Corriente Roja / Corrente Vermella estará, como estuvo hasta ahora, con los trabajadores / as de Alcoa, y de todas las empresas que luchan contra la crisis capitalista, en la búsqueda de la unidad de todas ellas para frenar definitivamente sus consecuencias. Ser “radical” es ir a la raíz de las cosas, y esto significa ir a la “raíz” del capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción, distribución y financieros y el mercado como criterio de futuro.

«Capítulo final de él culebrón de Alcoa, Parter compra la metalúrgica», dicen en un titular La Voz de Galicia. El «culebrón» al que se refiere La Voz era la amenaza sobre los 650 trabajadores de Alcoa, más de 350 en la Coruña, que de no luchar, hoy verían sus puertas cerradas, con el silencio absoluto de La Voz y su amo, la Xunta del PP, que para eso es quien le pagada.

Si los trabajadores / as de Alcoa no hubieran luchado, el cierre sería un hecho desde octubre pasado, cuando la empresa presentó el plan de indemnizaciones por desnudo. Fue la respuesta de los trabajadores y trabajadoras en la calle la que consiguió, primero una prorroga en enero, que remataba en junio, y después un mes más, hasta que Alcoa decidió venderla a Parter.

Fueron los trabajadores y trabajadoras, con su lucha, los que consiguieron este aplazamiento. Por La Voz, como por la Xunta o el gobierno central (salvar la empresa nacionalizándola era «comunismo», decía la ministra: ¡viva el comunismo!), Alcoa hoy estaría cerrada, y los trabajadores / as o en el desempleo o en la emigración…. Para que después vengan y hagan supuestas políticas contra la caída demográfica: la primera piedra de una política contra el envejecimiento es que las personas jóvenes tengan trabajo en la tierra y no en Madrid o Londres.

¿Es el fin del camino a venta la otra empresa?

Pues va a ser que no. A los ejemplos nos remitimos: ahora las auxiliares de R están amenazadas por la deslocalización y el despido (nuevamente los trabajadores / as gallegas, frente a disyuntiva de “el desempleo o emigración”, con la Xunta mirando para otro lado), porque la empresa fue comprada por Eukaltel y esta a su vez por un fondo de inversiones, que no ve rentable R.

Va a ser que no porque Ferroatlántica pende de un hilo, también vendida por el sr Villar Mir a otro fondo de inversión. Barreras en Vigo amenazada porque la Xunta del PP permitió su venta supuestamente fraudulentamente a Pemex, la empresa de petróleos de Mexico (estatal, por cierto).

Hay que ser categóricos, mientras el futuro de una empresa venga determinado por la rentabilidad en el mercado y no las necesidades sociales, nunca habrá fin para el “culebrón”. Mientras sea la rentabilidad capitalista de los empresarios, de los bancos o los fondos especuladores de inversión, el criterio para mantener los puestos de trabajo, toda conquista es temporal; durará el tiempo que las cuentas de resultados les den beneficios. En el momento que esto no sea así, cerrarán y punto.

Parter se compromete por dos años a mantener el empleo, en esto es honesta, no engaña a nadie; le dicen a los gobiernos, la Xunta y sobre todo el Central, tenéis dos años para resolver el problema de la electricidad, sino me voy con la música a otra parte, y os dejo con 650 despedidos más. Las eléctricas, oligopolio que manda en el gobierno español como ninguno, no tienen pinta de ir a dejar de ganar lo que vienen ganando hasta ahora gracias a los gobiernos del PPSOE; que para eso le dan “trabajo” a sus ex presidentes, ex ministros y demás.

Y esto se agrava porque sucede en una nación como Galicia, periférica en el Estado Español y en la Unión Europea, que por mor de la división del trabajo impuesta por la fuerza y los cañones (la última la victoria franquista en la Guerra Civil) está condenada de por vida a la emigración y la exportación de materias primas; con una clase dirigente y una Xunta cuyo objetivo en la vida es administrar este papel y nada más.

Sin lucha ni nacionalización, puede ser la “crónica de un desastre anunciado”

Pero no se puede quedar en una simple nacionalización de las empresas que sanee, para devolvérselas a la propiedad privada como sucede casi siempre; sino una nacionalización bajo control de los trabajadores y trabajadoras, en el camino de la planificación democrática de la economía, basada en planes industriales acorde con las necesidades sociales y que sea sostenible respecto a su relación con la naturaleza.

Esta es la única garantía de mantener todos los puestos de trabajo y rematar, ahora sí, con los “culebrones” que amenazan no solo Alcoa, sino R, y todas las demás, dentro y fuera de Galicia, en una reconversión industrial y económica de fondo calado, y que pagarán como siempre, los trabajadores y trabajadoras.

Porque el “culebrón” se llama economía capitalista, y mientras haya capitalismo, habrá culebrones, en Galicia, en Asturias, en Barcelona o Madrid, en Francia, en Gran Bretaña, en los EE UU y en la China. Son los beneficios capitalistas los que determinan la existencia de estos “culebrones”, y solo acabando con ellos, podremos darlos por rematados.

Frente a esta realidad no son suficientes las salidas defendidas por las cúpulas sindicales de remitir a la simple negociación con un capitalismo en guerra contra los derechos laborales, sociales y políticos de la clase trabajadora, como se pone de manifiesto día a día en todo el mundo: inestabilidad social, precariedad, saqueo de servicios públicos y riquezas, políticas criminales contra los que huyen de la miseria y de la guerra, los refugiados: la lógica es a misma, los beneficios de empresarios y bancos.

Las amenazas sobre Alcoa son parte de esta guerra social a la que las cúpulas sindicales y políticas están respondiendo con los métodos de épocas de “paz social”, y no van más allá de salidas que no son tales, si no “prorrogas” en un ataque permanente, y afrontan los planes como si cada conflicto fuera algo aislado de los demás.

Es la crisis capitalista la que une todos los conflictos, desde las reconversiones de la industria hasta las privatizaciones masivas de servicios públicos o el saqueo de riquezas naturales (megamineria), porque es una “refundación” del capitalismo, del que los gobiernos, desde la Xuntahasta la Unión Europea, pasando por el Central, son sus gestores.

Los trabajadores y trabajadoras de Alcoa tienen el reto por delante de prepararse para el nuevo asalto, dentro de dos años, aprendiendo de lo hecho hasta ahora y conquistaron. Acabar con el “culebrón” no es esperar un Estatuto de Energía que imponga a otras multinacionales, las “eléctricas” que son tan empresas multinacionales como la “industria electro intensiva” unos precios que les den pérdidas.

Los trabajadores y trabajadoras no pueden ser la “mano de obra” de su patronal para enfrentarse la otra patronal, su futuro no está en confiar en aquellos que solo tienen como criterio los beneficios empresariales; e irán allí donde los tengan mejores.

Su futuro esta por construir una alternativa independiente de unos y de otros, de sus empresarios y de los empresarios que especulan con la energía, levantando propuestas PROPIAS: sintetizada en una idea, NACIONALIZACIÓN, pero bajo CONTROL OBRERO. Nacionalización de la industria en crisis, y nacionalización de las empresas eléctricas dueñas de un bien básico, la electricidad, con el que especulan y saquean los bolsillos de los trabajadores / as como consumidores individuales.

Para conseguir este objetivo es preciso superar los estrechos marcos de las empresas, aisladas hasta ahora una de otra, y ver que la perspectiva es la de enfrentar juntos lo que es una política contra todos y todas, la nueva reconversión económica e industrial, que está llevándonos de vuelta, en las condiciones de trabajo y vida, al siglo XIX; jornadas de 10 y 12 horas, salarios de miseria, precariedad inestabilidad en el empleo, desmantelamiento de los servicios públicos, etc.

El “culebrón” de Alcoa, como el de toda la clase trabajadora y el pueblo en general, solo puede tener un fin real, cuando se acabe con el sistema que genera una profunda inestabilidad social e individual, robando el futuro de las personas, y conquistando otra sociedad, el socialismo.

La inmensa mayoría de las organizaciones sindicales y políticas, al perder esta perspectiva de transformación social, se incapacitan para serprotagonistas del fin del “culebrón”, pues admiten cómo buena la lógica expresadas en el titular de La Voz de Galicia: con el cambio de propietario, de Alcoa a Parter, los trabajadores / as pueden respirar tranquilos. Mentira!, para preparar las nuevas luchas que de verdad, acaben con el “culebrón”, hay que dar un salto en la organización de la respuesta política y sindical, superando las organizaciones que quedan atadas a la época de la “paz social”.

Corrente Vermella estará, como estivo ate o de agora, cos traballadores / as de Alcoa, e de todas as empresas que loitan contra a crise capitalista, na procura da unidade de todas elas cara a frear definitivamente as suas consecuencias. Ser “radical” é ir á raiz das cousas, e isto significa ir á “raiz” do capitalismo, a propriedade privada dos medios de producion, distribución e financeiros e o mercado como criterio de futuro.

«Capitulo final del culebrón de Alcoa, Parter compra la metalúrgica», din nun titular La Voz de Galicia. O «culebrón» ao que refírese La Voz era a ameaza sobre os 650 traballadores de Alcoa, mais de 350 na Coruña, que de non loitar, hoxe verían as suas portas pechadas, co silencio absoluto de La Voz e o seu amo, a Xunta do PP, que para iso é quen lle paga.

Se os traballadores / as de Alcoa non tiveran loitado, o peche sería un feito desde outubro pasado, cando a empresa presentou o plan de indemnizacións por despido. Foi a resposta dos traballadores e traballadoras na rúa a que conseguiu, primeiro umha prorroga en xaneiro, que remataba en Xuño, e despois un mes mais, ate onte, no que Alcoa decidiu vender a Parter.

Foron os traballadores e traballadoras, coa sua loita, os que conseguiron este aprazamento. Pola Voz, como pola Xunta ou o goberno central (salvar a empresa nacionalizándoa era «comunismo», dicia a ministra: viva o comunismo!), Alcoa hoxe estaría pechada, e os traballadores / as ou no desemprego ou na emigración…. Para que despois veñan e fagan supostas políticas contra a queda demográfica: a primeira pedra dunha política contra o envellecemento é que as persoas xovenes teñan traballo na terra e non en Madrid ou Londres.

é o fin do camiño a venda a outra empresa?

Pois vai ser que non. Aos exemplos remitímonos: agora as auxiliares de R están ameazadas pola deslocalización e o despedimento (novamente os traballadores / as galegas, fronte a disxuntiva de “ou desemprego ou emigración”, coa Xunta mirando para outro lado), porque a empresa foi mercada por Eukaltel e este a sua vez por un fondo de inversións, que non ve rendible R.

Vai ser que non porque Ferroatlántica pende dun fío, tamén vendida polo sr Villar Mir a outro fondo de inversión. Barreras en Vigo ameazada porque a Xunta do PP permitiu a sua venda supostamente fraudulentamente a Pemex, a empresa de petróleos de Mexico (estatal, por certo).

Hai que ser categóricos, mentres o futuro dumha empresa veña determinado pola rendibilidade no mercado e non as necesidades sociais, nunca haberá fin para o “culebrón”. Mentres sexa a rendibilidade capitalista dos empresarios, dos bancos ou os fondos especuladores de inversión, o criterio para manter os postos de traballo, toda conquista é temporal; durará o tempo que as contas de resultados lles dean beneficios. No momento que isto non sexa así, pecharan e punto.

Parter comprometese por dous anos a manter o emprego, nisto é honesta, non engana a ninguén; dinlle aos gobernos, a Xunta e sobre todo o Central, tedes dous anos para resolver o problema da electricidade, senón voume coa musica a outra parte, e vos deixo con 650 desempregado máis. As eléctricas, oligopolio que manda no goberno español como ningún, non teñen pinta de ir deixar de gañar o que veñen gañando ate o de agora gracias os gobernos do PPSOE; que para iso danlle “traballo” os seus ex presidentes, ex ministros e demais.

E isto agravase porque acontece numha nazón como Galiza, periférica no Estado Español e na Unión Europea, que por mor da división do traballo imposta pola forza e os canons (a ultima a vitoria franquista na Guerra Civil) está condenada de por vida á emigración e a exportación de materias primas; cumha clase dirixente e umha Xunta cuxo obxectivo na vida é administrar este papel e nada mais.

Sen loita nin nacionalización, pode ser a “crónica dun desastre anunciado”

Mas non se pode quedar nunha simple nacionalización das empresas que sanee, para devolverllas á propiedade privada como acontece case sempre; senón umha nacionalización baixo control dos traballadores e traballadoras, no camiño da planificación democrática da economía, baseada en plans industriais acorde coas necesidades sociais e que sexa sustentable respecto á súa relación coa natureza.

Esta é a única garantía de manter todos os postos de traballo e rematar, agora si, cos “culebrons” que ameazan non so Alcoa, senon R, e todas as demais, dentro e fora da Galiza, numha reconversión industrial e económica de fondo calado, e que pagarán como sempre, os traballadores e traballadoras.

Porque o “culebrón” chamase economía capitalista, e mentres haxa capitalismo, haberá culebróns, en Galiza, en Asturias, en Barcelona ou Madrid, en Franza, en Gran Bretaña, nos EE UU e na China. Son os beneficios capitalistas os que determinan a existencia destos “culebrons”, e so acabando con eles, poderemos darllos por rematados.

Frente a esta realidade non abondan as saídas defendidas polas cúpulas sindicais de remitir á simple negociación cun capitalismo en guerra contra os direitos laborais, sociais e políticos da clase traballadora, como se pon de manifesto dia a dia en todo o mundo: inestabilidade social, precariedade, saqueo de servizos publicos e riquezas, políticas criminais contra os que fuxen das miseria e da guerra, os refuxiados: a lóxica é a mesma, os beneficios de empresarios e bancos.

As ameazas sobre Alcoa son parte desta guerra social á que as cúpulas sindicais e políticas están respondendo cos métodos de épocas de “paz social”, e non van mais alo de saídas que non son tais, senón “prorrogas” nun ataque permanente, e afrontan os planes como se como se cada conflito fose algo illado dos demais.

É a crise capitalista a que une todos os conflitos, desde as reconversións da industria ate as privatizacións masivas de servizos públicos ou o saqueo de riquezas naturais (megamineria), porque é umha “refundación” do capitalismo, do que os gobernos, desde a Xunta ate a Unión Europea, pasando polo Central, son os seus xestores.

Os traballadores e traballadoras de Alcoa teñen o reto por diante de se preparar para o novo asalto, dentro de dous anos, aprendendo do que ate o de agora fixeron e conquistaron. Rematar co “culebrón” non é esperar un Estatuto de Enerxía que impoña a outras multinacionais, as “eléctricas” que son tan empresas multinacionais como a “industria electro intensiva” uns prezos que lles dean perdas.

Os traballadores e traballadoras non poden ser a “man de obra” da sua patronal para enfrontarse a outra patronal, o seu futuro non está en confiar naqueles que só teñen como criterio os beneficios empresariais; e irán alí onde os teñan mellores.

O seu futuro esta por construir umha alternativa independente duns e doutros, dos seus empresarios e dos empresarios que especulan coa enerxía, levantando propostas PROPRIAS: sintetizada numha idea, NACIONALIZACIÓN, mas BAIXO CONTROL OBREIRO. Nacionalización da industria en crise, e nacionalización das empresas electricas donas dun ben básico, a electricidade, co que especulan e saquean os petos dos traballadores / as como consumidores individuais.

Mas para acadar este obxectivo é preciso superar os estreitos marcos das empresas, illadas ate o de agora umha doutra, e ver que a perspectiva é a de enfrentar xuntos o que é unha política contra todos e todas, a nova reconversión económica e industrial, que está levándonos de volta, nas condicións de traballo e vida, ao século XIX; xornadas de 10 e 12 horas, salarios de miseria, precariedade inestabilidade no emprego, desmantelamento dos servizos públicos, etc.

O “culebron” de Alcoa, como o de toda a clase traballadora e o pobo en xeral, só pode ter un fin real, cando se acabe co sistema que xera umha profunda inestabilidade social e individual, roubando o futuro das persoas, e conquerindo unha outra sociedade, o socialismo.

A inmensa maioría das organizacións sindicais e políticas, ao perder esta perspectiva de transformación social, incapacítanse para ser o protagonistas do fin do “culebron”, pois admiten como boa a lóxica expresadas no titular de La Voz de Galicia: co cambio de propietario, de Alcoa a Parter, os traballadores / as poden respirar tranquilos. Mentira!, para preparar as novas loitas que de verdade, rematen co “culebrón”, hai que dar un salto na organización da resposta política e sindical, superando as organizacións que fican atadas á época da “paz social”.