La corrupción está en el ADN de este Régimen y del propio capitalismo como mecanismo de acumulación. Dan buena cuenta de ello los numerosos casos que han pasado a formar parte del paisaje político nacional, y los que cada día van saltando a la palestra: el caso Koldo, el hermano de Ayuso, etc., donde PSOE y PP, las formaciones del bipartidismo, recuperan su particular pugna a raíz de los escándalos relacionados con la compra de material sanitario durante la pandemia.

Por: Antonio

Pero lejos de estos dos nuevos casos de corrupción nos encontramos con que ya existe fecha oficial para las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El 5 de abril ha sido el pistoletazo de salida de los comicios y la elección tendrá lugar el próximo 6 de mayo. Por lo tanto desde el 7 de abril habrá un plazo de 5 días naturales para la presentación de candidaturas, cada una de las cuales deberán contar con un mínimo de avales del 15% de la Asamblea.

Estas elecciones se dan en el marco de un nuevo escándalo cuyo protagonista vuelve a ser el expresidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales, ocho meses después de que la FIFA le suspendiera por su beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso en la final del pasado Mundial femenino. Para Rubiales las últimas semanas han vuelto a ser muy convulsas, después de que se iniciara la investigación por la llamada Operación Brody, por la que acusan al exmandatario de presuntos delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Los registros de la Guardia Civil a la sede de la RFEF en Las Rozas y a la casa del propio Rubiales mientras se encontraba en la República Dominicana, y su regreso a España, siendo arrestado en el mismo Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas y puesto en libertad horas más tarde, han puesto en evidencia un entramado de corrupción donde cada vez aparecen más nombres, todos cercanos al exdirigente del máximo organismo del fútbol español, y del que cada día se conocen más detalles. La investigación de la Guardia Civil señala que el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) habría utilizado una red de empresas para canalizar fondos provenientes de presuntas irregularidades en contratos de la Federación. De ahí el nombre de la Operación Brody en honor a John Alexander Brodie, el inventor de las redes de las porterías de fútbol que revolucionó este deporte.

Contratos, celebraciones, y otras irregularidades durante el mandato de Rubiales

Se está haciendo especial hincapié en las obras de mejora del estadio de La Cartuja Sevilla. No por la reforma como tal, sino por la empresa de construcción que se adjudicó la reforma, Gruconsa. La Guardia Civil acusa a Luis Rubiales, de poner en marcha una trama societaria junto a otros directivos de la Federación para la supuesta «canalización de parte de los fondos» que recibía presuntamente de esta compañía. La relación económica entre Gruconsa y la sociedad Dismatec, que sitúa el 2021 como el año en el que se dispararon esas contrataciones irregulares. La sociedad Dismatec Sport, vinculada a Nene íntimo amigo de Rubiales a través de su mujer, Purificación Rufino, comenzó a recibir «beneficios de la citada constructora que se encontrarían ligados a las obras realizadas para la RFEF y a otras vinculadas al ente federativo”.

La Unidad Central Operativa (UCO) considera que ese dinero fue también destinado a otros negocios relacionados con el turismo. La compra de dos edificios de Granada para convertirlos en pisos turísticos o la participación de una empresa que explotaba tres hoteles en España son prueba de ello.

Los amigos íntimos y socios de Rubiales

Muchos han sido los nombres que se han puesto encima de la mesa acerca de los negocios de Rubiales y que hoy están implicados en la Operación Brody. Los investigadores señalan especialmente a Francisco Javier Martín, alias Nene, un exjugador y directivo del Granada CF que nunca pasó del tercer escalón del fútbol español, metido a empresario tras dejar el balón. Este sospechoso se encontraba con su amigo Rubiales en República Dominicana cuando se produjeron las detenciones. Fuentes cercanas a las pesquisas otorgan a Nene un importante papel en la presunta trama criminal, casi a la altura del expresidente de la Federación.

Tomás González Cueto, considerado el cerebro de la trama y el hombre de mayor confianza de Rubiales. Propietario del despacho de abogados GC, tenía una relación mercantil como comisionado externo de la Federación por la que percibía 300.000 euros al año. Encargado de defender a los implicados en la Operación Soule por un supuesto desvío de fondos federativos durante la etapa de Villar, sobrevivió al mismo Rubiales cuando éste dimitió finalmente el pasado septiembre y arrastró consigo a sus más cercanos colaboradores. Era externo, pero “mandaba en todo”, según empleados de la RFEF.

Los hermanos González Segura emergen como otra pieza clave de la investigación. En especial, Ángel, uno de los dos únicos detenidos que permanecieron bajo arresto hasta el viernes, cuando pasó a disposición judicial. La magistrada Delia Rodrigo, que lo dejó en libertad, le atribuye tres delitos: corrupción en los negocios, falsedad documental y administración desleal. A Ángel González se le vincula con la constructora Gruconsa

Ramón Caravaca, abogado penalista y socio del despacho GC Legal que dirige Tomás González Cueto. Una sociedad inmobiliaria, Egmont 2008 SL, de la que era administrador, habría emitido supuestamente facturas a una agencia de detectives privados relacionadas con el espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato de futbolistas (AFE). Caravaca también fue abogado de Ángel María Villar cuando este fue sancionado por el Tribunal Administrativo del Deporte.

Y José Javier Jiménez, conocido como Jota, que llegó a la Federación en 2022 como director de Recursos Humanos. Recomendado por Tomás González Cueto, había sido directivo en el Baloncesto Fuenlabrada. Aunque Jota era un hombre de Cueto, fuentes federativas aseguran que desde que llegó a la casa se postuló para ser un hombre de confianza de Rubiales, al que defendía a capa y espada.

La sombra alargada de Tomás González Cueto

Pedro Rocha, el que fuera presidente de la Federación extremeña, tomó de manera interina el control de la Federación Española de Fútbol una vez que Rubiales fue suspendido por tres años por la comisión disciplinaria de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), para ejercer cualquier cargo o actividad relacionada con el fútbol. Rubiales que era perfectamente conocedor que ese momento iba a llegar lo dejó todo bien atado y elaboró una estrategia en la que designaba como sucesor a Pedro Rocha, uno de sus hombres más fieles. Rubiales, para asegurarse que Rocha fuera quien tomara el control una vez fuese suspendido por FIFA o el propio CSD, fulminó a todos sus vicepresidentes menos al extremeño al que dejaba como única opción para asumir el cargo.