadora para lograr conquistas.

PR: ¿Cómo veis el futuro de la Plataforma?

Juan: Personalmente, veo dos retos principalmente. El primero en casa, en Sevilla. Espero que la plataforma pueda desarrollarse; es decir, ser capaz de intervenir en más conflictos y luchas, o tener más iniciativas comunes. Desafortunadamente, creo que el futuro cercano nos deparará numerosos ataques a la clase trabajadora, y eso nos pondrá a prueba. Si queremos ser una alternativa real, tendremos que ser capaces de dar respuesta en forma de organización obrera y lucha de clases.
Por otra parte, creo que es necesario que este tipo de experiencias de confluencias y unidad de acción puedan llegar a coordinarse a un mayor nivel, más allá de una única ciudad. La patronal y los gobiernos están perfectamente organizados en todo el Estado (e incluso internacionalmente). Nosotros y nosotras debemos ser capaces de hacer lo mismo.