Estamos en la tercera ola de la pandemia y los contagios están creciendo. A raíz de esto, los centros educativos han tenido que adaptarse a las nuevas medidas de seguridad. El aula tiene que estar ventilada y no encuentran otro modo que no sea abriendo las ventanas, dejando las clases cuya temperatura no es óptima para hacer clase (2ºC) cuando, según la UNESCO, la temperatura más adecuada es entre los 12ºC y 17ºC. Además, las ratios no se respetan ya que nos encontramos con clases de 30 alumn@s o más cuando la OMS indica que el máximo de alumn@s para poder garantizar la salud tiene que ser entre 10 y 15 por clase. Esto no permite que se mantenga la distancia de seguridad y para remate el gobierno no nos suministra mascarillas.

Los y las estudiantes nos encontramos con el dilema de escoger entre estudios y salud. Hay compañeros y compañeras que evitan hacerse las PCRs que les tocan para no perder clase y para que no se les acumulen los exámenes, poniendo así en peligro al resto de estudiantes, personal del centro y población. Creemos que si garantizaran suficientes medidas podrían evitar muchos confinamientos. Aun así necesitamos hacer clases online en buenas condiciones. No se puede reemplazar la calidad de una educación totalmente presencial con un montón de deberes y trabajos para hacer en casa. Esta forma de enfrentar la crisis educativa provoca angustia y frustración en los y las estudiantes y no sirve para aprender.

Esta falta de recursos, profesor@s e infraestructuras es el resultado de muchos años recortando la educación pública, poniendo por delante el pago ilegítimo de la deuda con Europa y los intereses de los bancos y empresas.

Mientras la comunidad educativa (profesor@s, estudiantes y padres y madres) “salvamos los muebles” y nos espabilamos como podemos para hacer frente a la pandemia, los centros privados y concertados se pueden permitir comprar purificadores de aire, tener ratios dignas, clases digitales en condición… ¿Dónde quedan esas palabras del gobierno de coalición PSOE-UP de “ésta saldremos juntos”? ¡Tenemos el derecho a una educación de calidad, no puede ser que hacer clase sin tener frío sea un privilegio de los hij@s de las familias que puedan pagar una concertada o privada!

La educación es un derecho fundamental y no podemos permitir que nadie haga negocio. Es necesario que todos los recursos públicos se destinen a la escuela pública y se garantice que cualquier estudiante tenga acceso a una educación de calidad, independientemente del nivel adquisitivo de su familia. ¡Por eso es necesario expropiar la privada y la concertada! Ahora más que nunca necesitamos una educación pública, gratuita, de calidad, laica, en igualdad y sin contagios.

Empezando con ventilar bien, manteniendo una temperatura adecuada para hacer clase. Las medidas para evitar contagios no pueden ser a expensas de pasar frío en invierno y calor en verano. Es necesario garantizar medidas sanitarias en los centros y confinamientos seguros que permitan seguir el curso escolar. Se necesita una fuerte inversión económica para poder garantizar purificadores de aire en todos los institutos, reducir ratios y garantizar atención y recursos a l@s estudiantes confinados. ¡Exigimos más recursos, más personal y más infraestructuras para la educación pública!

Lo que hemos vivido este invierno ha sido sólo un aviso, aún quedan días de frío y después vendrá el calor. No queremos hacer clase a 40º. Ahora más que nunca necesitamos organizarnos en un movimiento estudiantil masivo y democrático, para poder luchar contra los recortes, la falta de recursos en la educación pública y reclamar los derechos que nos están quitando.

Así pues, celebramos las iniciativas que se están dando en algunos institutos, organizando sentadas y manifestaciones y hasta huelgas de estudiantes en diferentes ciudades del estado. Necesitamos seguir su camino.

¡Organicémonos para que ningún/a estudiante quede atrás!
¡Más recursos, más personal y más infraestructuras: ni frío ni contagios!