Este 8 de Marzo, el movimiento feminista ha convocado Huelga feminista para «visibilizar» la desigualdad y opresión que sufrimos las mujeres y que «sin nosotras se para el mundo».

Varios sindicatos, entre ellos Cobas, han legalizado la huelga y paros parciales de dos horas, en el caso de CCOO y UGT. Pero la dirección del movimiento feminista deja claro: a la Huelga llaman SOLO a las mujeres. No quieren una Huelga general. Llaman a los hombres a apoyar, haciendo las tareas domésticas o cuidando de los menores, yendo a trabajar para cubrir los servicios mínimos o a que cojan  apuntes en clase como forma de solidarizarse.

La pregunta es inevitable: ¿No sería mejor si todos y todas salimos a la huelga y a  la calle a exigir los derechos de las mujeres? ¿No se visibilizaría mucho más si las mujeres impulsamos y protagonizamos ese día  una huelga que paralice el país entero?

Estamos de acuerdo en que somos las mujeres trabajadoras quienes asumimos la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidados, por el machismo social existente. Hay que exigir la socialización de las tareas domesticas y en tanto esas medidas se aplican, exigir a los hombres el reparto igualitario de estas, lo que es una batalla diaria.

La convocatoria de la huelga general brindaría una ocasión «de oro», para salir a exigir a las empresas, al gobierno y al Estado, medidas concretas como: aumento de gasto social para centros de día, residencias o servicios de ayuda a domicilio y que no se sigan privatizando, revirtiendo a manos públicas lo que ya lo está. O por comedores y guarderías en las empresas. Porque son las familias trabajadoras quienes más lo sufrimos y las mujeres dentro de ellas.

Pero más allá de una serie de denuncias «contra el patriarcado» y de exigencias ambiguas, el manifiesto que aparece en «hacia la huelga feminista.org» no tiene programa, ni reivindicaciones concretas. Es pura ideología.

 

Necesitamos unir a la clase y no a las mujeres, por encima de las clases 

Esta política en torno al género, está atravesada por la misma lógica: unir a las mujeres por encima de las clases sociales. Y por eso llaman a TODAS las mujeres «desde la interseccionalidad».

Y en ese camino y en pos de la unidad, se diluye cualquier exigencia concreta a los gobiernos, la patronal o a las instituciones, de las que algunas mujeres forman parte y que son quienes mantienen y legitiman ese sistema que critican.

Terminan dividiendo a la clase trabajadora y al movimiento estudiantil, igual que lo hace el machismo que combatimos y confundiendo a miles de trabajadoras, sobre quiénes son sus verdaderos aliados. Que no son las pequeñas o medianas empresarias, ni las ministras de este gobierno, ni banqueras como Ana Botín,  representante del capitalismo financiero español y que se benefician de nuestra explotación. Sus aliados son los hombres de su clase, a los que por supuesto   tenemos que confrontar y embretar juntas y diariamente, para que renuncien a sus privilegios por el hecho de serlo.

Nosotras no pensamos que la lucha contra el capitalismo machista (o patriarcal), que es también racista, homófobo u opresor de las nacionalidades, pase por la unión de los oprimidos, por encima de las clases sociales. Sino que pasa por la unidad de la clase trabajadora, combatiendo permanentemente en ella todas las opresiones

Nos reclamamos de la clase trabajadora. No concebimos una huelga donde se llama a la mitad de la clase obrera (mujeres) a realizarla y a la otra mitad (hombres) a hacer de esquiroles. Damos la pelea para que se recojan nuestras reivindicaciones laborales en los convenios colectivos de empresa. Y  para que nuestras demandas y reivindicaciones sean parte del programa y de la lucha cotidiana de las organizaciones de clase. Y por eso sentimos un gran orgullo de que sindicatos como COBAS, llame a todas sus afiliadas y afiliados a salir a la calle,  a parar y a construir la huelga este 8 de Marzo.