Ya van dos trabajadores muertos en Madrid en dos días por culpa de la ola de calor. ¿Por culpa de la ola de calor? No, por culpa de sus empresas que no tomaron medidas frente a ésta. No podemos culpar al cambio climático del empeoramiento de las condiciones de trabajo: si cambia el clima y seguimos haciendo como si nada, ¿de quién es la culpa?

El primer trabajador era un operario municipal de limpieza que murió limpiando en el distrito de Vallecas, y el Ayuntamiento de Madrid poco ha tardado en lavarse las manos. En palabras de Almeida “no era un trabajador municipal, era un trabajador de una empresa contratada por el Ayuntamiento.” ¡Dejen de externalizar trabajos para deshacerse de la culpa, exigimos que asuman responsabilidades!

Tampoco el Ministerio de Trabajo ha querido asumir su parte. El departamento que dirige Yolanda Díaz envió una Inspección de Trabajo advirtiendo de que la empresa tenía que tomar medidas ante las altas temperaturas. Y nosotros nos preguntamos: ¿y ya está? ¿A eso es a lo que se dedica el Ministerio de Trabajo, a advertir? Hay que tomar medidas contundentes contra aquellas empresas que no velan por la seguridad de sus trabajadores y trabajadoras, no vale con advertir y actuar después de la desgracia. En palabras de la ministra, la empresa debe “velar por las condiciones de trabajo en condiciones que están siendo muy gravosas por la ola de calor” pero matizó que “parece que las condiciones no han sido las mejores”. Resulta que estar en el gobierno y dirigir el Ministerio de Trabajo no es suficiente para imponer a las empresas cumplir con sus obligaciones. Cabe destacar también que este trágico suceso se da después del mandato de Carmena en el Ayuntamiento de Madrid (2015-2019), en el que se prometió remunicipalizar los servicios públicos y se quedó en eso: una lista de promesas, o de sugerencias, como lo llamó la formación Ahora Madrid. Nos parece importante destacar esto para poner sobre la mesa que no vale con buenas intenciones y «cambio» de boquilla: las subcontratas, la temporalidad y la precariedad matan.

El segundo trabajador murió en una nave de Móstoles, en una empresa de reparación y revisión de vehículos. Según fuentes sindicales, la nave llegó a alcanzar los 46º. Corriente Roja queremos mostrar nuestro más sentido pésame a las familias y amigos/as de los fallecidos, pues se trata de dos muertes injustas, con culpables y que podrían haber sido evitadas. No podemos más que compartir nuestra rabia e indignación.

Estamos viviendo ya las consecuencias de la emergencia climática. Estos hechos no pueden desligarse de la pésima gestión de todos los gobiernos frente al cambio climático. Muchas cumbres, mucha palabrería, mucho compromiso, pero somos la clase obrera quienes estamos pagando las consecuencias, incluso con nuestras vidas.

No podemos tolerar trabajar en estas condiciones. Necesitamos un plan de actuación frente a las altas temperaturas que garantice nuestra seguridad en el trabajo, incluso parar la producción y la jornada laboral si es necesario, sin reducción ni descuento salarial.

Necesitamos también refuerzo en el personal de extinción de incendios, como vienen reivindicando desde hace meses los bomberos forestales: bomberos todo el año, no solo en época de incendios y un estatuto propio. Nos estaríamos ahorrando muchos incendios y compañeros perdidos si se reforzase el servicio de prevención durante todo el año, como es el caso del bombero forestal que murió durante el incendio en Losacio, Zamora.

Los expertos estiman que esta ola de calor se ha llevado 510 personas en poco más de una semana. Es más urgente que nunca un plan de emergencia contra el cambio climático y sus consecuencias, que responda a las necesidades de la clase trabajadora y el pueblo, y no al beneficio de las empresas y gobiernos capitalistas.