Cuando en Galiza el PSOE gobernó con el BNG en la Xunta Bipartita, constantemente se escucharon justificaciones de por qué no se iba más allá en las políticas de la Xunta que tenían un eje: el problema es que no somos mayoría y gobernamos con el PSOE.

El BNG intentó aparecer como algo diferente al PSOE en la Xunta, como si fueran «dos gobiernos». Pero no fue así como lo percibieron 120.000 gallegos y gallegas, que a las siguientes elecciones se abstuvieron, llevando al BNG casi a la desaparición, y se abrieron las puertas al dominio del PP desde hace ya 12 largos años.

La percepción que tuvieron se basó en un hecho, un gobierno es solidario en sus decisiones. En una coalición no hay dos gobiernos, sino dos partidos en un solo gobierno, y sus decisiones son colectivas, por lo que la percepción de los 120.000 gallegos y gallegas se basaba en una realidad, sus aspiraciones habían sido traicionadas por la Xunta Bipartita que fue incapaz, incluso, de exigir responsabilidades  del atentado del Prestige; tan incapaz fue, que el «sr de los hilillos»/ Rajoy fue presidente del gobierno.

Pues bien, esta idea de «dos gobiernos» es la que nos están vendiendo desde el entorno de UP para justificar su no cumplimiento de las promesas que hicieron antes de entrar en el gobierno, desde la nacionalización de Alcoa -Yolanda Díaz se lo dijo en la puerta de la fábrica- hasta el control de las casas de apuestas.

Ahora, con la tarifa eléctrica de marras, la que va a obligar a vivir de noche y dormir de día para ahorrar, vuelven a la carga. IU dice que está en desacuerdo con la medida -una medida que no es marginal-, cuando su Coordinador General es ministro del gobierno que la aprobó, y además ministro de consumo.

O bien IU no sabe lo que va a hacer su dirigente, o si lo sabía, está engañando a la gente.

Y no sirve de nada el argumento del BNG, de que la culpa la tiene el PSOE. Un gobierno es solidario de sus decisiones (cosa que se remarca en el acuerdo de la coalición); y ser solidario es hacerse responsable de ellas.

Por ello, IU, como PODEMOS, son corresponsables de las decisiones que adopta este gobierno, salvo que hagan lo que Pablo Iglesias, dimitir. ¿Acaso fue este el motivo de la dimisión de Iglesias?, puesto que medidas como esta no se improvisan.

Frente a estas políticas que favorecen a los mismos a los que favorecerían desde el PP, las eléctricas y la CEOE, solo cabe la movilización social en la calle que las frene. El saqueo de las nóminas de los trabajadores y las trabajadoras merece una respuesta contundente desde sus organizaciones sindicales, vecinales y sociales por la nacionalización bajo control de los trabajadores y trabajadoras, y las organizaciones de consumidores, vecinales, etc., de la industria eléctrica.

De nada sirve una «empresa pública», como proponen todos los sectores de la izquierda, que solo sería la entrada de un nuevo actor en lo que es un sector dominado por un oligopolio de grandes empresas españolas y extranjeras.

Solo acabando con la propiedad privada de la industria de la energía, poniéndola al servicio de las necesidades sociales se podrán encarar con rigor la especulación de ese oligopolio.