Un verano más nuestro monte arde por todo el territorio estatal. En el momento en el que escribimos esta publicación, ya son más de 200.000 las hectáreas arrasadas por el fuego, con grandes incendios en Castilla y León, Andalucía, Aragón, Cataluña, Canarias o Galicia. 2022 es ya el peor año en casi tres décadas.

Los incendios en la Sierra de Culebra (Zamora), lugar de enorme valor ecológico, que ha ardido dos veces en un mes, se lleva dos víctimas mortales (un bombero forestal entre ellos), 6.000 personas desalojadas y más de 60.000 hectáreas calcinadas en total. Esta situación no es exclusiva del Estado español. Todo el sur de Europa arde en llamas, mientras el continente sufre temperaturas extremas nunca antes vistas.

A pesar de que los incendios forestales están agravándose, espoleados por el cambio climático y la despoblación rural, la inacción gubernamental es preocupante. El gobierno central tiene paralizadas desde hace años la Ley de coordinación frente a incendios y el Estatuto del Bombero Forestal, a pesar de que eran parte de sus compromisos de coalición. La inevitable indignación de las poblaciones afectadas, con los equipos de extinción a la cabeza, ha arrancado al gobierno central la promesa de aprobarlas próximamente.

Aún está por ver si finalmente, ahora sí, cumplen esta nueva promesa, y el contenido del que finalmente doten a dichas normativas. En cualquier caso, los bomberos forestales, buscando el apoyo del resto de trabajador@s, tendrán que seguir librando una dura lucha por sus derechos laborales y el refuerzo de los servicios de prevención y extinción de incendios, ya que como estamos comprobando que ni el gobierno “más progresista de la historia”, ni la derecha gobernante en algunas de las CCAA afectadas (como la de Castilla y León o Galicia) tienen entre sus prioridades la inversión en recursos para un servicio de prevención y extinción de calidad. Sirva como ejemplo que en Castilla y León, la CCAA más afectada, 2/3 de los bomberos trabajan solo en temporada de verano y un 90% del total son subcontratados.

El calentamiento global que ya es un hecho, es un factor de primer orden, no tanto para que ocurran más incendios, sino para que estos sean más agresivos. Pero no es el único factor. El abandono del medio rural también lo es, lo que hace imprescindible llevar a cabo labores preventivas todo el año. Por eso, entre las medidas a tomar para luchar contra la destrucción medioambiental, se encuentra el justo combate contra la precariedad laboral que los bomberos forestales están llevando a cabo. ¡Necesitamos solidaridad obrera para proteger nuestros bosques!

¡No a la privatización de los servicios de prevención y extinción!

¡Ni un bombero forestal subcontratado!

¡Dispositivos al 100% durante todo el año!

¡Aprobación del Estatuto del Bombero Forestal YA!

¡Por una transformación económica anticapitalista radical, que ponga los recursos económicos del IBEX35, la Banca y las grandes fortunas al servicio de la sostenibilidad y la justicia social!